Transporte Público Urbano, Configuración Socioeconómica y Marginalidad


Transporte Público Urbano, Configuración Socioeconómica y Marginalidad
Análisis del Barcelonès Norte
Sergio Enrique Rodríguez Tovar
Universitat de Barcelona
December 2003

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Document de Treball / Working Paper # 11
Transporte Público Urbano,
Configuración Socioeconómica y Marginalidad
Análisis del Barcelonès Norte
Sergio Enrique Rodríguez Tovar
Universitat de Barcelona
December 2003
TRANSPORTE PÚBLICO URBANO, CONFIGURACIÓN
SOCIOECONÓMICA Y MARGINALIDAD
Análisis del Barcelonès Norte*
Sergio Enrique Rodríguez Tovar†
IET – Universitat de Barcelona
Abstract
The characteristics of marginality show different dimensions that are reduced when the
phenomenon comes to be diagnosed. The persisting resettlement of urban structure is
companioned by a process of impoverishment of mobility conditions, mainly on less qualified
social classes. Generally, this doesn’t emerge at political proposals as a factor that slows
down the incorporation of different population sectors to the options given by socialeconomical-
urban environment, which is circumscribed in our hypothesis at the job and
housing markets.
Any geographical point can be reached, or is accessible, only if the offer of public transport is
the answer of job and residential mobility framed by the social sectors that live and work in
those spaces or areas.
Not continuing with the disassociation between transport and planning will strengthen the
strategies of urban development that have been ruled by sectors ordering.
This paper makes an approach to marginality symptoms that population presents, either by
social-economical configuration or by the organization of public transport, in Barcelona and
three other municipalities that are located at the northern part of its urban area; analyzing alike
proposals, discomfort symptoms, kinds of services offered and information sources that would
feed the beginning scheme of variables in a subsequent analysis model.
Keywords: Urban Transport, Job and Housing markets, Urban Structure, Space Linking,
Marginality, Accessibility, Northern Barcelones.
* Trabajo presentado para obtener el Diploma de Estudios Avanzados (DEA) del programa de
Planificación Territorial y Desarrollo Regional del Doctorado en Geografía de la Universidad de
Barcelona y realizado en el Institut d’Estudis Territorials mediante beca del proyecto Rideal.
† Ingeniero Catastral y Geodesta de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de Bogotá.
E-mail: sergirodriguez@terra.com.co TEL: +578 8701359 – +571 2164712
INDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………….. 2
Metodología…………………………………………………………………………………………. 6
OBJETIVOS…………………………………………………………………………………………. 7
HIPÓTESIS………………………………………………………………………………………….. 8
PRESENTACIÓN………………………………………………………………………………….. 9
1. LA MARGINALIDAD Y SU EXPRESIÓN EN LA CIUDAD……………11
1.1 Segregación, secesión, exclusión…, dislocación………………………….. 11
1.2 Dimensiones de la Marginalidad…………………………………………………. 15
1.3 Espacio, Marginalidad y Pobreza………………………………………………… 19
1.4 Marginalidad Socioeconómica…………………………………………………….. 21
1.4.1 Mercado de Trabajo……………………………………………………….. 22
1.4.2 Mercado de Vivienda……………………………………………………… 25
1.4.2.3 Promoción inmobiliaria y urbanización marginal………….. 26
2. DICOTOMÍA DEL TRANSPORTE PÚBLICO (TP): ENTRE LA
CONEXIÓN Y LA MARGINALIDAD……………………………………………. 28
2.1 Transporte público para el alivio de la pobreza……………………………… 29
2.2 Dialéctica del transporte público y marginalidad…………………………….. 31
2.2.1 La política y el papel gubernamental……………………………. 35
2.2.2 Factores de Marginación…………………………………………………. 36
2.2.3 Desvinculación Espacial: Desconcentración del empleo y
acceso a la vivienda en el marco de la movilidad obligada………………. 38
2.2.2.1 Movilidad Laboral………………………………………………………. 39
2.2.2.2 Movilidad Residencial………………………………………………… 43
2.2.2.3 Vinculando el Espacio………………………………………………… 46
2.3 Transporte y Planificación……………………………………………………………… 49
2.3.2 Administración, escalas de análisis e infraestructuras como
discordias de la planificación integral……………………………………………… 50
2.3.3 Conjugar la Trilogía en la Ordenación de la Ciudad………………. 58
2.4 Aportaciones Prácticas a la Dialéctica……………………………………………… 64
3 PARÁMETROS DE ANÁLISIS…………………………………………………………… 69
3.2 El malestar con el servicio……………………………………………………………… 71
3.3 Jurisdicciones Administrativas………………………………………………………… 73
3.4 Caracterización de la Zona…………………………………………………………….. 77
3.5 Esquema Inicial de Variables………………………………………………………….. 82
CONCLUSIONES……………………………………………………………………………………….. 85
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………………… 88
Páginas Web………………………………………………………………………………………………. 93
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
2
INTRODUCCIÓN
Las desigualdades que sufren poblaciones urbanas por la diferenciada prestación
de servicios es evidente y hasta socialmente aceptada. Parece que los “beneficios”
ofertados son correspondientes con las pretensiones de cada sector social.
La denominación de este fenómeno difiere según la situación que se quiera
describir, la percepción de quien interpreta y la influencia teórica del investigador.
Ante esto, la realidad ha demostrado que es el entorno del momento el cual
termina imponiéndose en el subconsciente léxico de los órganos gubernamentales,
que se encargan a la vez de concienciar a los afectados de la certera calificación
de su problema que servirá de base para las potenciales soluciones.
Zonas urbanas enmarcadas por déficit económicos de sectores sociales y
condiciones de pauperismo habitacional, son denominadas como barracas,
espacios segregados o chabolas, si quienes la habitan son los pobres estructurales
que priorizan sus necesidades entre la alimentación, la vivienda, la educación y la
salud. Si el sector social que convive en las anteriores condiciones es étnica o
culturalmente diferente (judíos, magrebíes, gitanos), definen el asentamiento como
ghetto, enclave o exilio de ensimismamiento social. Ahora, si en situación
semejante o menos drástica se encuentra la clase obrera o la clase media en
declive, prefieren adjetivarla como víctima de la crisis coyuntural, del desarrollo
excluyente o marginada de los servicios básicos.
Definir el fenómeno para países de Suramérica o Europa Occidental, sugiere
contextos de evolución urbana diferenciados, aportaciones teóricas encausadas
parcial o totalmente hacia otros objetivos y por consiguiente una percepción del
ciudadano y el político con otros matices.
Las ciudades de los países latinos se encuentran en vías de alcanzar la
omnipresencia y continuidad de los regímenes de suministro básico (energía, agua,
alcantarillado, teléfono), que todavía son deficientes para una alta proporción de
sectores sociales bajos. Añádase a esto, la baja capacidad económica de la familia
obrera y la escasa ayuda estatal para paliar sus restricciones, que genera
complicadas condiciones de subsistencia y medios económicos precarios para
satisfacer las necesidades.
En países desarrollados, en cambio, los servicios básicos como afirma Graham
(2000), se asemejan a una “caja negra”, donde los usuarios los consideran
artefactos socio-técnicos sin problemas, cerrados y en los que se puede confiar sin
dudarlo1. Las cuotas de atención han alcanzado niveles prácticamente totales y los
nuevos proyectos se encaminan a la optimización del servicio a través de informes
de sostenibilidad, control de residuos y sistemas de información. En esta situación,
1 Llama la atención las situaciones que se han vivido este verano, con racionamientos de agua en municipios de
las comunidades de Murcia y Extremadura al sur de España, y los cortes de energía sucedidos en Nueva York
y Londres, que ha saltado las alarmas en países donde la prestación de servicios básicos se consideraba casi
invulnerable. De otro lado, la Comisión Mundial del Agua impulsada por el Banco Mundial advierte que
actualmente 3.000 millones de personas carecen de servicios de saneamiento y 1.200 millones de agua potable.
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los usuarios comienzan a valorar otras preeminencias y fijan más su atención en
prestaciones que las suplen, en compensación a la percepción de que las
necesidades básicas (agua, energía…) se encuentran solventadas y que sólo
pequeños artilugios resolverán los posibles percances que puedan sobresalir.
Es así, como el transporte, las comunicaciones por satélite y móvil, la seguridad
urbana, las oficinas de atención al cliente y los trámites on-line, están siendo
permanentemente promocionados para el uso masivo, como herramientas de
acceso y prestación igualitaria. Muestra de esto, son los resultados del barómetro
de julio (2003) realizado en España por el Centro de Investigaciones Sociológicas
(CIS). A la pregunta ¿cuáles son los tres problemas principales que existen
actualmente en España?, el primer puesto lo ocupa el paro (66%), seguido del
terrorismo (42,6%), la inseguridad ciudadana (25,2), la inmigración (16%) y las
drogas (14%). Como las preocupaciones más bajas se encuentran la educación
(3,7%), el funcionamiento y cobertura de servicios públicos (0,3%) y la salud
(0,2%).
En este sentido es lógico que los políticos en sus campañas y durante los
gobiernos, intensifiquen propuestas de mayor personal policíaco, canales de
atención para denunciar terroristas, líneas de consulta para la contratación laboral
de extranjeros y centros de rehabilitación para jóvenes, en ánimos de satisfacer las
preocupaciones de su población. Cierto es que los porcentajes inferiores de la
encuesta reflejan satisfacción por la cobertura de los servicios públicos, pero
también es verdad, que el calificativo es demasiado generalista para que se de por
aludido el sector del transporte urbano.
El transporte, la movilidad casa-trabajo y en general las formas de desplazarse en
territorios con funciones urbanas cada vez más dispersas, emergen de forma
creciente en las investigaciones que enfrentan las complejas relaciones sociales
con la ciudad. Los efectos de la congestión, la inadaptación del servicio a personas
con movilidad reducida, la pérdida de empleos por la débil conectividad con las
zonas residenciales y la falta de acceso a polígonos industriales que se localizan
en las periferias, son algunos de los obstáculos que se interponen al desarrollo
equilibrado de los diferentes sectores sociales.
Pero donde no emergen las falencias del servicio de transporte es en los usuarios.
Por lo menos de forma masiva y oficial. Existen plataformas en defensa de modos
de transporte alternativos, medios de prensa que acogen las protestas y
ayuntamientos metropolitanos o sectores del propio municipio que aclaman la
llegada del metro y más autobuses. Al parecer son peticiones que evalúan mejor la
materialización de una parada o la extensión de una línea, que la funcionalidad de
la inversión en las estructuras socioeconómicas de la zona en que se incrusta.
Ahora, es importante que nuestra investigación la ubiquemos en el contexto del
área metropolitana de Barcelona. No porque el trabajo no pueda ser transferible a
otras metrópolis de Europa. La recomendación es por las referencias espaciales a
los dos primeros capítulos que se hacen tangibles en este territorio. El tercer
apartado es dedicado a tres municipios de la conurbación barcelonesa. No es
baladí tener en cuenta esta puntualización, pues hace parte de la coherencia en la
teorización y consecución de resultados.
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Después del anterior paréntesis, retomamos al transporte público urbano como
objeto del malestar invisible que causa y a la vez mantiene las condiciones
precarias de sectores obreros y poco cualificados de la región, quienes en la
mayoría de las ocasiones no atribuyen a su medio de movilidad las cualidades
regresivas del mercado de trabajo a que pertenecen.
¿Por qué el transporte público es bien evaluado por los usuarios y por las mismas
autoridades que lo conciben?. El principal motivo son los indicadores y variables
que se han asumido para esta tarea. Transports Metropolitans de Barcelona
calcula por medio de encuestas el índice de satisfacción del cliente del metro y
autobús2. Entre los aspectos que evalúan, están las condiciones de acceso a la
parada y el vehículo, la atención del personal, los tiempos de espera, la
comodidad, la seguridad, la información y los costos. Los interrogantes respecto a
la óptima comunicación que existe entre residencia y trabajo, o entre las fuentes de
empleo de la misma fisonomía que pudieran acoger a la clase trabajadora que
predomina en el sector, no se encuentran. En este sentido la Encuesta de
Movilidad Cotidiana (EMQ) de la Región Metropolitana de Barcelona (RMB)
permite deducir más características de los desplazamientos, pero siempre teniendo
la misma carencia que anteriormente se planteaba3.
Memorias y balances de las instituciones administradoras y operadoras del
transporte, presentan resultados cuantitativos con indicadores como el número de
kilómetros puestos en ruta, velocidad media de los coches, proporción de aumento
de usuarios, cobertura metropolitana. Lo ausente nuevamente es la caracterización
social del cliente, los tipos y nuevos puestos de trabajo que se han cubierto y la
coherencia de la red entre demanda y oferta.
Los mismos usuarios tienden a relacionar su aumento en la jornada laboral por las
dificultades de sus desplazamientos al trabajo, más que a la falta de posibilidades
de no tener coche, o, a no poder adquirir su vivienda cercana al entorno de sus
fuentes de empleo. La afuncionalidad de la espacialización del TP, hace que el
ciudadano que tiene o no modos privados de desplazamiento sea indirectamente
partícipe de la ampliación de un modelo de ciudad excluyente, donde las
soluciones individuales para cumplir con las obligaciones laborales y escolares se
sobreponen a las colectivas.
Mirado el TP desde esta óptica se hacen evidentes discontinuidades que no
presupuestaban los actores sociales. La importancia de esta perspectiva, está en la
incidencia que pueda tener sobre los criterios de planificación integral de las
autoridades territoriales y sobre las formas de evaluación y análisis de los servicios
2 Índex de Satisfacció del Client (ISC).
3 La EMQ 2001 en el apartado 2.8 de La Mobilitat obligada segons segments de la población: activitat
profesional i clase social, analiza la distribución de estos desplazamientos según actividad, modo de transporte
y clase social. Las referencias son para los casi 4.400.000 habitantes (164 municipios) de la RMB. Algunos
resultados ilustran como la clase baja (26%) realiza menos viajes semanales (sea por trabajo o estudio) que la
clase media y alta, y evidencian al vehículo privado como el más utilizado para los desplazamientos obligados
en las tres clases sociales.
Diferenciación interna de los ocupados o parados, o análisis de la funcionalidad del sistema de acuerdo a las
principales destinaciones están ausentes.
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de movilidad. Esto conlleva a identificar nuevos factores que inciden en la
permanencia o la inclusión de sectores en diferentes formas de marginalidad.
La importancia de la configuración socioeconómica urbana es fundamental para
la ordenación de los servicios de transporte público. Configuración que está
liderada por dos mercados contrapuestos pero complementarios: Vivienda y
Empleo. Ellos delimitan espacios fundamentales de la subsistencia del ser humano
que fluctúan sobre las escalas de la trayectoria social y la economía inmobiliaria y
laboral.
El mercado de vivienda está inmerso en las dinámicas de la urbanización
dispersa, la periferización residencial de los promotores inmobiliarios y la explosión
de las ciudades que ha derivado en la metropolización de los núcleos centrales. En
este crisol, se añaden las perspectivas de la demanda que se rigen por los
patrones de localización familiar, los cuales priorizan mudanzas por la motivación
de mejoras, la emancipación familiar y los pasos de arrendatario a propietario de la
finca.
El mercado laboral también es parte de la dispersión de funciones urbanas
generadas por el capitalismo avanzado, “la fragmentación interna de la mano de
obra entre productores informacionales y trabajadores genéricos reemplazables”
(Castells, 2001) y las áreas de cohesión que aglutinan las relaciones laborales intra
e intermunicipales.
El objetivo debe ser la vinculación espacial de estos mercados a las reales
estructuras urbanas, de tal forma que las ofertas democráticas de desplazamiento
se ajusten a las fluctuantes necesidades de movilidad obligada de la población. Los
efectos del acoplamiento se representan en la capacidad de búsqueda de otros
empleos y la competencia por más altos ingresos.
La duda es cómo realizar este ajuste. Al margen de recetas mesiánicas, políticos e
investigadores concluyen que el planeamiento integral que incorpore todas las
formas de funcionamiento de ciudad, inclusive las lógicas sectoriales del
transporte, puede lograr armonizar los recursos del territorio: humano, capital,
mercancías, mobiliario.
Para el territorio barcelonés cabe destacar el aporte de instituciones que han
presentado de forma sectorial o integrada, investigaciones aptas para el
refinamiento de propuestas encaminadas a la vinculación del territorio: Pacte
Industrial de la RMB, Grup de Mobilitat, Transport i Territori de la Universitat
Autònoma de Barcelona, Pactos Territoriales de Promoción Económica y
Ocupación de la Diputación de Barcelona, Fundación CIREM, Institut d’Estudis
Regionals i Metropolitans, Centre de Política de Sòl i Valoracions de la Universitat
Politècnica de Catalunya.
En el Reino Unido y Norte América, centros de investigación y organismos
gubernamentales han realizado análisis sociales de los modos de desplazamiento
en las grandes ciudades advirtiendo que la base democrática de la movilidad
urbana se encuentra en el transporte público. La comparativa de su expansión
diferenciadora con las categorías sociales, el análisis de las jornadas laborales del
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sector informal en relación con los horarios del servicio y los efectos de la
localización residencial en la capacidad de retención de empleo, son algunas de las
aportaciones prácticas a la dialéctica.
Proponer esta forma integral de interpretar el funcionamiento del transporte público
en el Barcelonès Norte, plantea los retos de consecución de todas las herramientas
para la validación de la hipótesis y la compenetración de esta perspectiva con los
usuarios y los órganos administrativos. La movilidad urbana no puede encaminarse
sectorialmente dejando en la ribera participantes vitales del territorio. La
marginalidad socioeconómica que genera esta forma de planificación, hace
incoherente la red de desplazamientos sobre las jerarquías ciudadanas de la
localización residencial y el mercado de trabajo.
Nos hemos propuesto arribar a un puerto de transición mientras se da la partida
para la culminación del viaje con dirección al objetivo mayor. Para ello, la
interrelación en los dos primeros capítulos de los ejes básicos de análisis era una
base de necesaria construcción para la continuación del recorrido. El capítulo
tercero culmina con la presentación de los parámetros fundamentales que permiten
una primera inclusión en el territorio barcelonés, para el cual se continuará
investigando en el 2004.
Metodología
Los siguientes componentes iniciaron con la identificación de factores importantes,
formulación de conjeturas, recopilación y contrastación de fuentes, reconsideración
de los planteamientos primarios y finalmente la disposición de preguntas que
fueran útiles para las perspectivas de continuación de la investigación.
• Contextualización y análisis de la relación entre marginalidad y transporte
público (TP) con los puntos que enmarcan nuestros objetivos: situación
actual de la dialéctica, dispersión del mercado de trabajo y vivienda en la
forma de planificación de las redes e infraestructuras de transporte público.
Esta es la aportación conceptual donde se pretende hacer coherente y
evidente la relación planteada en el título del trabajo: mostrar la diversidad
de planteamientos donde la temática es motivo de estudio, enriquecida con
experiencias de países de África, Sudamérica, Inglaterra y Estados Unidos.
• Conocer las condiciones de funcionamiento de la red de transporte público
compuesta por jurisdicciones administrativas, operadores del servicio,
estudios de demanda y satisfacción del cliente.
• Interrelacionar los siguientes temas de trabajo con la dialéctica:
Transporte público como factor complementario para el alivio de la pobreza.
Planificación del transporte como antítesis al desarrollo equilibrado.
Desvinculamiento espacial: desconcentración del empleo y acceso a la
vivienda en el marco de la movilidad obligada.
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OBJETIVOS
Mostrar el interés científico por la progresiva situación de marginalidad que
paralelamente se presenta al crecimiento y dispersión de las aglomeraciones
urbanas, fundamentado en tres parámetros: estructura de las redes de
transporte público, configuración social de la dinámica residencia – trabajo y
marginalidad urbana omnipresente en el antes y ahora de un territorio que
“desafía” a la planificación para el asentamiento de la movilidad sostenible.
Específicos
• Esclarecer el desprestigio conceptual de las variaciones léxicas
empleadas para definir los desequilibrios sociales en todas sus
dimensiones.
• Presentar la dimensión socioeconómica de la marginalidad en
polémica con los usos indiferenciados del término.
• Demostrar la relación dialéctica del transporte urbano y la
marginalidad como bases contrapuestas y reciprocas de un mismo
territorio.
• Situar la dispersión urbana como centro de operaciones para el
análisis del mercado de vivienda y trabajo en el marco de la movilidad
obligada.
• Potenciar la planificación integral del territorio como herramienta
necesaria para fusionar las propuestas sectoriales de ordenación del
transporte.
• Indagar aproximaciones científicas direccionadas a nuestro objetivo de
análisis, que contribuyan a la propuesta metodológica para la
interpretación de la dialéctica.
• Dar una aproximación a la situación actual en el Barcelonès Norte
[Sant Adrià del Besòs, Santa Coloma de Gramenet, Badalona], como
potencial espacio de análisis para la contrastación de la hipótesis.
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HIPÓTESIS
El Transporte Público (TP) desde sus orígenes ha tenido una definición
espacial acorde con las clases burguesas, fuertes relaciones por el suelo
donde transita y desajustes para satisfacer las necesidades de movilidad
obligada de la población. Diferentes grados de accesibilidad (FILTROS)
varían según las características socio – demográficas, económicas y
culturales de la demanda, el entorno y la región, además de la gran
interferencia de las políticas reguladoras del transporte. La dispersión
territorial de las fuentes de empleo, ocio, comercio y la inseguridad laboral
que acompañan a la nueva economía, hacen más evidente el desajuste
conectivo de esta RED, poniendo en entredicho puntos claves de su
democratización y adaptándose a ritmo más lento a los nuevos e incesantes
requerimientos de movilidad en las ciudades.
El TP no siempre es factor de desarrollo en sectores sociales marginados y
a la vez opera como víctima de la ocupación económica y social dispersa.
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PRESENTACIÓN
El eje de la investigación gira en torno a la forma espacial de estos dos ámbitos
temáticos que se corresponden a la vez con la configuración socioeconómica de la
vorágine urbana. Esta primera parte es la aproximación conceptual para el
tratamiento desde una perspectiva que de forma insuficientemente ha sido asumida
desde la academia y en mayores magnitudes “desconocida” y desatendida por las
decisiones políticas sobre el territorio. Entender que los acontecimientos envuelven
algo más que decisiones y acciones individuales, que se encuentran determinados
por prejuicios, ideologías y tendencias sociales (Bertalanffy, 1976), es clave para
comprender la casuística que se desarrolla en el recorrido del trabajo.
El primer capítulo inicia de forma inversa asumiendo el último componente del título
que es la marginalidad. Así lo anterior, porque si seguimos de forma esquemática
el orden que nos fue necesario abordar con ánimos de extraer las justificaciones
para nuestra hipótesis (representados en el título), nos encontraríamos con serías
dudas al tratar de entender los por qués de las afirmaciones que se asumen en la
dialéctica del trabajo.
Iniciamos abordando las dificultades que se encontraron al querer referenciar un
término que sintetizara los efectos excluyentes del transporte público para con los
diferentes sectores de la ciudadanía, que se generan principalmente en el
esquema normativo y la materialización espacial de la red necesaria para la
movilidad diaria. Decantándonos por el término MARGINALIDAD, pasamos a
definir sus dimensiones de acuerdo a diferentes contextos históricos, sociales y
económicos, con el fin de ser cautelosos y no distorsionar el significado al elegir el
marco de referencia incorrecto.
Siguiendo la tónica anterior pero de forma más breve, destacamos la diferencia que
existe con la concepción de pobreza urbana y marginalidad, pues es justo aclarar
que no tratamos de hacer un panfleto reivindicatorio de derechos de los pobres
donde ellos es su mayoría si son y se sienten marginados, pero donde no todo
sector marginado entraría dentro del calificativo de pobreza. Lo anterior es un
trance de nuestra investigación donde entra en juego la percepción de gobernados
y “gobernadores”, las definiciones de línea de pobreza y niveles de accesibilidad a
servicios básicos de acuerdo a nuestros diferentes roles en la sociedad que
posteriormente en un trabajo más amplio debe ser tratado más a fondo.
Por último particularizamos en la marginalidad socioeconómica, que es la
dimensión sobre la que direccionamos el concepto y donde entraría el segundo
componente ordinal del título del trabajo: la CONFIGURACIÓN
SOCIOECONÓMICA. Dos elementos se suscriben, formas marginales de empleo
en la fase denominada por los expertos de nueva economía y seguidamente los
elementos básicos del mercado de vivienda en el marco de la dispersión del
empleo y su relación con la oferta de suelo urbano. La importancia de este análisis
radica en poder examinar la eficacia del transporte público como elemento conector
entre dos hitos socioeconómicos de la ciudad y su ciudadanía (trabajo y vivienda),
para hallar las relaciones no equitativamente planificadas que genera la distribución
del servicio, en lo que se refiere a servir la demanda desprovista de otros medios
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de movilidad, hacía el espacio urbano donde se encuentra distribuido
mayoritariamente el mercado laboral y potenciales ofertas.
El segundo capítulo asume el otro componente de la trilogía analítica:
TRANSPORTE PÚBLICO (TP). No se describen las características de este modo
de transporte sino que se interpretan los dos ángulos de máxima amplitud que
puede generar el péndulo de su estructura sobre el territorio: la optima conectividad
en el marco de la movilidad obligada y los impedimentos generados en su
desarrollo representados en la no potencialización de oportunidades económicas
de ciertos sectores sociales, por la inadecuada plasmación de esta red “conectora”
o los excesivos filtros impuestos sobre sus flujos.
Se comienza presentando la importancia del transporte público como herramienta
para el alivio de la pobreza y su reiteración en los discursos políticos y peticiones
sociales de antes y contemporáneos como una realidad de esta afirmación. Se
sigue con el análisis dialéctico entre transporte y marginalidad que aparentemente
se presenta como un tema recurrente, pero es donde mostramos la relación no
causal que los une junto con las diferentes metodologías generadas para la
cuantificación del fenómeno.
El siguiente ítem abarca documentos de planificación que se han ejecutado para la
metrópoli de Barcelona, que determinan el crecimiento del TP en los próximos
años. Analizamos sus principales medidas y de cómo ellas repercuten en el área
de estudio.
El último punto, define la relación existente entre transporte público, vivienda y
mercado laboral, el desvinculamiento espacial que se ha generado por la
regulación sectorial de cada ámbito y la imposibilidad del TP de ir evolucionando a
las nuevas necesidades de movilidad que genera la velocidad de cambio del
mercado de vivienda y empleo en su dispersión.
El tercer capítulo culmina con los parámetros de análisis de la conurbación de
Barcelona, los pormenores para la adquisición de información, las fuentes de
información local y las diferentes instituciones administradoras del transporte.
Conocer los progresos y barreras, y presentar la primera aproximación de variables
de interpretación es la tarea que nos aborda en este apartado.
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1. LA MARGINALIDAD Y SU EXPRESIÓN EN LA CIUDAD
Nosotros hemos soñado en el mundo. Lo hemos
soñado resistente, misterioso, visible, ubicuo en el
espacio y firme en el tiempo; pero hemos consentido
en su arquitectura tenues y eternos intersticios de
sinrazón para saber que es falso. J.L. Borges Otras inquisiciones
Definir cómo se representa la marginalidad en la ciudad es la tarea que nos
embarga. Sus conceptos, dimensiones y las condiciones de pobreza que se
pueden generar, hacen este reto apasionante por la fusión que debe establecerse
con las redes de transporte público para demostrar lo inextricablemente unido que
van en muchas situaciones. Esta primera parte aborda más conceptos de tipo
marginal-socioeconómico y de forma tangencial el TP al cual corresponde su
oportunidad en el segundo capítulo.
1.1 Segregación, secesión, exclusión…, dislocación…
Intentar definir bajo el cobijo científico-académico de un concepto los diferentes
fenómenos que generan desequilibrios socioeconómicos sobre el espacio urbano,
nos enfrenta a una avalancha de terminología, aproximaciones conceptuales,
negaciones y nuevas afirmaciones que entre líneas nos dicen que quizás todos
queremos hacer aportaciones a un mismo fin, pero la imposibilidad de acuerdos
hacía cómo son los pasos y ramificaciones que debemos asumir en el camino,
genera un sinnúmero de orientaciones donde entra a operar la ley de rendimientos
decrecientes explicada por Germani(1980) como, “la acumulación de formulaciones
teóricas y análisis que no contribuyen a aumentar la comprensión racional del
fenómeno, sino que tienden a agregar una variedad de consideraciones que
amenaza con acrecentar la confusión terminológica y a oscurecer más que
esclarecer el campo estudiado”.
Marginal proviene de la palabra castellana margen que es tomado del latín margo,
cuya definición es “espacios que están en el contorno de alguna cosa (Corominas,
1954)”. Siguiendo la etimología del término nos podemos acercar bastante a la
función que le queremos asignar. Su definición no podemos asumirla de forma
literal pues en el concepto puede caber el todo o la nada, pero si debemos
entender la relación que existe en la transmisión cultural del término que se
expresa en la ciudad a través de las periferias, los exteriores, los contornos, pero
también, los interiores, las áreas de transición, los puntos intersticiales, lotes
urbanizables y buen número más de definiciones que caracterizan lo urbano.
La revisión bibliográfica nos ubica con autores que nos presentan las diferentes
concepciones de acuerdo a realidades regionales, momento histórico del
investigador y del objetivo, ejes de trabajo y aportaciones conceptuales
trascendentes a la temática.
Quienes han tenido como eje de investigación el momento histórico de la edad
media para identificar los modos de marginalidad, se han encontrado con
situaciones del fenómeno que han ido variando de acuerdo a las diferentes
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coyunturas de la historia y se han reacomodado a las exigencias del entorno o
incorporado a otros modos que abarcan al primitivo. Guglielmi (1971) resume los
modos de marginalidad en la edad media en tres apartados: extranjería, pobreza,
enfermedad. Los factores que los determinan en cinco: geopolíticos, económicos,
religiosos, patológicos y morales. Extranjero era aquel que no pertenecía a cierta
comunidad religioso-política, pobreza era un concepto que debía ser analizado en
el contexto bíblico el cual se utilizaba de coartada para satanizar la riqueza y
magnificar la pobreza y la enfermedad como expresión de aislamiento social por
las graves enfermedades no controladas y los estrechos espacios de convivencia
que generaban las ciudades con límites drásticamente determinados por las
murallas.
Los diferentes modos y factores de marginalidad de la edad media no difieren por
lo menos en su denominación, con las distinciones contemporáneas del fenómeno.
La variante está en la escala de medición, la vivencia de la moral, el misticismo y la
dificultad en el factor patológico para vigilar las epidemias sanitarias como los
casos más remarcables.
La definición de marginalidad requiere una multidimensionalidad de variables
dentro de las cuales se enmarcan los actos sociales, las políticas institucionales y
la percepción del fenómeno. Por ello Romanowski (1998) en ausencia de una
definición exclusiva, precisa los siguientes parámetros característicos de áreas
marginales:
• Ingresos per capita inferiores al contexto territorial.
• Inferior disponibilidad de infraestructuras que estimulen el proceso
productivo.
• Aislamiento cultural que influencie negativamente el nivel empresarial.
• Declinación demográfica que indica los procesos de marginación o
reavivamiento de regiones.
Schmidt (1998), en cambio, clarifica los conceptos de marginalidad y periferia,
donde esta última depende y es controlada desde un centro mientras la primera
está fuera del sistema. Afirma que en el continuo urbano se muestran las
inclinaciones de las decisiones de poder y el control del funcionamiento global en
los niveles socioeconómicos de desarrollo y en la integración global de los
procesos.
El avance temático de quienes asuman la búsqueda de las desigualdades en la
oferta de servicios públicos, encuentra además de los problemas conceptuales
elementos a resolver como, el quiénes son los grupos causantes, cómo y qué
medios de exclusión (o selección) utilizan, coyunturas globales que intervienen en
el medio local-regional, historia política, social y económica que arrastra la
población, características de los objetivos estratégicos de futuro. El conjunto
anterior no es excluyente, pero debe intentar seguirse para encontrar el
planteamiento holístico que nos aproxime a la realidad en estudio, para que al final
no sean desvirtuadas las conclusiones por la clase política, quienes históricamente
han sido y siguen siendo los grandes “productores y modeladores de desigualdad y
marginalidad urbana (Wacquant, 2001)”.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
13
En América Latina el término marginalidad empezó a usarse en áreas no
incorporadas al sistema de servicios urbanos, en viviendas improvisadas y sobre
terrenos ocupados ilegalmente (Germani, 1980). Esta aportación pone en evidencia
lo relativo que puede ser la identificación de elementos que marquen la
caracterización del fenómeno. Aquí mismo en Cataluña y no muy lejos de la
retrospectiva Latinoamericana, en el año 1976 se realizó el estudio de la
Urbanización Marginal en Barcelona liderado por Joan Busquets Grau, donde
identificaron aquellos “fragmentos de ciudad en condiciones claramente
contradictorias a las convencionales”, que al final llegaban a convertirse en un
“nuevo elemento del agregado urbano residencial”.
Siguiendo con Germani cabe destacar su definición de marginalidad como “la falta
de participación de individuos y grupos en aquellas esferas en las que de acuerdo
con determinados criterios les correspondería participar”, a lo cual agrega la
concepción que generalmente los grupos hegemónicos tienen acerca de la
marginalidad, que la definen como “la no-existencia de grupos excluidos de la
sociedad, sino incluidos, aunque en el nivel que les corresponde”. La percepción de
quienes puedan estar en situación marginal es fundamental para la contemplación
del fenómeno por la otra población (los no marginados) y por la clase política
gobernante. La aceptación tácita de situaciones excluyentes genera una
prolongación de las medidas tendientes a corregir las condiciones adversas y a la
vez una aceptación del concepto de ser un grupo socioeconómico que se
encuentra en el lugar espacial que corresponde.
Respecto a las similitudes en el debate del fenómeno en ambos lados del Atlántico,
Wacquant (2001) responde categóricamente manifestando que la “relegación
urbana tiene una dinámica social y espacial diferente en ambos continentes”, en
concordancia con nuestras afirmaciones de la relatividad del análisis de acuerdo al
ámbito geográfico que se asuma como objetivo.
¿Cómo se expresa la marginalidad en la ciudad?, ¿Cuáles son los
factores que marcan la pauta para moldear el fenómeno?
Las expresiones de marginalidad que se dan sobre el espacio urbano no tienen
unas fronteras definidas. Al igual que identificar expresiones de deterioro físico
sobre el cuerpo humano, en el territorio sus secuelas también dependen de
condicionantes como la edad y la tradición, gobernabilidad y ordenación, aspectos
coyunturales de su fisonomía natural, priorización de los conflictos urbanos para la
adopción de sus medidas de atención, factores endógenos y exógenos del entorno
de crecimiento.
El siguiente paso es determinar cuales son las expresiones de marginalidad
particulares que se representan y sobre qué organización o red de distribución
queremos identificarlas. Esto ayuda a definir las causas del problema y los factores
que contribuyen a perpetuarlo, elementos de primera necesidad cuando de
solucionar eventos anómalos se trata.
Aclaremos que nuestra investigación no intenta hallar factores y causas del
fenómeno como objetivo principal. Debe asumirse como la búsqueda de las
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
14
relaciones entre las fuerzas centrífugas y centrípetas del mercado de vivienda y
mercado de trabajo, junto con la estructuración de los modos disponibles de
transporte público para la movilidad obligada que tienen los diferentes sectores
socioeconómicos en la conurbación de Barcelona.
Retomando el mensaje de Harvey (1973), cuando dice que toda estrategia que
pretenda abordar los sistemas urbanos ha de contener y armonizar las medidas
destinadas a cambiar la forma espacial de la ciudad (casas, fábricas, red de
transporte, etc.) con las medidas destinadas a influir sobre los procesos sociales
que se desarrollan dentro. Nuestra propuesta de análisis en el campo espacial son
vivienda, trabajo y transporte, interrelacionadas con los procesos socioeconómicos
del entorno urbano.
Hemos visto una primera diferenciación de conceptos que son claves cuando se
interpreta la marginalidad entrelazada con el transporte público. La claridad de
matices, conceptos y variaciones léxicas en las definiciones, son de suma
importancia para que la contrastación de nuestra hipótesis sea verosímil y nuestras
herramientas de trabajo compuestas por casos de estudio, variables de análisis y
recorrido metodológico coherentes.
Con los mismos ánimos de coherencia, se han clasificado desde el punto de vista
investigativo las más habituales denominaciones del fenómeno urbano al que
continuamente nos hemos referido como marginalidad, lo cual ha sido por razones
de apropiación conceptual de un término que fuera lo más científicamente
reconocido y justamente fundamentado:
* MARGINALIDAD * Pauperismo
* Ghetto * Dislocación
* Enclave * Estigmatización
* Exclusión * Exilio
* Infraclase (Underclass) * Apartheid
* Secesión * Segregación
* Pseudodesarrollo * Ostracismo
* Parias * Cuarto Mundo
* Suburbio * Barriada
* Chabolismo * Barracas
Estas denominaciones son enmarcadas principalmente dentro del entorno urbano
por diferentes autores (ver fuente CUADRO 1), al calificar situaciones de marginalidad
y pobreza, generadas por el deterioro en la planificación, los espacios de red de
baja calidad, la división espacial del trabajo y la producción, la divisoria digital en el
uso de las tecnologías, la exclusión parcial de la participación política. Nuestro
análisis consta de la relación entre redes territoriales (transporte público) y
espacios areolares (zonificación socio -económica) en el continuo urbano del
Barcelonés Norte, sobre el cual se pretenden dilucidar las relaciones de
marginalidad existentes.
1.2 Dimensiones de la Marginalidad
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
15
Las dimensiones de la marginalidad son las posibles áreas de desarrollo urbano
donde el fenómeno puede ser palpable. Cuando sobre zonas de la ciudad
juzgamos que existe la marginalidad como un problema, implícitamente nos
referimos a una o más de sus dimensiones, que dependen del objetivo analizado y
las particularidades que lo atañen que hacen que pertenezca a una determinada
área de desarrollo.
Para Pilar Monreal (1996) las dimensiones o significaciones (como las denomina)
de la marginalidad se dividen en cuatro apartados:
• Marginalidad Residencial: residencia en asentamientos ilegales,
caracterizados por la ausencia de equipamientos urbanos y el aislamiento
físico con respecto al resto de la ciudad.
• Marginalidad Cultural y/o Social: minorías raciales, subculturas y aquellos
que mantienen conductas consideradas desviadas.
• Marginalidad Económica: aquellos que no están imbricados en el mercado
de trabajo ni poseen el poder adquisitivo para vincularse a las estructuras de
consumo de la sociedad.
• Marginalidad Política: población que por apatía, tradicionalismo o “estrechez
de miras” desconoce y no participa en los procesos políticos4.
Muy destacable además las aportaciones de Monreal sobre el papel
gubernamental, donde afirma que la fusión de todos los tipos de marginalidad es
una ideología construida por el estado.
Wacquant (2001) estructura su análisis en cuatro lógicas que alimentan la nueva
marginalidad. La primera es la Dinámica Macrosocial, donde la marginalidad
urbana no es la resultante del atraso y la declinación económica sino de la
desigualdad creciente en el contexto de un avance y una prosperidad global. La
Dinámica Económica o la mutación del trabajo asalariado por una transformación
cuantitativa –eliminación de empleos semicalificados- y cualitativa -degradación de las
condiciones básicas de empleo-. La Dinámica Política o la reconstrucción de los
Estados de Bienestar, también calificados como los grandes motores de
estratificación en la base del orden socioespacial. Por último la Dinámica Espacial
o la concentración y estigmatización territorial de los barrios en exilio
socioeconómico, donde se reincide en manifestar que su relegación es debido a las
políticas estatales de vivienda, urbanismo y planificación regional.
Las lógicas estructurantes de Wacquant no pueden tomarse literalmente en la
definición de la dimensión marginal, pues asume su análisis como una
caracterización que reconfigura los rasgos de la pobreza urbana en las sociedades
ricas. La dimensión como la definimos en nuestro trabajo, si posee la
caracterización de marginalidad urbana pero no es su esencia, ella radica en
albergar esquemáticamente las caracterizaciones. Esto porque las dimensiones
pueden (de hecho lo son) ser parte de las estructuras en la planificación territorial y
otras variadas áreas del conocimiento, siendo necesario evitar confusiones de
4 Este es un tipo de automarginalidad en donde el origen del fenómeno se localiza en el seno de la población.
Schmidt (1998) en cambio orienta el concepto político hacia las diferentes regiones sobre las cuales no están
interesados quienes detentan el poder; definición mayormente aceptada y más concordante con nuestros fines
investigativos.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
16
terminología en el avance posterior del trabajo. Lo otro a tener en cuenta es la
referencia al término pobreza urbana en sociedades ricas, donde hemos querido
ser precavidos tomando los puntos comunes y diferenciadores entre pobreza y
marginalidad, para no tratarlos indistintamente cuando existen matices importantes
que no los hace equiparables, sobretodo en regiones con desigual nivel de
desarrollo económico.
La Figura 1 presenta una excelente aproximación científica de las definiciones y
escalas de la marginalidad que se pueden presentar en diferentes regiones
(Schmidt, 1998).
La marginalidad posee una realidad subjetiva y otra objetiva. La primera
corresponde a la percepción que tienen del fenómeno diferentes personas y grupos
que están directamente afectados por el problema (percepción interna). En ellos se
pueden generar actitudes optimistas, fatalistas e indiferentes que hace que el
fenómeno se acentúe, se potencien procesos de cambio o se deje el curso de la
situación en manos de decisiones externas. La percepción interna de la
marginalidad es esencial para la determinación de las conductas de los actores
para enfrentarse al fenómeno en su propio territorio.
La percepción externa de la marginalidad esta siempre matizada por cierto grado
de subjetividad. Ayuda a la definición y delimitación de las regiones, y genera
diferentes posiciones que determinan las conductas frente al fenómeno por los
encargados políticos de la toma de decisiones o habitantes de la región externos a
la situación analizada. Aquí también se generan tres tipos de actitudes: una
negativa que tiende a la segregación y aislamiento de grupos y espacios. Otra
positiva tiende a la integración con diferentes matices y niveles, haciendo posible
vencer las dificultades con cierto grado de soporte externo. Por último la actitud
indiferente, muy desafortunada porque se expresa en la no-realización de
actividades provechosas, adhiriéndose sin demasiados juicios de valor a cualquiera
de las políticas dirigidas a las regiones afectadas.
En el centro de las dos realidades (subjetiva-objetiva) se encuentra la realidad
geográfica de la Región Marginal con su definición, clasificación y delimitación, que
debe corresponder a la conciliación de las diferentes percepciones de tal forma que
desde la planificación se puedan encauzar las vivencias de quienes padecen el
fenómeno, con propuestas viables y posibles de llevar a cabo alejándose de
pasiones maniqueas que emerjan de las posturas encontradas.
A la figura se suman la dirección a que apuntan los grados de marginalidad y los
cambios que ocurren a través del tiempo sobre las regiones, que culmina en las
opciones de desarrollo que permiten posibilidades de conversión del espacio donde
sean aplicadas.
Respecto a las dimensiones de la marginalidad, Schmidt (1998) toma la aportación
de Leimgruber (1994) que las denomina la realidad objetiva de las regiones
marginales, enmarcándola en los aspectos geométrico, económico, ecológico,
social y político.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
17
El aspecto Geométrico esta determinado por la localización de áreas en un
espacio absoluto. Aparece el concepto de accesibilidad como la facilidad,
APROXIMACION CIENTÍFICA
REALIDAD
SUBJETIVA
Percepción
Interna Externa
REALIDAD OBJETIVA
Tipos de Marginalidad:
•Geométrica
•Económica
• Ecológica
• Social
• Política
REGION MARGINAL
DEFINICION
CLASIFICACION
DELIMITACION
Gr
a
dos
de
Mar
gi
nl
ai
da
d
POSIBILIDADES
DE CAMBIO
POLITICAS DE DESARROLLO
Concepciones y Estrategias
OPCIONES PROPUESTAS
Figura 1. Aspectos a considerar de las regiones marginales
Fuente: Schmidt (1998)
Ca
mbi
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o
l
ar
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del
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mpo
CONCEPTO DE
DESARROLLO
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18
frecuencia, costo y tiempo de conexión entre el núcleo y las áreas distantes. Es un
concepto claramente locacional y no puede ser considerado aisladamente.
La marginalidad Ecológica esta muy relacionada con el aspecto económico a
través de la utilización de los recursos naturales. El aspecto político5, económico y
social se encuentran conceptualmente en las definiciones de Monreal y Wacquant.
Germani en cambio estipula con alta interrelación recíproca, sus cinco grandes
factores causales de la marginalidad que responden a la pregunta que en el
inciso 1.1 (subtítulo p.9) nos hacíamos respecto a los factores que marcaban las
pautas del fenómeno.
El primer factor es la incapacidad de absorción generada por el orden
socioeconómico, caracterizado por las políticas industriales, volumen y formas de
capital extranjero, tipos de tecnología, formas de intervención del Estado, que
generan marginalidad en forma de desempleo, subempleo y desocupación
disfrazada. El factor político-social está determinado por la limitación de la
participación política y la importancia prioritaria de las características del sistema
de estratificación. El factor cultural asumido en sentido antropológico destaca los
roles de diferenciación y la coexistencia de grupos étnicos distintos en su génesis.
A diferencia de Schmidt, que asume la base cultural como una variedad especial
de la marginalidad social que usualmente tiene una expresión espacial en los
estados más avanzados, Germani insiste en independizar lo cultural por
considerarlo la “raíz genética de la marginalidad sin olvidar los demás factores” y
lo justifica diciendo que esto “residiría en la dominación de un grupo cultural.” El
orden psicosocial es explicado por la incapacidad de adaptación o de un retraso
en la adopción de pautas modernas que puede resultar de orígenes culturales
diferentes, situaciones de inferioridad de status y la privación sistemática de
derechos. Por último los factores demográficos como variables no excluibles de
un examen imparcial de las causas de la marginalidad.
La síntesis de Germani hace crecer el conjunto de interpretaciones de las que
debemos saber razonar para establecer los lineamientos de nuestra investigación.
Descartamos para nuestros fines el factor psicosocial a pesar de su importancia,
por ser principalmente desde la segunda mitad del siglo XX en la sociedad
Latinoamericana un elemento presente en las vicisitudes de desarrollo. Los otros
factores son compatibles con las definiciones de la dimensión económica, política y
social6, asumiéndose de forma complementaria con las interpretaciones
dilucidadas en las páginas anteriores.
El transporte público (TP) como factor de análisis, está estrechamente relacionado
con las diferentes necesidades (y factores) básicas de desarrollo humano -mercado
de trabajo y vivienda, educación asistencial, vida social y familiar, servicio sanitarioa
través de la accesibilidad que debe brindar a todos los sectores sociales. El
trinomio [trabajo, vivienda y educación] posee una dependencia más periódica y
5 Pie de Página 4, p.15
6 Para evitar contradicciones, acordemos que dentro de las dimensiones de marginalidad tiene cabida la
determinación de los factores, causas, consecuencias, delimitaciones y otras características de las áreas de
desarrollo urbano. Como ejemplo, el TP puede ser un factor de desarrollo o un factor para la prolongación de
la marginalidad con ramificaciones en la dimensión económica, social, política y espacial.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
19
regular con la vida cotidiana del ciudadano, precisan una comunicación geográfica
(y virtual) con requerimientos mínimos de continuidad, además de coherencia en la
plasmación de las conexiones. El TP no debe ser un régimen tiránico que haga
indicaciones forzosas en las decisiones a tomar sobre el abanico de opciones que
presentan las ofertas del trinomio de servicios básicos. Al margen por el momento
de variables como la capacidad de renta y educacional, percepciones e ideologías,
el TP debe estar al servicio de las distintas oportunidades que requieran la
movilidad espacial de los miembros del núcleo familiar urbano, mitigando que éstos
deban limitarse sólo a las posibilidades que esta red de comunicación urbana pone
a su alcance.
De aquí en adelante nos referimos al concepto de marginalidad en su dimensión
espacial, social y económica. Lo político, cultural y ecológico se cita de manera
tangencial en algunas disertaciones del texto.
1.3 Espacio, Marginalidad y Pobreza
Los calificativos marginalidad y pobreza son aplicados sin demasiado matiz por los
residentes de la ciudad al adjetivar su paisaje social. Investigadores urbanos
definen puntos comunes y diferenciadores de estos dos fenómenos. A pesar de
ello, no es común encontrar aclaraciones en la bibliografía que encauze la opción
más adecuada para la tarea científica.
La definición de espacio es fundamental para entender la interrelación geográfica y
sociológica de lo urbano. Sorokin (1937) establecía la diferencia entre espacio
social y espacio geométrico. Personas que a menudo están muy cerca en el
espacio geométrico (Ej. un rey y sus vasallos; un profesor y sus alumnos), se
encuentran sin embargo separadas por una enorme distancia en el espacio social.
Analógicamente lo social y lo geométrico se atañen a conceptos como distancia,
movilidad y escala.
Córdoba et al. (1991) presenta la organización compleja del hombre en dos formas
claras de diferenciación. El plano horizontal con las diferencias que los grupos
sociales introducen en el espacio de acuerdo con sus necesidades. El plano
vertical obedece a las formas de organización no igualitaria regidas por normas de
comportamiento que establecen jerarquías de derechos y valores. El autor añade
una aclaración sutil pero interesante a tener en cuenta, respecto al espacio que por
naturaleza es diferente pero no desigual: “la desigualdad en el espacio es una
cualidad que se infiere de la acción que desarrollan sobre él los grupos sociales”.
El espacio geométrico corresponde al plano horizontal y el espacio social al plano
vertical. Pobreza y marginalidad urbana contienen implícitamente los dos espacios
mencionados. Cómo se representan sobre los dos planos de referencia estos dos
fenómenos (únicamente la marginalidad en nuestro caso) de acuerdo al análisis de
factores -transporte, vivienda, trabajo- y qué variables lo explican, es fundamental para
el planteamiento de alternativas de desarrollo por parte de la clase gobernante y la
reivindicación de derechos de los sectores afectados.
La pobreza urbana es una reflexión no de los recursos que la sociedad tiene, sino
de las capacidades efectivas de satisfacer sus necesidades básicas, las cuales
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varían grandemente en momentos del curso de la vida de la comunidad, pero
también de la cadena de eventos de vidas individuales (Mingione, 1996). No todo
se satisface bajo las mismas condiciones. Cada economía y cada país imponen la
capacidad necesaria para satisfacer las necesidades y no ser estigmatizado como
perteneciente al clan de la pobreza que plantea problemas de escasez y existencia
precaria de recursos. El marginado lucha por seguir haciendo parte de todas las
opciones que la sociedad dispone abonando un alto precio por ser benefactor de
ellas. Para el pobre, muchas veces el esquema normativo se halla fuera de toda
duda y forma parte del orden “natural”7 o divino, mientras que el marginado
proclama la igualdad de derechos formales para potenciar el rol social que le
corresponde. Tanto el pobre como el marginado luchan para brindar accesibilidad a
su espacio geométrico con el mayor número de parajes, pero en el espacio social
son los marginados quienes se atribuyen el derecho a reivindicar la posibilidad de
escalar sobre su jerarquía, que consideran han perdido por las deficiencias de las
redes urbanas.
Analizar la marginalidad nos asocia de forma casi indisoluble con
caracterizaciones que también pertenecen a la pobreza. Los condicionantes que
afectan al primer fenómeno pueden afectar también al segundo, al igual que
sucede con las causas y otro tipo de parámetros de análisis que pueden resultar
convergentes. El CUADRO 1 presenta las características de los dos conceptos, con
lo cual se culmina esta diferenciación que aunque sutil, de demasiada importancia
para no distorsionar los objetivos que nos proponemos.
Cabe aclarar que no es una clasificación exhaustiva. Debe asumirse como una
aclaración general y matizar cada caso particular de estudio a las condiciones de la
zona de análisis.
CUADRO 1. Distinciones entre Marginalidad y Pobreza
MARGINALIDAD POBREZA
Distribución areolar concéntrica Distribución en intersticios urbanos de
interior y periferia
Deficiente conexión casa – trabajo Desempleo o subempleo prolongado
Asume mecanismos de participación para la
reivindicación de derechos
Aceptación sin demasiadas objeciones del
orden social establecido
Encima de la línea de pobreza de cada país o
región, aunque en situación vulnerable para
bajar
Bajo la línea de pobreza sin posibilidades
aparentes de superarla
Posición en la escala social sujeta a cambios
de acuerdo a posibilidades de mejora
Pocas opciones de mejora en la escala social
Dificultades para el aprovechamiento del
tiempo libre y vida social, por la
inflexibilidad en la jornada de trabajo y las
dificultades de movilidad urbana
Precariedad aún mayor que los marginados,
por la media de ingresos más deficitaria
Población de media o baja cualificación Predomina la baja cualificación
Amplio alejamiento del actual o potencial Formas ambulantes e informales de
7 Germani (1980) da el ejemplo de la sociedad de castas, en la que incluso el sector más oprimido no pone
(usualmente) en discusión su situación dentro del orden social y hasta incorpora como propia la imagen que el
sector dominante tiene acerca del sector dominado.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
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lugar de trabajo subsistencia
Espacios urbanos de modesta calidad Precaria calidad de la estructura urbana
Su estado se acerca pero no pertenece
mayoritariamente al sector de pobreza
Siempre supone marginalidad
Fuente: Elaboración propia a partir de Germani (1980), Wacquant (2001), Córdoba O./García A. (1991), Monreal (1996),
Graham (2000), Mingione (1996), Sommers y Mehretu (1998), Lomnitz (1993), Romanowski (1998), Schmidt (1998)
1.4 Marginalidad Socioeconómica
Superadas las aclaraciones de uno de los ejes del trabajo (marginalidad), sus
dimensiones y diferencias con otros términos, nos adentramos ahora en el
elemento socioeconómico.
La marginalidad en su dimensión social y económica contribuye a la configuración
del espacio urbano. La morfología urbana refleja el espacio construido, la
organización económica y social, las estructuras políticas, los objetivos de los
grupos sociales dominantes (Capel, 2002).
El mercado de trabajo y la promoción de vivienda cuentan con raíces en la
dimensión económica y social. Aunque bastante obvio, no sobra aclarar que la
consecución de un empleo remunerado no tiene como objetivo exclusivo la
capacidad de ahorro, gasto y el abastecimiento de las necesidades básicas. El
sentirse útil a la sociedad y la familia, el establecimiento de lazos socio-laborales, el
acceso al alojamiento, el reconocimiento por el oficio, entre otras motivaciones, son
complementos a la dimensión económica del trabajo. Análogo sucede en la
vivienda, pues no sólo se adquiere con fines de aumentar el patrimonio de bienes
raíces y los fondos hipotecarios. También tiene su contenido social representado
en la dignidad de tener un techo, los sentimientos de protección y la identificación
con una categoría socioprofesional.
Trabajo y vivienda ocupan porcentajes elevados de la ciudad que recorremos a
diario. Poseen una configuración céntrica aunque de forma más frecuente
trasladan sus centros de comercio y negocio (CBDs) a más unidades residenciales.
Los elementos de una nueva territorialidad ya no tienen la coherencia espacial de
proximidad geográfica a la que estamos acostumbrados (Dupuy, 1992). La
movilidad vivienda – trabajo ha tenido un aumento en su distancia media recorrida.
La introducción masiva del coche que otorga autonomía a los desplazamientos, las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC) como soporte para la
movilidad virtual, la división de la producción donde prevalece la especialización
funcional con base en la concentración espacial de sectores que dispersan de
forma creciente la localización laboral. En esta dinámica los empleados menos
cualificados o los llamados trabajadores “autómatas”, son quienes más desafían los
efectos de la dispersión, pues es la producción la que tiende a descentralizarse,
mientras las tareas ejecutivas y de negocios se encuentran focalizadas en espacios
desnacionalizados en el interior de las ciudades8. Esta disgregación se presenta a
escala internacional, regional y local. Del primer caso nos desentenderemos y
8 El concepto de la desnacionalización lo asume Saskia Sassen (1996), como la desintegración parcial de lo
nacional mediante las prácticas institucionales de lo global, que a su vez produce sus propias espacialidades
transfronterizas específicas y temporalidades distintas.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
22
siempre que tratemos esta terminología deberá comprenderse en las dos escalas
espaciales inferiores, que es donde tiene operabilidad el transporte público urbano.
La marginalidad socioeconómica la asumimos entonces desde dos ejes
fundamentales: trabajo y vivienda. Entender cuál es la población objetivo y cómo se
configura en el espacio a través de estos ejes, es fundamental para los
razonamientos posteriores donde interviene el transporte público.
1.4.1 Mercado de Trabajo
La necesidad fundamental del ser humano de emplearse para garantizar un
elemental nivel de estabilidad socioeconómica, ocupa generalmente no menos de
la tercera parte de nuestra vida productiva. Los límites de la ciudad actual en donde
se moviliza el mercado laboral han ido variando de acuerdo a las dinámicas que
impone la globalización económica, la “era de la información”9 y el mercado
capitalista avanzado.
Aunque estas dinámicas parecen determinismos independientes, están
inextricablemente relacionadas al momento de “intervenir” sobre los procesos de la
economía laboral. Han revolucionado aspectos de la economía que han generado
beneficios e inconvenientes repartidos de manera desigual sobre los diferentes
sectores sociales. Estas inconveniencias son parte de los síntomas de
marginalidad avanzada de finales del siglo XX y principios del actual, donde la
cristalización de una nueva división internacional del trabajo y el desarrollo de
nuevas industrias de uso intensivo del conocimiento han producido la
modernización de la miseria: el ascenso de un nuevo régimen de desigualdad y
marginalidad urbana (Wacquant, 2001).
En la misma vía se plantean las divisiones sociales fundamentales de esta nueva
era (Castells, 2001):
• Fragmentación interna de la mano de obra entre productores
informacionales y trabajadores genéricos reemplazables.
• Exclusión de un segmento significativo de la sociedad compuesto por
individuos desechados cuyo valor como trabajadores/consumidores se ha
terminado.
Son los trabajadores “genéricos” nuestro objetivo de análisis, junto con la
degradación y dispersión de sus empleos, el aumento de la jornada laboral por el
distanciamiento con las zonas residenciales y la lógica contraproducente de las
redes de transporte público en la articulación trabajo-vivienda, donde la
interconexión espacial no avanza en concordancia a las dinámicas de dispersión
laboral y residencial de la ciudad. Es la división del trabajo lo que debe estar en la
base de la complejidad e importancia de los sistemas de transporte intraurbano
(Castells, 2001).
9 Denominación dada por Manuel Castells (1997) en su obra del mismo nombre donde da cuenta de los efectos
fundamentales de la tecnología de la información en el mundo contemporáneo.
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23
La dispersión laboral tiene sendos efectos en la movilidad de quienes están
dependientes de los empleos generados por la producción estandarizada. Por ello
no fortuitamente se afirma que una de las causas de concentración de la pobreza,
es el decrecimiento de la localización de empleos en el área central metropolitana
en favor de la suburbanización periférica (Strait, 2000). La población marginal
aumenta su vulnerabilidad a caer bajo situación de pobreza, en la medida que la
periferización genera dificultades de movilidad a los lugares de trabajo, pudiendo
conformar grupos de habitantes con empleos funcionalmente inaccesibles.
La suburbanización periférica (como la menciona Strait) hace parte de la diversidad
de neologismos que existen para su denominación. Dado que el objetivo no es
aclararlos, adoptamos el CUADRO 2 de la urbanización dispersa10 como guía
síntesis de los impactos que genera en los diferentes sectores de la ciudad.
El impacto de la dispersión puede ser analizado en regiones como en ciudades. El
ámbito espacial de nuestro trabajo corresponde a la región de Barcelona
conformada con tres de sus municipios conurbados (Sant Adrià del Besòs, Santa
Coloma de Gramenet, Badalona), que hacen una gran ciudad con funciones
metropolitanas de 1.864.104 habitantes y 130.8 km² de superficie. Los efectos de la
ciudad sin duda repercuten y se relacionan con la región en que se circunscribe,
como lo hace Barcelona en el conjunto municipal de su área metropolitana.
CUADRO 2. Impactos Económicos, sociales y ambientales de la urbanización dispersa
IMPACTO EN REGIONES IMPACTO EN CIUDADES
Incremento del tráfico rodado. Más afluencia de tráfico por los
commuting11.
Incremento de la polución ambiental y
accidentes de tráfico.
Empeoramiento de los niveles de pobreza.
Más consumo de energía y emisiones. Éxodo de empleos.
Aumento del ruido y disminución de la
tranquilidad.
Vaciamiento de edificaciones y terrenos.
Impacto sobre los recursos agrícolas. Efecto negativo sobre la movilidad a la
escuela.
Decadencia del campo en perjuicio de la
fauna.
Menos comercio comunitario.
Usurpación de espacio de las grandes
aglomeraciones a los pequeños centros
urbanos.
Declinación de propiedades urbanas valiosas.
Débil transporte público en los asentamientos
dispersos.
Menos viabilidad de los autobuses públicos.
10 La idea de ciudad dispersa posee gran prestigio en la literatura anglosajona, en los estudios italianos y
españoles. Otros calificativos como Edge cities, suburbanización y ex-urbs hacen parte de este conjunto. En la
misma tónica, el socioecólogo catalán Ramón Folch comentaba que la ciudad dispersa la constituía el espacio
urbano y paraurbano. El primero lo confirmaba con el discurso clásico y el segundo (paraconstruido), lo
dividía en tres: espacio periurbano, constituido por los suburbios y equipamientos comerciales alrededor de la
ciudad; el espacio rururbano, como estructuras del espacio rural que tienen características urbano-industrial
(invernaderos, aljibes, vertederos); y el espacio vorurbano o zonas residuales, comprendidos por los baldíos
intersticiales o nudos viarios. * Ponencia presentada en el congreso de Fenedatur el 26 de marzo de 2003.
11 Concepto popularizado en los distritos metropolitanos de Estados Unidos a principios de los años 20 del
siglo pasado, para indicar la movilidad diaria de la casa al trabajo en algún medio de transporte (Miralles,
2002).
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24
Racionalización (suspensión) de servicios.
Oferta de servicios de alto costo y pobre
cualificación.
Fuente: Power (2001)
Los impactos de la dispersión planteados tienen gran correspondencia con lo
afirmado hasta ahora. Elementos como el aumento de los niveles de pobreza y la
mayor densidad de tráfico por los commuting (que inducen también a elevar los
niveles de emisiones contaminantes) lo confirman. Pero para destacar a nuestros
fines, serían los impactos que generan éxodo de empleos y menor viabilidad en los
servicios de transporte público, los que mejor justifican la necesidad de dar
soluciones a la hipótesis de trabajo. A su vez, el aumento generalizado de los
anteriores efectos conlleva al incremento de los niveles de pobreza, es decir, que
un porcentaje de población sobre la que recaen perjuicios de la dimensión
económica y espacial de la marginalidad, sobrepasan el límite inferior de su status
y entran a formar parte de la colonia de pobres urbanos. La planificación de
políticas de ordenación congruentes aumentaría la coherencia del TP, en relación
con las dinámicas laborales que en las últimas dos décadas se plantan sobre los
territorios metropolitanos. El actual privilegio de la red de transporte para implantar
nodos territoriales no acordes con estas dinámicas, organiza sociedades de forma
asimétrica respecto a los intereses específicos dominantes de cada estructura
social (Castells, 2001).
El desarrollo de las ciudades no puede ser entendido aisladamente de los cambios
fundamentales de la organización económica. El transporte público hace parte de
la configuración del desarrollo urbano y por eso la necesidad de coherencia para
hacer de él un justo análisis. Para ello tomamos los mercados de trabajo y vivienda
que hacen parte de la organización económica, pero también de la social, donde al
final se ven reflejadas las bondades o falencias de las políticas de ordenamiento
asumidas para el desarrollo buscado.
La evidencia actual de la dispersión de las actividades productivas y el notable
aumento de desplazamiento de personas genera una serie de consecuencias
sobre el modelo territorial extensivo: dificultades de servir con transporte público a
la masa poblacional acomodada en la periferia con bajos niveles de densidad,
creando la necesidad del vehículo privado para recorridos cada vez más largos en
tiempo y espacio, ingrediente que podrán satisfacer quienes posean los ingresos o
la capacidad de endeudamiento para su compra. En definitiva, quienes no puedan
acceder al coche privado, se encontrarán cautivos por el TP si su red de servicio no
está capacitada para satisfacer todas las necesidades de movilidad.
En Barcelona esta dinámica laboral ha hecho que el impulso industrial suponga
ajustes espaciales trascendentales: la industrialización de la primera y segunda
corona metropolitana en contraposición a la terciarización del núcleo central, que
hacía 1950 agrupaba el 40% de sus activos y en 1986 la cifra llegaba a las dos
terceras partes del total (García et al, 1994). Esto ha supuesto también, que la
ciudad central concentre un altísimo porcentaje de las clases medias y altas
empleadas en servicios, comercios, instituciones culturales y de ocio12. Después de
casi una década, el actual modelo de jerarquías socioeconómicas debe ser
12 García et al, op.cit., p. 25
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
25
reinterpretado para analizar el proceso de inserción del transporte público en el
funcionamiento urbano, para tomar las medidas correctivas enfocadas a disminuir
los desequilibrios socio-espaciales de esta red territorial.
1.4.2 Mercado de vivienda
El otro factor que nos permite completar el análisis de la dialéctica entre transporte
público y marginalidad, que junto con el mercado de trabajo establecen el trinomio
de nuestra hipótesis.
La actual dinámica del mercado de vivienda obliga a referenciar como marco de
análisis el vigente proceso de la urbanización dispersa, que más que un fenómeno
contemporáneo, ha crecido es el reconocimiento político en el imaginario social de
las poblaciones urbanas, pues desde la revolución industrial las periferias han sido
los emplazamientos de innovación de las ciudades (Dematteis, 1996). Esa
“innovación” ha pasado a lo largo de los años a formar parte de la vida económica
y social de municipios concéntricos13 a las urbes centrales. Esto significa que a
escala productiva territorios de menos jerarquía comienzan a intervenir en los
procesos de fecundidad mercantil, que gerencial y ejecutivamente se manejan
desde el nodo urbano estratégico.
Como ejemplo de esta dinámica, las ciudades de Madrid o Barcelona desplazan
anualmente entre 10000 y 20000 habitantes a las nuevas periferias metropolitanas,
pero de mucha mayor magnitud es la dispersión física que crece de forma
exponencial con las promociones residenciales de baja densidad, la
descentralización de nuevas industrias y equipamientos (Monclús, 1996).
Los municipios conurbados albergan en diferentes proporciones las clases sociales
trabajadoras, que se instauran de acuerdo a su predominancia social y morfología
histórica del espacio. Véase Barcelona, donde ha existido la oposición entre un
noreste y un suroeste obrero, que encierran áreas acomodadas prolongándose
algunas por el ámbito comarcal (Sant Gervasi, Sarriá, Les Corts / Sant Just
Desvern, Sant Cugat del Vallès).
Los argumentos clave en la selección del tipo y ubicación de la vivienda son:
Capacidad económica, accesibilidad y condiciones del entorno. Debido a los
intereses que nos sucumben, la accesibilidad al trabajo desde el hogar es una de
las piezas claves. Sus distancias recorridas han tenido un alargamiento
permanente y por ende la mayor utilización de los medios de transporte para
recorrerlas. Alargamiento que ha sido consecuente con la dispersión urbana,
creando un “desequilibrio entre empleos y oportunidades de alojamiento, que ha
significado un aumento en los costos de accesibilidad de ciertos grupos de
población en relación a otros” (Harvey, 1973).
Las diferentes clases trabajadoras tienden a homogenizar los microespacios
residenciales que habitan, e intentan estar conectados al mercado laboral que
13 Definición asumida con efectos de simplificación, dado que nuestro objeto no es demostrar las formas de
dispersión espacial de las áreas metropolitanas, sino entender la evidencia del fenómeno en interrelación con la
vivienda urbana.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
26
pertenecen o consideran contienen sus potenciales fuentes de trabajo14. Estas
relaciones no vienen determinadas prioritariamente por la cercanía, buscan la red
(de infraestructuras y/o servicio) que asegure la conexión máxima y más directa de
acuerdo al medio de transporte que sea la base de su movilización. Aquí entra a
operar el factor nivel de ingresos o capacidad económica familiar. La población
poco o nada cualificada está en el conjunto de las remuneraciones menos
vigorosas, cuestión que se ve representada en el nivel de motorización que es
inferior al de las clases socioeconómicas más altas. De forma evidente, la
demanda de transporte alternativo al coche privado es mayor en quienes poseen
menor índice de motorización, lo cual debiera verse compensado con una oferta de
transporte público coherente a las jerarquías socio-espaciales del territorio.
1.4.2.3 Promoción inmobiliaria y urbanización marginal
Rafael Más (1996) evidencia el comportamiento del capital privado en la dinámica
de las ciudades españolas desde la segunda mitad del S.XIX hasta finales del XX,
afirmando que “una historia de la promoción inmueble es en buena medida, una
historia de las modalidades de crecimiento de la ciudad”.
Interesante saber cómo el fenómeno de la dispersión no es tan reciente en las
ciudades actuales y cómo tampoco los intereses que han existido detrás de esta
periferización tan desinteresados. La dispersión se contrapone a la figura del
ensanche y sus suburbios periféricos, “como nuevas tramas que acogieron el
desbordamiento de la antigua ciudad amurallada”. Este suelo de las afueras
(periferias) desde el S.XIX era de porvenir incierto pero ofrecía mayores
posibilidades de negocio relativo, además de la maximización de plusvalías que se
generaban con el paso de terrenos rurales a urbanos.
Otro elemento a analizar en la compleja trama de la promoción inmobiliaria del área
metropolitana de Barcelona, es la densificación urbana de su aglomeración central.
Este espacio contiene pocas posibilidades de incrementar de manera considerable
su parque residencial, mientras que su estructura de edades motiva una importante
demanda que al final se satisface por los municipios conurbados y aledaños
(Esteban, 2003).
El interés por el transporte público y la marginalidad debíera ser palpable por la
evidencia histórica que presentan buen número de ciudades respecto a las
carencias de estos dos ejes estructurantes. Lo asombroso es cómo en el caso de
Barcelona desde los sectores político, social y académico, ha sido hasta el
momento tan moderadamente estudiada esta dialéctica. La acusación se
fundamenta en la falta de visión integral que se ha tenido. Completos trabajos de
vivienda, trabajo y transporte en la ciudad ponen en evidencia para cada sector
problemas, puntos fuertes, avances políticos y tecnológicos para su tratamiento.
Pero se han dado en falta las visiones integrales, aquellas que comprendan por
ejemplo que la vivienda y la segregación social no sólo se ve afectada por la
capacidad de compra o la categoría socio-profesional.
14 Otras funciones de la vivienda son, valor de cambio, valor de uso, reproducción de la fuerza productiva,
seguridad de factores externos (medio ambiente, delincuencia), sede de comercios al por menor, etc.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
27
Las excepciones que existen mencionan la problemática, notan la complejidad de
su tratamiento, pero al final pragmáticamente poco se avanza. Monclús (1996) lo
dice muy bien cuando afirma que “estudiar la posible movilidad diaria al trabajo a
partir de muestras de estratificación social y espacial, nos introduce en otro mundo
en el que todo está prácticamente por hacer y que se necesita para desentrañar el
auténtico movimiento en la ciudad”.
2. DICOTOMÍA DEL TRANSPORTE PÚBLICO: ENTRE LA CONEXIÓN Y
LA MARGINALIDAD
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
28
No estar conectados, no sólo es conocer las
condiciones de vida miserables y peligrosas para la
salud, sino también estar cortados de la organización
colectiva de una ciudad.
F. Godard La ville en mouvement (2001)
El transporte público (TP) posee atributos que lo hacen importante en el desarrollo
social y económico del territorio urbano. Las peticiones de diferentes sectores para
el mejoramiento del servicio son constantes y el reconocimiento de su importancia
lo hace parcialmente presente en el discurso político. La necesidad de estrategias
para el afianzamiento socioeconómico de las regiones, hace que la movilidad de
los factores de producción sea fundamental para la competitividad entre regiones y
la complementariedad de funciones de los miembros de la sociedad.
Las infraestructuras y disposición del TP para garantizar la movilidad no
corresponden siempre con la funcionalidad del territorio. Esto puede contribuir al
agravamiento de las tácticas de movilidad cotidiana de la población, establecidas
como soluciones parciales a los déficit de desplazamiento ya existentes. La
confianza en un servicio que no presta la frecuencia requerida, la congestión
causada sobre infraestructuras de acogida insuficiente, las dificultades de acceso y
los altos tiempos de viaje, crea desconfianza en los futuros usuarios del servicio –
compuestos por quienes accederán al mercado de trabajo y los propietarios de coche que
precisan opciones más eficientes para la accesibilidad laboral15,- deseconomías en los
cautivos y en quienes poseen medios particulares de desplazamiento, que perciben
el servicio público como un estorbo a sus necesidades de movilidad.
El TP funciona como conector, sus beneficios son evidentes para quienes de forma
tácita aceptan su oferta actual. Pero también puede funcionar como marginador del
justo cumplimiento de los roles sociales y económicos de los urbanitas, que no
siempre reivindican un mejor servicio; sea por conformismo, dejando a los
planificadores urbanos esta tarea de mejoramiento, o bien porque en otras
estrategias de desplazamiento perciben la solución parcial o definitiva a sus
requerimientos de movilidad.
Asumiendo la dinámica vivienda – empleo como parte del determinismo de la
dispersión urbana, analizamos el TP como herramienta coherente y necesaria para
“proveer de movilidad sostenible” a las clases menos favorecidas que no cohabitan
con más opciones de transporte y a los propietarios de coche como medio
complementario de sus desplazamientos.
2.1 Transporte público para el alivio de la pobreza
Volver a la definición de pobreza no es más que recaer en algo que para nuestros
efectos debe estar claro. Su mención se hace de nuevo porque el TP para el alivio
15 Por objetivos de nuestra hipótesis la referencia de futuros usuarios es la englobada en la movilidad
obligada.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
29
de la pobreza es condición necesaria para el alivio de la marginalidad, partiendo de
la premisa (ver 1.3) que toda sociedad pobre es también marginada.
No son pocas las preocupaciones en todo el mundo respecto a la forma de dar
solución a la pobreza acuciante de las áreas urbanas. No existen soluciones
definitivas ni únicas, pero si alternativas que regeneran las condiciones previas y
ponen a la mano de los necesitados un mayor número de mecanismos de
subsistencia. No basta con crear oportunidades si paralelamente no existen los
medios para llegar a ellas, o por el contrario, los medios que existen erosionan el
presupuesto a través del exceso de pagos, correspondencias y tiempos para
movilizarnos. Un transporte rentable para la población se traduce en más
oportunidades de participación en la distribución del ingreso, representado en
forma de negociaciones comerciales, nuevos empleos y tareas complementarias.
Disminuir el porcentaje de renta dedicado al desplazamiento y potenciar el tiempo
de las diferentes jornadas personales de trabajo, son los objetivos de la
implantación del TP como estrategia para combatir la pobreza. Con ello, las zonas
que ganan interconectividad pueden permitirse un aumento de las rentas y
modificación en la utilización del espacio (Miralles, 2002).
En América Latina por ejemplo, las condiciones de movilidad presentan graves
déficit para los sectores más desfavorecidos de la población. El número de viajes
per capita es un indicador que mide el nivel de desarrollo de las metrópolis
industrializadas y en proceso de crecimiento. Para el año 1997 Lima presentaba
0,86 viajes/habitante/día, Bogotá 1,23, Ciudad de México 1,5 y Buenos Aires con el
porcentaje más alto 2,07 (Cedano, 1998). Falta de racionalidad en las rutas,
vehículos de todo tipo, marca y tamaño, demasiado tiempo en los recorridos de
horas punta, pobre servicio en los días festivos y casi nulo en las horas nocturnas,
y abundante oferta de transporte informal, son las referencias del servicio de
autobús, principal modo de transporte de las ciudades grandes y medianas en
Latinoamérica. Sus características no pueden considerarse como óptimas para la
mitigación de la pobreza, menos cuando los niveles de desempleo, subempleo y
formas autónomas de subsistencia, son de porcentajes mucho más elevados que
en las ciudades de Europa Occidental.
Un estudio sobre la pobreza y el transporte urbano en siete diferentes ciudades del
mundo encargado por el Banco Mundial, plantea para Santiago de Chile la
necesidad de mejorar el reparto modal de la oferta, un conocimiento más detallado
de la estructura urbana y la dotación de servicios según características
socioeconómicas y localización de actividades de la población (Godard X. et al,
2000). Otros elementos como la centralización del sistema Metro y su
independencia respecto al funcionamiento del transporte público de superficie, se
mencionan como coyunturas de inminente tratamiento en el TP de Santiago.
El proyecto político sobre transporte de superficie en Estados Unidos (ANTC,
2002)16, hace sugestivas referencias a esta temática aplicables a otras áreas
urbanas del mundo occidental que vale la pena resaltar, porque buen número de
las ciudades norteamericanas se encuentran en un estadio avanzado de los
16 ANTC es uno de los proyectos políticos sobre transporte de superficie en EEUU (Surface Transportation
Policy Project). http://www.antc.net
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
30
procesos de urbanización, donde pueden observarse los efectos y las nuevas
potencialidades del transporte público en sus jerarquías socioespaciales.
La dispersión urbana (sprawl) ha conducido a la concentración de la pobreza.
Según la Administración Federal de Tráfico de EEUU (FTA), dos tercios de todos
los empleos nuevos se ubican en la periferia, muchos de ellos inaccesibles por
cualquier modo menos el coche. Sólo el 29% de la población total del país vive en
el centro de las ciudades y la comunicación perimetral entre los relocalizados
centros de empleo y vivienda no satisface las necesidades de movilidad. Una ley
federal de transporte –Acto para la Equidad del Transporte para el siglo XXI (TEA 21)-,
permite que los patrones ayuden a sus empleados a gastar menos en su
movilización al trabajo, otorgando subsidios, rutas para manejar al trabajo en grupo
o incentivos por llegar en bicicleta.
El proyecto menciona la trampa para la pobreza que es hacerse dueño de un
coche, matizando que se refieren principalmente a la población de bajos ingresos
que generalmente tiene autos más viejos y costos de arreglos no esperados. El
quinto más pobre de los hogares gasta el 42% de su presupuesto anual en la
compra, operación y mantenimiento de coches, más de dos veces que el promedio
nacional. Un mal servicio de transporte público incentiva más rápidamente el
endeudamiento de los marginados para la compra de coche, que pueda suplir las
necesidades y libertades de la movilidad cotidiana que el TP no suple.
Las ciudades latinoamericanas y estadounidenses presentan opciones de
movilidad, niveles de dispersión urbana y grados de pobreza, que difieren para el
análisis de la red de TP. Pero tienen un punto genérico donde convergen que hace
posible concebir el mismo fundamento para nuestra investigación: la dinámica de
mercado vivienda – trabajo y las nuevas necesidades de movilidad que genera su
relación representada en la suburbanización. La creación de infraestructuras de
comunicación y alternativas de transporte público direccionadas por esta jerarquía
socioespacial, debe ser el objetivo buscado en las urbes que se dirijan a esta
optimización, para que diferentes sectores puedan participar plenamente de la
sociedad independientemente si sus hogares son dueños o no de un coche. Ahora,
la falta de planificación e inversión en TP no debe implementarse como coartada a
la mayor decadencia de las áreas urbanas, pues como Simpson (1992) afirma
respecto a los casos de Inglaterra y Alemania, “las fuerzas de decadencia de la
ciudad pueden ser más profundas que los problemas de accesibilidad y en tales
casos el raíl no suele salvarla”.
2.2 Dialéctica del transporte público y marginalidad
Jean Hourcade (1996) sintetiza los condicionantes presentes en la movilidad
cotidiana, homologables al TP como dinamizador de ésta. Afirma que “la movilidad
de cada ser humano depende de diversos factores, como el dinero que puede
destinarle, el tiempo que puede dedicarle, la dispersión en el espacio de sus
centros de interés, el país o el sistema económico en el que vive…”. Concluir una
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
31
metodología única de trabajo para el análisis del TP, consistiría en presentar de
forma parcialmente falsa unos esquemas no transferibles, sin previamente haber
estipulado los matices y parámetros distintivos del espacio urbano particular.
El transporte público y la marginalidad urbana se corresponden en una relación
dialéctica que abarca la dimensión económica, sociopolítica y espacial, cada cual
con la intensidad y los diferentes inicios y finales sobre las escalas
correspondientes. Demostrar sus relaciones causales es válido y necesario para
explicar muchas de las situaciones anómalas. Esta doble direccionalidad es
fundamental para comprender los efectos recíprocos que conciben estos dos hitos
de análisis.
Una colonización disfuncional del espacio por parte del transporte público crea
mayor vulnerabilidad para la desconexión espacial de sectores poblacionales, que
impone obstáculos al libre desarrollo de los derechos y deberes intrínsecos en sus
roles sociales. La situación marginal en sus diferentes dimensiones conduce a una
mayor desconexión por dos motivos principales:
Social, que puede hacer que el planteamiento (o modificación) de líneas e
infraestructuras de TP por parte de los estrategas y promotores del servicio,
circunvalen los enclaves de pobreza y marginalidad eludiendo la proletarización de
las infraestructuras, haciendo que los marginados lleguen al servicio y no el
servicio a ellos.
El segundo motivo que hace de la marginalidad un obstáculo para la
conexión es el Urbano. El lastre urbanístico que han sobrellevado ciertos espacios
mal adaptados a la red de TP, requiriere de grandes inversiones correctivas para
su mejoramiento que por razones presupuestarías se posponen o ejecutan
parcialmente, haciendo que se decline en el circulo vicioso: Motivaciones de
intervención – Evaluación de requerimientos – Necesidad de grandes inversiones de mejora –
Dificultades presupuestarias para el total de aplicaciones – Soluciones parciales – Nuevas peticiones
de intervención… Al final, siempre tienden a permanecer las barreras o desequilibrios
que limitaban la movilidad sobre los sectores cautivos del TP.
Con los obstáculos intrínsecos que se imponen sobre la movilidad obligada y no
obligada de la población marginal, las menciones públicas acerca de la igualdad de
oportunidades para todos, se hacen de difícil consecución si no existe una
discriminación positiva de las inversiones hacía los sectores con fuertes límites
para el acceso a estas oportunidades promulgadas. Así, los actos políticos donde
la creación de nuevos empleos, servicios de salud, oferta educativa y lúdica son los
ejes fundamentales de las acciones propuestas, pueden ser durante su ejecución
victimas del afán demagógico al no haber dado respuesta paralela a las dificultades
de acceso que se podían presentar para el disfrute colectivo de estos servicios.
No es demasiado el trabajo investigativo en esta área de los transportes a pesar de
las antiguas referencias que existen en diferentes ciudades. Oyón (1999) confirma
lo “elemental” de las aportaciones conceptuales y lo limitadas que han sido a las
grandes urbes de los más desarrollados países europeos. Confirma como no todas
las clases sociales entraron en el proceso de democratización del transporte
urbano desde su proceso de crecimiento lento y selectivo en la segunda mitad del
siglo XIX. La llegada de los diferentes tipos de energía, la peculiaridad de las
geografías urbanas, la legislación, el control político, la gestión de las finanzas, las
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
32
“tecnologías” y por supuesto el tamaño de la ciudad, influyeron en las formas de
movilidad de las diferentes clases sociales.
En Barcelona dos hechos significativos a escala territorial marcaron importantes
retos para la reestructuración del territorio a los nuevos espacios y ciudadanos. El
derribo de las murallas en 1854 y la aparente libertad que otorgaba un nuevo
crecimiento extramuros, impone el interés de cómo seria la prolongación extensiva
de esta “nueva” ciudad. Ildefons Cerdà en su Teoría General de la Urbanización
presenta en tres proyectos consecutivos (1855, 1859, 1863) la reforma y ensanche
de Barcelona.
Dupuy (1992), rehabilita las doctrinas que desde finales del siglo XIX planteaban
las ideas de organización urbana en red, donde Cerdà es uno de sus principales
exponentes. En sus mismas palabras entendamos el interés y la importancia de la
obra del creador del Eixample, donde hace explicito las preocupaciones por
conseguir la comunicación de todos los sectores sociales con sus necesidades
cotidianas. Quizás la no-atención a todas sus recomendaciones17, sea el origen de
los desequilibrios que desde la última década del siglo XIX se perfilan en la
conurbación de Barcelona:
La obra de Cerdà es particularmente interesante porque hace aparecer muy pronto en la historia la
concepción casi moderna de red. Estaba preocupado por las cuestiones sociales, hasta el punto de
hacer él mismo encuestas sobre las condiciones de vida de los obreros de Barcelona. Está sublevado
por una situación que supone es la consecuencia de la inadaptación de la ciudad catalana, …,
a los nuevos medios de comunicación que conoce (ferrocarriles, telégrafo) o imagina (tranvía eléctrico).
La red es la obra a realizar localmente por este objetivo. Él impedirá el divorcio de la ciudad
con la modernidad y dará al ciudadano su humanidad, su urbanidad18.
El otro acto significativo es la anexión administrativa de ocho municipios a partir de
1897 a la ciudad de Barcelona19, a raíz del fortalecimiento de las relaciones dadas
por el crecimiento expansivo propuesto en el ensanche y los mayores intercambios
socioeconómicos basados principalmente en la industria. En la década de los
ochenta del siglo XIX el uso del tranvía de tracción animal era privilegio de pocos.
Los flujos de tránsito de 1894 mostraban direccionamientos hacia la zona norte del
llano de Barcelona (Sarrià – Sant Gervasi) y las líneas de Sants y Sant Andreu
duplicaban su tránsito los fines de semana por las visitas de los obreros al centro,
quienes por razones de costos del servicio poseían opciones de acceso muy
limitadas (Monclús et al, 1990).
El cambio de tracción hacia la energía eléctrica del tranvía presentaría una
disminución de las tarifas en la compañía de Sant Andreu y el ferrocarril Sant
Gervasi-Sarrià, pero en la empresa inglesa Barcelona Tramways que reunía más
de la mitad de la demanda, sus rebajas fueron reducidas y momentáneas y en
1910 se regían sobre los antiguos trayectos con los mismos precios anteriores a la
reconversión. Las rebajas más sustanciales del servicio se produjeron en radios
superiores y afectaban los trayectos más lejanos como: Rambla-Sants, Plaça
Catalunya-Les Corts – Sant Gervasi – Sarrià. Desde inicios de la “masificación” del
transporte público en Barcelona a través del tranvía su estructura radial ha
17 Miralles (2002: 133) afirma que la conectividad en Barcelona se llevó a cabo siguiendo la lógica de Cerdà,
pero sustituyendo el ferrocarril por el coche casi cien años después.
18 G. Dupuy, op.cit., p. 33
19 Gràcia, Sants, Les Corts, Sant Gervasi, Sant Andreu, Sant Martí en 1897. Horta (1903), Sarriá (1921).
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
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marcado su desarrollo, como lo testimonian los setenta kilómetros de vía
construida hasta 1884 representadas entre otras por las rutas de largo trayecto20.
La búsqueda de las condiciones de accesibilidad al TP por parte de la población
obrera continuó generando interés en los investigadores sociales, tomando el
análisis diacrónico una gran importancia para este entendimiento, otorgándole la
trascendencia adecuada como “excelente herramienta para un urbanismo de redes
(Dupuy, 1992)”.
Un elemento para analizar en los informes institucionales, es la forma en que
presentan las características de la oferta y la demanda hacía el servicio de
transporte prestado y su relación con la población servida. Desde el punto de vista
de la oferta es en donde más se avanza y donde los administradores del transporte
más datos aportan. Es en este punto donde no se debe reincidir. Este tipo de cifras
poco dicen del perfil característico del usuario. Las cifras de tráfico, su reparto
anual y espacial y la progresiva generalización del transporte público por el número
de usuarios transportados, es información socialmente “muda” que no termina por
descubrir los estratos sociales y la clientela habitual del servicio (obrero, técnico,
oficinista, ejecutivo, etc.) (Miralles et al, 1998).
La investigación realizada en Barcelona por Monclús et al (1990) puede analizarse
de forma continua junto al trabajo de Miralles y Oyón (1998), referente al análisis
de la movilidad obrera en la Barcelona de entreguerras. El aporte de este último es
básico y muy cercano para el propósito de nuestra investigación. Para iniciar,
toman la curva de costos de vida en la ciudad de Barcelona sobre la escala
temporal de estudio (1914-1939), relacionándola con el aumento de viajes per
capita anuales. Pero lo más concluyente es la mapificación para cuatro industrias
catalanas, de los correspondientes domicilios de su fuerza laboral según el nivel de
ingresos y cualificación, tomando como base espacial de análisis los radios de
desplazamiento de la movilidad obligada.
Desde otra perspectiva, es susceptible tener en cuenta sucesos históricos de los
desplazamientos en las principales metrópolis del mundo, donde muchos de los
problemas que aquejan el actual tránsito por la ciudades tiene referencias en
hechos no tan recientes. Menéndez M. (2002) expone fotografías y describe las
congestiones caóticas en París de los años veinte, los tranvías abarrotados en
Berlín 1908, el fuerte desorden en la circulación urbana de Londres 1885 y rescata
caricaturas de la década de los cincuenta que denuncian las condiciones precarias
de los peatones, critican a los encargados de la ordenación del tránsito y a las
fuertes congestiones generadas por el estado permanente de la obras de
reestructuración viaria.
Otros sucesos acaecerían en Barcelona, donde sus diferentes operadores de
tranvía recibirán sobrenombres despectivos por los peligros a que “sometían” a los
peatones hasta antes de la electrificación (Huertas et al, 1997): La Guillotina era el
calificativo del Tranvía de vapor de Sant Andreu y El Rey Herodes correspondía al
Tranvía de Sants. Ni que decir del accidente de más conmoción, donde el
arquitecto Antoni Gaudí en 1926 murió tres días después de las graves heridas
20 Monclús et al, op.cit., p.32
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
34
causadas al ser atropellado por un tranvía de la “Línia de la Creu Roja” en la Gran
Vía (Tarragona, 1999).
Los avances referentes a la retrospección histórica de las situaciones de movilidad,
ayudan a desenturbiar el fondo de las dudas y problemas que nos aquejan hoy,
dando mayor fluidez a las estrategias urbanas a partir de la voluntad política de los
escogidos para la ordenación del territorio, de tal forma que se mitiguen al máximo
los vacíos históricos de las actuaciones anteriores. Además, esta retrospección
puede llegar a demostrar como “los enclaves socioeconómicos se han mantenido
por mucho tiempo por prácticas de desarrollo desigual dentro de monopolios de
infraestructuras aparentemente estandarizados” (Graham, 2000). Nel·lo (1996) bien
decía que sobre la ciudad difusa se debe analizar lo que se difunde y lo que se
concentra, sobre todo “para mostrar como viejas barreras (confines) perduran en la
nueva realidad bajo formas diversas”. La forma de análisis que propone Nel·lo,
debe encaminarse a potenciar el nivel de participación de los marginados a través
de esquemas normativos, dotación de infraestructuras y acondicionamientos de la
red a las jerarquías socioespaciales del territorio.
Las principales metrópolis del mundo aquejan en mayor o menor grado las
dificultades para la movilidad eficiente de todos sus factores de producción. Estos
espacios dispersos cada vez están más llenos de límites desde el punto de vista
social y administrativo, acompañadas de nuevas formas de segregación y nuevos
tipos de especialización funcional. La relación de la segregación, las nuevas
funciones del espacio y la fragmentación administrativa, refuerzan un “laberinto de
confines en la ciudad sin confines”21, donde la movilidad cotidiana sin barreras es
un factor de ayuda para encontrar las diversas salidas a los límites que impone el
“laberinto” urbano.
La movilidad sin barreras en la ciudad, es dependiente de la sinergia permanente
de la planificación de todas las formas de transporte urbano, junto con los roles
cada vez más cambiantes de la sociedad, las fuertes dinámicas de localización
residencial, laboral, de servicios y de ocio. Las políticas de transporte deben
adoptar las características individuales más diversas: renta, edad, cualificación,
nuevas modalidades de empleo; y también los desiguales ritmos temporales y
espaciales de la ciudad: centro-periferia, día-noche, días laborables y festivos…,
(Miralles, 2002 citando a Vittadini,1990). Estas dos lógicas (individuales y espaciotemporales)
son las principales determinantes de las formas de movilidad urbana.
El usuario cada vez se aleja más de sus “prácticas espaciales homogenizadoras
(Graham, 2000)” y se adentra en diversos “menús” de ciudad que ofrecen diversas
formas de accesibilidad. Planificar el transporte de tal forma que sea capaz de
suplir el mayor número de roles sociales en el espacio (menús), es uno de los
grandes retos del “urbanismo de las redes”.
2.2.1 La Política y el Papel del Gubernamental
A las motivaciones social y urbana que habíamos afirmado podían conducir a
mayores situaciones de marginalidad, es necesario añadir el papel regulador y
21 O. Nel·lo, op.cit., p. 34
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
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servidor del Estado como principal “benefactor” en la historia social de las
ciudades. Junto con las fuerzas del mercado, los Estados de Bienestar son
grandes productores y modeladores de desigualdad, determinando quién queda
relegado, cómo, dónde y durante cuánto tiempo (Wacquant, 2001).
La selección de lineamientos para el desarrollo de la ciudad se determina a través
de las políticas de ordenación generales, desplegadas posteriormente por las
dependencias sectoriales (medio ambiente, transporte, obras públicas, etc.). Esta
situación puede instigar la desconexión de propuestas, que estimulan la aparición
de vacíos de ley en el espacio donde se solapan diferentes intervenciones,
priorizando las actuaciones por factores diferentes a la racionalidad, imponiéndose
el orden propositivo y la búsqueda de mayores réditos económicos.
La modalidad administrativa de los transportes urbanos difiere de las
características intrínsecas de cada ciudad, la clase política y la capacidad de
discernimiento del equipo de trabajo que asume la tarea. Las tres condiciones
están inextricablemente relacionadas, pero es la clase política la que impulsa,
estropea o minimiza el ritmo de las diferentes propuestas de planificación (en
transporte u otro sector de desarrollo). Son ellos quienes sancionan la legislación y
los planes que rigen la marcha de los procesos urbanos. Asimismo, dar el aval
político a un equipo que no tenga la capacidad de hacer el mejor diagnóstico de los
transportes en su ciudad, puede llegar a materializar efectos igualmente perversos.
Al final, si las políticas de transporte no responden a todas las necesidades de
movimiento de los ciudadanos, serán una potente vía de exclusión socioeconómica
(Miralles, 2002).
El distanciamiento cada vez mayor del consumo de servicios estandarizado está
generando la construcción desigual de espacios de redes de alta calidad, es decir,
la aparición de nuevas infraestructuras adaptadas con precisión a las necesidades
de los usuarios y espacios poderosos, ignorando a quienes flaquean de este poder
(Graham, 2000). Esta heterogeneidad también presenta barreras de parte de las
estructuras de poder. En ellas los operadores de servicios están supeditados a
compromisos de poderes donde un(os) actor(es) determinado(s), “puntual(es) pero
poderoso(s)”, impone(n) la configuración de la red más favorable a sus proyectos
transaccionales22 (Dupuy, 1992).
Descubrir cuáles han sido o son las políticas marginadoras debe ser un importante
capítulo de análisis del urbanismo de las redes. Mostrar a las administraciones
urbanas los efectos positivos como negativos que han efectuado sus actuaciones
para la resolución de la movilidad cotidiana, podrá contribuir para que la versión
negativa de los episodios del transporte, no continúe aplicando las mayores dosis a
los sectores más desfavorecidos que disminuyen sus oportunidades de inclusión
social. Esta versión negativa es patente en las observaciones que Berman (1982)
hace sobre Robert Moses, como el hombre que hizo posible la devastadora
modernización de Nueva York entre 1910 y 1960, describiendo como al ordenar la
construcción de la gran autopista que cruza el centro del Bronx, “utilizó el diseño
22 Dupuy los define como la interrelación de diversos puntos donde un actor piensa su acción y origina su
voluntad individual o enlace potencial con otros puntos (actores),donde puede realizar proyectos de
transacción que en conjunto forman la red.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
36
físico como medio de criba social, para cribar a todos aquellos que no tuvieran sus
propias ruedas”.
2.2.2 Factores de Marginación
Entender los factores como aquellos que hacen que las condiciones de
marginalidad o desarrollo se mantengan, es necesario para constituir las escalas
mínimas de calidad requeridas para el desarrollo social equilibrado. También
pueden ser entendidos como categorías de exclusión, donde el transporte puede
ser un importante factor restrictivo para el acceso a sus beneficios.
Conocer los costos socioeconómicos de los factores de desarrollo individual y
colectivo en que concurren los sectores poblacionales que padecen las dificultades
para la conexión a la red urbana de transporte, es vital para que exista un ejercicio
de interiorización de quienes priorizan los lineamientos de desarrollo de la ciudad.
Son más evidentes los beneficios económicos que genera el TP, por ello a escala
gubernamental intentan que a través de las conexiones de los “sectores
productivos” estos rendimientos no desciendan.
Los obstáculos que originan las inconvenientes redes de movilidad a los sectores
con menos “algarabía” económica que con su fuerza de trabajo y consumo también
hacen parte del sostenimiento productivo, son poco reconocidos y mucho menos
cuantificados. El balance económico comparado del rendimiento actual de la red de
TP junto con el potencial funcionamiento reticular no se ha realizado, para
descubrir si esa mejor jerarquización socioespacial con que debiera funcionar no
hubiera generado mayores beneficios a todos los miembros urbanos. Súmese a lo
anterior, el bajo reconocimiento hacía los costos sociales por las dificultades de
accesibilidad.
El análisis de las dificultades de movilidad ilustra cómo este fenómeno contribuye a
excluir a otros factores básicos de bienestar a la población urbana (Miralles et al,
2001; Cebollada, 2003; Sánchez T, 2002; Sassen, 1996; Vasconcellos, 1998, Hine
et al, 2001):
• Trabajo: Son las posibilidades de acceso a los lugares de trabajo: actuales
y/o potenciales. Estos últimos están marcados (generalmente) como
población desempleada que debe dirigirse según su estatus socioprofesional
o necesidades económicas a las diferentes opciones que oferta
el mercado laboral. Es justo aclarar que la disponibilidad de transporte
público para la búsqueda de empleo, sólo juega un rol menor en
comparación con el incremento de las oportunidades ajustadas a la
demanda. Las barreras para el acceso al trabajo las dividimos en tres:
Acceso y Disponibilidad: el no poder acceder al trabajo en tiempos
razonables que brinden confianza y seguridad. La pobre cobertura de la red
de TP presenta problemas de frecuencia de paso, distancia de las paradas y
falta de confianza de los usuarios que le suman otros muchos defectos al
servicio.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
37
Costo: No todas las personas tienen el suficiente ingreso personal para
invertir en el TP necesario para suplir todas sus necesidades de bienestar.
Existe un proceso de selección en la realización de actividades de acuerdo a
los niveles de ingreso. La movilidad obligada es el primer destino de los
gastos por desplazamiento, siendo principalmente las actividades de tiempo
libre las más sacrificadas para su acceso. Esta situación se agrava aún más
en el caso del alto número de familias numerosas en la composición de
hogares de los países en vías de desarrollo, donde no se ofrecen
subvenciones para la movilidad o existen de forma residual.
• Educación: El acceso a oportunidades de formación académica en todos
los niveles es necesario para la educación más sana y en mejores
condiciones de quienes no poseen coche y están también dentro de las
clases sociales inferiores. El tiempo de ahorro en el desplazamiento podría
ser reinvertido en actividades laborales, de ocio u educación
complementaria. Como ejemplo, Barcelona en el marco del Pacto de la
Movilidad tiene entre sus objetivos, el acondicionamiento del mayor número
de caminos escolares de tal forma que el acceso a los centros educativos se
realice con la mayor seguridad (Ajuntament de Barcelona, 2002). Esta
medida tendría poca acogida del grupo escolar, sino se complementa con el
reforzamiento del servicio de TP a las principales paradas donde inicia dicho
camino.
• Salud: No acceder a la atención sanitaria de preferencia del cliente o a las
más optimas condiciones de servicio que requiere su tratamiento clínico,
puede ser causa de agravamientos en la salud de miembros de los sectores
sociales que no poseen coche privado o la regularidad de TP para acceder a
la asistencia médica. En Escocia por ejemplo, el 31% de los hogares que no
disponen de coche tienen serias dificultades para acceder al hospital local
en comparación con el 17% de quienes si lo poseen23.
En otra perspectiva también se encuentran marginados quienes padecen de
discapacidades físicas o mentales, que son porcentajes considerables de
población que no tienen a su disposición los servicios públicos de
desplazamiento necesarios para acceder al trabajo y demás ofertas urbanas.
• Tiempo libre (cultura, deportes…): Centros deportivos de alto rendimiento
se relocalizan frecuentemente en las periferias urbanas. Las conexiones por
carretera son escasas y existen primordialmente en la modalidad de
transporte colectivo privado ofrecido a los miembros del club. Con la
excepción de los eventos multitudinarios donde generalmente se “refuerza”
el servicio de TP, las ofertas lúdicas y de ocio de carácter continuo
(cinemas, casinos, discotecas) se encuentran mediocremente servidas. Esto
hace que el coche o el servicio de taxi al cual los sectores de más bajos
ingresos no pueden acceder de forma permanente, se perfilen como los
principales medios de acceso creando una demanda de población marginal
para las actividades de tiempo libre. Un ejemplo clásico de esta concepción
fue Robert Moses en la década de los 30. El gran constructor de Nueva York
23 http://www.socialexclusionunit.gov.uk
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
38
plasmó puentes en sus carreteras de parque (parkway) a poca altura, de tal
forma que las vías quedarán a disposición del coche y no de los autobuses y
camiones (Hall, 1988). Así el acceso a las playas donde convergían estas
carreteras, quedó reservado a la clase media que podía permitirse la compra
de automóvil.
• Servicios comerciales y financieros: La falta de acceso en TP a las
superficies comerciales de la periferia urbana con gran capacidad de
aparcamientos y autopistas rápidas, dificulta sus “servicios” a los “sin –
coche” que acceden sin demasiadas alternativas a la oferta comercial
interna que escasea de determinados atributos de la aglomeración de
capitales como el nivel de precios y la heterogeneidad de producción.
La disponibilidad y accesibilidad a los servicios financieros depende de
factores socioeconómicos y geográficos. Es claro que la marginalidad
financiera no depende únicamente del TP, pero sus deficiencias sí generan
grandes dificultades para el acceso a sus servicios, asuntos que tienen muy
baja referencia en la literatura.
2.2.3 Desvinculación Espacial: Desconcentración del empleo y acceso
a la vivienda en el marco de la movilidad obligada
Analizar la movilidad cotidiana requiere de factores complementarios que alternan
las diferentes motivaciones de los “viajes” urbanos. La movilidad residencial y la
movilidad laboral son parte del espacio vital de las poblaciones, las posibilidades
de cambio de estos espacios por factores internos y externos están vigentes y en
aumento. Después de presentar la dinámica de la marginalidad económica por
vivienda y trabajo en el fenómeno metropolitano (ver 1.4), pretendemos ahora
fundamentar aún más la relación existente entre el mercado de trabajo, el mercado
residencial y la funcionalidad del transporte público como pieza bisagra de la
movilidad obligada de los sectores socioeconómicos menos especializados. El
último matiz viene dado en razón que las clases con menor nivel de cualificación
profesional, implican aspiraciones de empleo menos especializadas y por ende una
mayor posibilidad de atracción de cada oferta de trabajo considerada
individualmente (Daniels et al, 1980), lo que se convierte en una mayor factibilidad
de variación de nuestros destinos de trabajo.
Los tipos de movilidad que a continuación se presentan (laboral y residencial), no
se refieren exclusivamente al porcentaje de viajes casa-trabajo efectuados sobre
diferentes modos de transporte. Son las dinámicas de movimiento intra e
interurbano generada en los cambios de residencia y/o de trabajo la que nos atañe,
para posteriormente deducir la estructura de los flujos dominantes a partir de la
distribución espacial de estos dos espacios fundamentales de la vida urbana.
2.2.2.1 Movilidad Laboral
Es la originada por los cambios de localización de las sede de trabajo, sucediendo
por desmotivaciones económicas, ofrecimiento de mejores opciones, dificultades
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
39
en la accesibilidad espacial, traslados de la empresa, despidos, entre otras
variables.
Los principales indicadores de la movilidad laboral pueden sintetizarse en (Susino,
2000):
• Distribución de la ocupación espacial de la población según el lugar de
residencia y trabajo en el área urbana.
• Movilidad por trabajo con origen y destino fuera del área urbana, de tal
forma que se puedan establecer las relaciones con el exterior.
• Movimientos intermunicipales según el destino u origen sea el municipio
principal o dos municipios distintos de menor jerarquía.
Las características de esta movilidad han diferido según los procesos históricos de
la urbanización, la popularización del coche, la “democratización” del TP, la
tecnificación de tareas productivas y más recientemente las tecnologías de la
información, la globalización de capitales y la terciarización económica. La
importancia de su diferenciación está en las formas de tratamiento de la movilidad
que sobre el territorio han marcado las clases trabajadoras y que han contribuido a
la evolución de las estructuras urbanas.
En la Barcelona de los años treinta las pautas de movilidad estaban bastante
supeditadas por la proximidad de la fábrica, según el estudio de las clase obrera en
el periodo de entreguerras (1914-1939) de Miralles y Oyón (1998): “Con toda
seguridad, dos terceras partes de los obreros aquí localizados en estos años no
necesitaron del uso del transporte, al vivir a distancias del trabajo perfectamente
salvables a pie”. A pesar de lo anterior los autores matizan las diferencias internas
según las clases trabajadoras, donde la mayor movilidad correspondía a los
estratos más cualificados, quienes en más de un 50% vivían a más de dos
kilómetros del centro de trabajo. Durante este periodo califican la movilidad como
de transición (al tranvía principalmente), pues sólo hasta la década de los treinta
hay un módico aumento de la distancia media casa-trabajo y es en los años
cincuenta donde el acceso al TP podía denominarse de masas.
A inicios de la década de los setenta un estudio de las distribuciones del empleo en
Liverpool, Londres y Manchester, mostraba un fuerte decrecimiento de las
densidades laborales a partir de los suburbios interiores manteniendo unos
gradientes de densidad similares a los de Estocolmo, Chicago, Los Angeles y Paris
(Daniels et al, 1980). Lo anterior generaba fuertes desplazamientos por el exceso
de puestos de trabajo en el centro urbano, que a pesar de todo eran ocupados por
los residentes más cercanos de acuerdo al principio de accesibilidad.
Las anteriores referencias no hacen una alusión estricta a las condiciones de
movilidad laboral según nuestras especificaciones. La oferta de trabajo en la
Barcelona de entreguerras estaba mayoritariamente dentro del límite urbano,
muestra de ello es que sólo hasta mediados de los años treinta inició un tímido
servicio de transporte público con Badalona y Santa Coloma y fue en Can Tunis,
por el borde de la montaña de Montjuïc, donde la empresa La Rivière posiciono
una de sus plantas de trefilería. Las mismas referencias se pueden hacer al trabajo
de Daniels respecto a la forma de asumir la movilidad laboral, planteando
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
40
mayoritariamente elementos acerca de la “nueva” periferización de la oferta de
trabajo en los distritos urbanos de las principales ciudades.
Nos ceñimos a los anteriores estudios pues plantean importantes reflexiones
respecto a la dinámica de localización empresarial y la ubicación residencial de su
fuerza de trabajo. Deben iniciarse investigaciones precisas de la movilidad laboral
en el marco de la relación dialéctica del TP y la marginalidad, relacionándola con
las estrategias de transporte existentes según la locomoción de los centros de
trabajo.
A falta de trabajos respecto a la forma en que necesitamos abordar la movilidad
laboral, creemos apropiado explicar las connotaciones actuales en las que se
enmarca este concepto.
Castells (1996) ya afirmaba que en todo proceso de transición histórica una de las
manifestaciones más claras de este cambio sistémico era la transformación del
empleo y la estructura ocupacional. Una de sus principales señas son las
desproporcionadas concentraciones de trabajos de servicio con bajos ingresos,
como de masas de residentes con bajos salarios (Sassen, 1996).
En esta dinámica se instauran de forma creciente modelos laborales flexibles a los
cuales el TP no ha sabido responder. Las jornadas no limitadas a 40 horas, el
trabajador a tiempo parcial, temporal y remitido, las nuevas tareas sin estabilidad
futura, hacen parte de esta desbandada de población que no se marca por los
ritmos tradicionales de trabajo. El tiempo completo en turnos de día ya no es el
modelo único que el TP debe servir, los desplazamientos originados en el ámbito
laboral han superado las estimaciones de horarios y recorridos fijos, y se han
extendido a toda la jornada laboral y a cualquier punto de la ciudad (Miralles,
2002). Con esta tónica son cada vez más las personas que se marginan de ofertas
de trabajo o se ven atentadas por condiciones indignas que le impiden desplazarse
en tiempos razonables al destino específico.
La geografía de los mercados de trabajo y jurisdicciones de gobierno no
necesariamente coinciden (Levinson, 1998). En contraposición, proyectos para la
mejora de la movilidad se presentan de manera estricta para ámbitos
administrativos municipales, donde plantean soluciones parciales a las
necesidades de movilidad que en la realidad se encuentran explicadas por enlaces
inter e intraterritoriales.
Barcelona en el año 1998 inició el Pacte per la Mobilitat con una variedad de
asociaciones de trabajo, cuyo objetivo es actuar como órgano consultivo en el
transporte y la circulación del Ayuntamiento, así como promover el debate y la
difusión de iniciativas relativas a la movilidad (Ajuntament de Barcelona, 2003).
Igualmente en Febrero de 2003 en L’Hospitalet de Llobregat, presentaron el
documento marco del Pacte per la Mobilitat donde los desplazamientos al trabajo
tendrán atención especial. Barcelona cuenta con diez municipios conurbanos que
la circundan (L’Hospitalet es uno de ellos) y ninguna forma de organización
municipal de éstos conforma el pacto, exponiéndose estados administrativos tan
irónicos con la existencia de órganos supramunicipales, como la Autoridad del
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
41
Transporte Metropolitano y la Asociación del Plan Estratégico Metropolitano de
Barcelona.
En la búsqueda de esquemas de análisis que permitan entender las complejas
relaciones laborales, el Equipo de Trabajo de Planificación Regional y Urbana de la
Universitat de Girona (2000), ha creado una metodología para determinar las áreas
de cohesión de los municipios catalanes entre el período de 1981 a 1996. El
trabajo contiene suficientes puntos de realce que lo destacan para nuestros
objetivos. Por ello nos detendremos en los planteamientos de esta metodología.
Las áreas de cohesión se definen por dos características básicas:
• Flujos biunívocos entre la Población Ocupada Residente (POR) y los
Puestos de Trabajo Localizados (PTL) de cada municipio y posteriormente
las relaciones interterritoriales24.
• Establece un valor relativo de flujos (15 % para Cataluña) por debajo del
cual son obviados los vínculos entre dos municipios, estableciendo los que
entran y los que salen del área de cohesión.
Según la caracterización anterior, se toman los municipios A y B para exponer las
siguientes relaciones:
• Un porcentaje superior al 15% de la población ocupada residente en el
municipio B se desplaza diariamente al municipio A, donde se considera que
el municipio B está en el área de cohesión del municipio A por POR.
• Un porcentaje superior al 15% de los puestos de trabajo localizados en el
municipio B están ocupados por población del municipio A. Se considera
que el municipio B pertenece al área de cohesión del municipio A por PTL.
• Un porcentaje superior al 15% de la población activa de B se desplaza
diariamente al municipio A, al mismo tiempo que un porcentaje superior al
15 % de los puestos de trabajo de B están ocupados por población
residente en A. Se considera que el municipio B está dentro del área del
municipio A, tanto por POR como por PTL.
• Ninguno de los porcentajes supera el 15%. Se considera que el municipio B
no está integrado en el área de A ni por POR ni por PTL.
Es de considerar de la anterior metodología algunos puntos discrepantes. A pesar
de su lógica, entra en contradicción al referirse siempre al municipio B como
dependiente del A, cuando la segunda relación establecida es semejante a la
primera sólo que planteada inversamente: Si B está en el área de cohesión de A
porque un porcentaje superior al 15% de sus puestos de trabajo son ocupados por
población de A (segunda relación), también podría estar A en el área de cohesión
de B, si partimos que más de un 15% de los empleos de A son ocupados por la
24 POR es el conjunto de personas que residen en un municipio y trabajan en el mismo o en otros. LTL son los
puestos de trabajo de un municipio que pueden ser ocupados por su población residente o externa (Equipo de
Trabajo de Planificación de la Universitat de Girona, 2000).
Residentes que Trabajan en el Municipio RTM. ⇒Índice de Autocontención IAC=RTM*100/POR
(Capacidad de un municipio para retener a su población ocupada residente. ). Índice de Autosuficiencia
IAS=RTM*100/PTL (capacidad de un municipio para ocupar sus lugares de trabajo con población residente)
(López et al, 2003).
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
42
población de B (es decir, la primera relación redactada desde el punto de vista de
A). La condición de reciprocidad de las áreas de cohesión planteada en la
metodología, al parecer bajo las cuatro anteriores relaciones no tiene demasiado
espacio para su cumplimiento.
Los análisis de movilidad obligada buscan presentar la distribución territorial de los
desplazamientos de los habitantes de un área urbana por motivos de trabajo a
partir de encuestas. Investigan modos de transporte, relaciones de labor con otros
municipios según destinos, tipologías de usuarios. Generalmente se realizan por
encargo gubernamental a diferentes centros de investigación. Los trabajos tienden
a dejar ausente en la estructura de las encuestas, apartes que permiten entender si
las relaciones de movilidad actual son más consecuencia de la distribución
histórica de las infraestructuras y líneas de TP, que no han otorgado la
permeabilidad al territorio para que los flujos por trabajo de baja cualificación,
tengan más opciones que asumir para sus oportunidades laborales la unilateral
distribución radiocéntrica de la red de transporte público. Los análisis de las
encuestas además de incluir el cómo son las formas de movilidad (origen, destino,
modo, correspondencias), deben contener el por qué se dan de esa manera y no
de otra (tipo de trabajo, jornada(s) laboral(es), lugar de trabajo anterior, ubicación
de posibles ofertas de empleo).
El área de cohesión de un municipio cabecera que agrupa a otros municipios de
“menor” jerarquía, más que indicar la mayor o menor dependencia de la fuerza
laboral como se ha querido hacer en las Encuestas de Movilidad (lideradas por los
operadores del servicio), representa cuatro elementos fundamentales:
• Un alto nivel de renta del municipio “dependiente” repercute en su índice de
motorización, lo cual posibilita a los núcleos familiares mayor espacio de
búsqueda de oportunidades laborales que las que brindan las conexiones
por TP con el municipio cabecera. Es un municipio con mayor repartimiento
de los desplazamientos por el conjunto de la región metropolitana. La
encuesta puede tender a presentar un territorio homogéneamente servido.
• Municipios con bajo o mediano nivel de motorización. Las mayores
relaciones laborales se dan con el municipio cabecera, el buffer del
itinerario del servicio o los nodos principales de la red centralizada.
• Municipios de superficie y población mediana contenidos en un área de
cohesión. Mayor heterogeneidad en sus sectores poblacionales, tanto en el
porcentaje de hogares con coche como en la calidad de servicio de TP. Los
inconvenientes de movilidad inician dentro de sus fronteras administrativas y
se extienden por la región metropolitana.
En estas dinámicas laborales que emergen en un mundo donde lo efímero y lo
permanente se conjugan de forma continua, es justo preguntarnos cuáles son los
parámetros que marcan el actual andamiaje laboral y también los pronósticos que
prevén futuros virajes en la marcha. El objetivo es la organización del TP según los
espacios funcionales referidos a la movilidad laboral, que no se pueden reducir al
mantenimiento de la inercia de los planteamientos de las Encuestas de Movilidad.
El transporte público también debe direccionarse a los yacimientos de empleo con
la oferta laboral acorde a la tipología de la fuerza de trabajo, de lo contrario
seguirán existiendo efectos como la sobrecualificación de personal, el subempleo y
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
43
el desempleo. Los encargados políticos de la ordenación del territorio deben
referenciarse por la visión gerencial del empresario, que siempre aspira pronosticar
las variaciones de los atributos y la localización (la tipología de trabajo y
cualificación en nuestro caso) de su mercado para que el saldo disponible de su
producción no exceda la capacidad de la demanda. “El trabajo Just in time parece
estar sustituyendo a los suministros Just in time como el recurso clave de la
economía informacional (Castells, 1996)”.
El complemento del péndulo de la movilidad obligada como punto de inicio del
viaje, es la localización residencial como búsqueda para entender el espacio de
vida en términos colectivos. “Un espacio en el que se puede cambiar de vivienda
pero en el que potencialmente los destinos permanecen estables” (Susino, 2000).
Analizar en los desplazamientos casa-trabajo no sólo la localización residencial de
la población, sino también la movilidad de la vivienda con los heterogéneos
factores que han marcado sus condiciones de acceso, es fundamental para la
optimización de la planificación funcional del TP.
2.2.2.2 Movilidad Residencial
La movilidad residencial urbana es el conjunto de todos los cambios de vivienda
dentro del espacio de vida (Susino, 2000). En este cambio influyen presiones que
se reparten los grados de intervención según sean: Promotores Inmobiliarios
(Oferta), Patrones de Localización Familiar (Demanda) y/o los efectos de la
Explosión de la Ciudad (crisis del urbanismo, ciudad dispersa, tecnologías de
la comunicación).
La Promoción Inmobiliaria en la historia se ha subyugado a los ritmos de los
distintos períodos de crecimiento económico y a las intervenciones de los agentes
urbanos. Cada ciudad, pero de forma aún más acentuada cada país, se
caracteriza por los singulares pero a la vez paralelos entornos de crecimiento que
han marcado el desarrollo inmobiliario en diferentes regiones del mundo. España
en general pero Barcelona en particular, es el objetivo para la búsqueda de
pruebas para nuestra hipótesis, por ello la adherencia del enfoque a las
características de su entorno y lo fundamental del trabajo de Rafael Más (1996) en
este propósito.
El siglo XIX en España estuvo ceñido a un amplio abanico de experiencias
urbanizadoras impulsadas por los sectores industrial y minero a las que pronto se
sumaron las promotoras de ciudad jardín. Desde la promoción industrial el estado
no interviene para “no perjudicar” la iniciativa privada. Se destacan Arboleda junto a
Bilbao, las realizaciones urbanísticas de la Río Tinto Company Ltd en la provincia
de Huelva, el barrio Benalúa en Alicante y las colonias industriales en Cataluña.
Desde la ciudad jardín se encuentra la Compañía Madrileña de Urbanización de
Arturo Soria de 1894, la Sociedad Anónima El Tibidabo del Dr. Andreu por 1889 y
la barriada bilbaína de Neguri hacía la misma época.
En la primera década del siglo XX se alentaron importantes incentivos en la
legislación de Casas Baratas que fue auspiciada por la dictadura de Primo de
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
44
Rivera. En Barcelona da testimonio de esta política la promotora de Fomento de la
Propiedad S.A. que desde 1912 fue una de las principales constructoras.
El periodo urbano franquista en las mayores ciudades españolas se caracterizó
por:
• Chabolismo y parcelaciones ilegales.
• Operaciones estatales y promoción de viviendas subvencionadas.
• Salto metropolitano a la primera corona a partir de 196525.
A esa dispersión referenciada desde 1965, se añade la presión de los propietarios
del suelo periférico, la promoción pública y la promoción privada. Esta última se
diferenció de las limitadas inversiones del Estado a través de grandes
constructores como José Luis Núñez y José María Figueras en Barcelona desde
los años 60 y PRYCONSA desde 1956 en el Área Metropolitana de Madrid,
iniciativas de capital a la cual también se suman los conglomerados bancarios en
forma de grandes inmobiliarias de mercado diversificado (Metrovacesa: BBV; Urbis:
Banesto; Vallehermoso: BCH). Esto nos ilustra como la apropiación del suelo está
determinada prioritariamente por el mercado inmobiliario y los diferentes frentes de
capital: Bancario, Industrial y Financiero (Carrasco et al, 2003).
La Explosión de la Ciudad tiene en los vigentes fenómenos de la dispersión
(ver 1.4), las tecnologías de la información y la comunicación, la supremacía del
tiempo en detrimento del espacio y el fluctuante albedrío de las dinámicas
económicas, algunos de los más elocuentes parámetros que testimonian este
rompimiento urbano.
La conurbación y el Área Metropolitana de Barcelona poseen diversas jerarquías
asociadas a la superficie y atractivos de localización. Desde los años 80 se han
intensificado los procesos de descentralización residencial, tanto, que según
estudios del Institut de Estadística de Catalunya “los cambios de residencia entre
municipios son la principal causa de variación poblacional catalana por delante del
saldo natural y la inmigración” (Mascarilla, 2002). En el área funcional de Barcelona
existe una preferencia familiar de vivir fuera del espacio urbano donde se trabaja, sí
el menor precio o el mayor espacio les compensa los costes de commuting26
El trabajo de Mascarilla ofrece una importante conclusión que da mayor solidez a la
relación entre movilidad laboral y movilidad residencial que se quiere anteponer al
análisis lógico del transporte público. Evidencia la relación entre los precios
residenciales y su ajuste a los niveles de ingresos salariales, donde un aumento de
la renta por familia repercute en el crecimiento del nivel de precios de la vivienda.
El último factor para nuestro análisis de la movilidad residencial es el crisol de la
demanda. Se representa en los patrones de localización familiar en
contraposición de las perspectivas de la oferta de los inversores urbanos, que
25 En Barcelona alrededor de 1950 se fecha el inicio de la metropolización con una pérdida de posición relativa
del núcleo central dentro del conjunto (Sánchez, J, 2002)
26 En una figura comparativa del mismo autor, se ilustra como el precio medio por m2 de vivienda nueva en
Barcelona era en 1996 de 237.042 pesetas. y en Badalona de 156.338, además de un 10% menos de
construcción de viviendas posteriores a 1970 en la capital catalana (Mascarilla, 2002).
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
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intentan brindar satisfacción al “cliente” basándose en factores objetivos y
económicos.
Los cambios de vivienda familiar están motivados tanto por factores de la oferta
como de la demanda. Susino (2000) divide en tres el orden de prioridad de cambio
residencial según la demanda: motivados por algún tipo de mejora de la vivienda
(tamaño, construcción, ubicación); generados por matrimonio o emancipación de la
familia de origen; y quienes pretenden pasar de arrendatario a la modalidad de
vivienda propia. Estas prioridades se encuentran en una constante
retroalimentación con las características de la promoción inmobiliaria y la explosión
de los componentes urbanos, en donde la primacía de cada uno depende de las
coyunturas socioeconómicas de la oferta y la demanda del espacio analizado.
Un análisis más profundo de la accesibilidad a la vivienda según los patrones de
localización residencial lo realizó Flórez (1998), estipulando las variables
explicativas según tres grupos que condicionan la segregación sobre el uso del
suelo residencial:
• Atributos de los Barrios Residenciales: Los hogares estiman para valorar la
utilidad de la localización residencial la accesibilidad, calidad urbana y
condiciones socioeconómicas predominantes en el barrio.
• Características de la Demanda Residencial: La selección residencial que
efectúan los hogares está relacionada con los retornos tangibles e
intangibles que el hogar espera recibir en esa localización de acuerdo a sus
preferencias y restricciones.
• Restricciones Urbanas: Obstáculos que condicionan las intervenciones
tendientes a generar un cambio en el valor de la renta y el patrón de uso del
suelo, liderados por inversionistas, estado y organizaciones para la
autoconstrucción.
Los anteriores análisis de Susino y Flórez contienen enfoques relacionados pero
con diferentes interpretaciones, que a la vez pueden ser agrupadas para ampliar el
conjunto de variables en el análisis de la movilidad residencial. Susino trabaja con
factores de matiz más antropológico, donde la percepción y los acontecimientos de
vida familiar son decisivos. Flórez se enfoca en variables referidas a las
características y restricciones físicas de los espacios urbanos, como también a la
posibilidad de retribución de ganancias que otorguen un valor añadido a la
localización residencial.
El margen de posibilidades para analizar la movilidad residencial acrecienta las
dificultades para su cuantificación y cualificación. Conjugar de forma equilibrada los
parámetros básicos de interpretación (oferta-demanda-explosión de la ciudad),
plantea importantes desafíos para garantizar la funcionalidad en una ciudad
dispersa donde entra también en juego la percepción de los diversos actores del
mercado de vivienda.
La revaloración de las variables demográficas vinculadas a los censos
poblacionales, encuestas de movilidad y hogares, son fundamentales para el
análisis de la demanda de vivienda. Estudios sobre el marco legal que rige la
promoción inmobiliaria, las dinámicas para la incorporación de suelo rústico al área
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
46
urbana y la lógica actual del urban zoning, son útiles para profundizar el análisis de
la oferta inmobiliaria. Respecto a la dispersión de las actividades urbanas y el
impacto de las nuevas tecnologías es muy abundante la base teórica la cual ha
fundamentado investigaciones aplicadas como La Ciutat Digital27, publicada en
Barcelona en 2001 bajo el auspicio del Pacte Industrial de la Regió Metropolitana
de Barcelona.
2.2.2.3 Vinculando el Espacio
Es el espacio urbano el que debe vincularse, pero…, ¿vincularse a qué?.
Ciñéndonos a nuestra hipótesis, el espacio integrado que se debe vincular a las
reales estructuras urbanas es el laboral y el residencial, que según sus dinámicas
de movilidad debe ser congruente a las necesidades de desplazamiento casatrabajo-
casa de la población que demanda y necesita el transporte público. En
otras palabras, es ajustar las ofertas democráticas de desplazamiento a las
fluctuantes necesidades de movilidad obligada de la población.
El desvinculamiento espacial que existe en las principales metrópolis del mundo
contiene diferentes matices según los modos de transporte predominantes, la
superficie urbana a organizar, el grado de incursión urbana en la globalización
económica y el nivel de intervención estatal. Alternándose dentro de estos
procesos se encuentra el mercado laboral y el de vivienda, sus dinámicas, las
densidades de localización, la participación ciudadana y el grado de desarrollo de
la red de transporte urbano.
Pocos análisis tienen la tentativa para evaluar cómo las políticas de movilidad
afectan la distribución del ingreso que se representa en las características
socioeconómicas (% propietarios de coche, nivel de formación académica, % de
parados, etc.), donde el transporte público tiende a ser una función de éstas y de la
densidad de población.
Las políticas públicas deben mantener un balance entre puestos de trabajo y
hogares por medio de la planificación y mecanismos como tasas, zonificación y
crecimiento urbano regulado (Levinson, 1998). Las ciudades están desbalanceadas
y los entes gubernamentales son amplios “colaboradores” en esto. Hay un mal
vinculamiento entre trabajo y hogar, resultando viviendas de alto costo en áreas de
alta concentración de empleo28.
Muchos ciudadanos por el hecho de vivir donde viven, con bajo nivel de renta y no
disponibilidad del automóvil, emplean períodos de tiempo dos, tres o cuatro veces
más largos que otros para desplazarse a su lugar de trabajo (Lluch et al, 1986). En
la promoción de vivienda priman los costos del suelo y el entorno social, y no la
lógica de localización de los mercados de trabajo a que mayoritariamente asiste o
puede asistir la población objetivo de la oferta residencial. No se trata de ignorar
pautas tradicionales para la planificación urbana, por el contrario se intenta que en
ellas se incluyan nuevos parámetros de análisis que ayuden a permeabilizar el
territorio a través de la movilidad.
27 Documento disponible en http://www.pacteind.org/biblioteca/docs/CiutatDigital.pdf
28 D. Levinson, op.cit., p.46
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
47
Esta permeabilización del espacio debe hacerse basándose en las cuatro
funciones básicas urbanas: Vivienda, Trabajo, Esparcimiento y Circulación, esta
última teniendo que conectar las tres primeras funciones entre sí (Tobío, 1995).
Eludiendo el análisis de las zonas de esparcimiento, se hace necesario resolver el
problema de cómo hacer accesible desde cualquier vivienda cualquier empleo en
una ciudad en la que se multiplican las distancias. Cualquier punto es accesible
siempre y cuando la oferta de medios de transporte público sea respuesta a la
movilidad residencial y laboral en que se enmarcan los sectores sociales que
respectivamente habitan y trabajan en estos espacios. No continuar con la
disociación entre transporte y planeamiento potenciará las estrategias de desarrollo
urbano que ha estado predominantemente regido por el ordenamiento sectorial.
¿Por qué la necesidad de acceso en transporte público a los lugares de trabajo?.
Por su influencia en la capacidad de búsqueda de otros empleos, la obligación del
viaje al trabajo y la competencia por más altos ingresos. Si la movilidad en
transporte afecta las posibilidades laborales, el nivel de ingresos también puede ser
afectado positivamente por el mejoramiento de la movilidad (Sánchez, T, 2002).
La complejidad de esta vinculación, su importancia para los objetivos de desarrollo
urbano sin liquidar el componente social y la trascendencia del TP como pieza
clave del funcionamiento espacial esta plasmado en las siguientes palabras:
La zonificación como separación entre zonas residenciales y de empleo constituye una forma de
organización del espacio escasamente congruente con el nuevo modelo de doble ocupación familiar.
En definitiva, un modelo urbano que no favorece sino que dificulta la solución a un problema
que se plantea de forma cada vez más agudo, ¿Cómo hacer compatible en términos prácticos,
operativos y concretos, el mundo laboral y el mundo familiar?. (Tobío, 1995)
En respuesta a estas inquietudes los movimientos sindicales han querido participar
en esta temática que afecta de forma constante a la clase trabajadora. Comisiones
Obreras (CCOO), uno de los más representativos sindicatos españoles, ha
asumido para sus reivindicaciones laborales la creciente influencia de los
problemas de movilidad en el mundo del trabajo29. Arguyen que los tiempos que los
trabajadores ahorran en la negociación colectiva lo pierden en acudir a sus centros
de empleo. Los accidentes de circulación en los itinerarios de trabajo representan
casi el 50% del total de los accidentes laborales, haciendo necesario un Plan de
Acceso de Movilidad Sostenible que posea las siguientes medidas:
• Gestión de aparcamientos.
• Gestión del transporte de empresa.
• Incentivos por compartir el coche30.
• Incentivos por utilizar el transporte público.
• Creación de autoridades de transporte sostenible a las áreas de trabajo.
29 En CCOO regional Madrid (www.madrid.ccoo.es), puede consultarse el decálogo de medidas para una
movilidad sostenible y la propuesta que junto a otras organizaciones hacen al ayuntamiento para iniciar el
Pacto Ciudadano por la Movilidad.
30 En San Sebastián – Donosti (España) se implementa la utilización del taxi con fórmulas de uso compartido
para acceder a zonas de la ciudad que presentan grandes dificultades para ser atendidas por autobuses o trenes
(Elorza, 2003).
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
48
Otra institución que promueve las iniciativas de movilidad para el acceso al trabajo
es el Pacte Industrial de la Regió Metropolita de Barcelona31, que después de
diversos aportes referentes a las condiciones de acceso laboral a los polígonos
industriales, selló un convenio de colaboración el 3 de febrero de 2003 con la
Autoritat del Transport Metropolità de Barcelona para mejorar la coordinación de la
oferta de transporte público.
A estas iniciativas de análisis se suma de forma oportuna un estudio de la
segregación de las poblaciones urbanas en Francia de 1982 a 1990, que ilustra
como las distancias sociales han sido ampliadas entre los centros sociales y la
periferia urbana, con un diferencial que aumenta con el tamaño de la aglomeración
(Lajoie, 1998). La espacialización sobre 20 ciudades (Rouen, Bordeaux, Toulouse,
Grenoble, Nantes, Marseille, Lyon, Nice, Saint-Etienne y Lens como las principales)
de variables que explicaran los modelos urbanos de distribución de la población,
generó esquemas geográficos según las estructuras de edad, el número de
personas por hogar, empleados superiores, obreros, extranjeros y parados.
Los esquemas presentaban como resultados más destacados modelos areolares,
sectoriales y polinucleares, en donde se reafirma la segregación hacia la periferia
de los sectores sociales más desfavorecidos. Disparidades que hallan en las
categorías socio-profesionales un “clasificador” de población urbana, aumentando
la diferenciación entre mano de obra calificada y no calificada. De esta última ya
afirmaba Howe et al. (2000) al referirse a las actividades del sector informal (venta
ambulante, búsqueda de trabajo, trabajos relleno, actividades asociadas al
comercio), cuya importancia para el sustento de la mayoría de la población pobre
de África, impone patrones más complejos de movimiento que tienden a ser
ignorados por las características de diseño en el transporte público.
Realizar con toda la complejidad de factores que implica (zonificación, promoción
inmobiliaria, tipificación de la mano de obra…), la cuantificación y la interpretación
de variables de la marginalidad urbana, encuentra en las secciones administrativas
del municipio escalas de observación particularmente adaptadas para el análisis de
la segregación en estos espacios limitados, pero no para un continuo urbano
conformado por diversas administraciones políticas adyacentes (Lajoie, 1998).
Los retos que debe asumir el transporte urbano para ser un gran pilar de base a la
inclusión social son fundamentales para el desarrollo equilibrado y diversificado de
las ciudades. Entre estos se encuentran, el ofrecimiento de alternativas al uso del
coche (viajes sin interrupciones), la articulación entre los diferentes modos, la
calidad de los transbordos, el servicio informativo justo a tiempo de las opciones de
movilización, la integración tarifaria, los Park & Ride, el fortalecimiento del
ferrocarril urbano y la coordinación institucional (Meyer, 2003).
2.3 Transporte y Planificación
31 La asociación agrupa ayuntamientos, sindicatos, patronales y universidades. Su Comisión de Movilidad se
encarga de trabajar en la revisión de las condiciones de movilidad y accesibilidad a los polígonos industriales
de la Región Metropolitana de Barcelona. http://www.pacteind.org
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
49
Planificar ciudades en condiciones de constante crecimiento y separación espacial
de sus actividades, requiere que incluya en sus parámetros de ordenación los
modos de desplazamiento que permiten relativizar el aumento de las distancias. El
transporte público como ente democrático en el cual recae la responsabilidad física
de movilizar personas a distancias no realizables a pie, cumple la función de unir
espacios para quienes poseen limitaciones (físicas, económicas) u objeciones de
acceso al coche u otro medio de transporte privado. Reconocer las
transformaciones constantes del espacio hace necesario incluir al planeamiento
“integral”, la lógica sectorial del transporte que incluya todos los modos, sociedades
y actividades económicas que forman el continuo urbano.
La antípoda de la integración del TP a la planificación del territorio, se encuentra en
la tendencia de priorización del coche en los planes de desarrollo urbano. “El papel
dominante del automóvil en las últimas décadas, se ha respondido básicamente
con medidas para aumentar la capacidad de las calles y la velocidad de los
vehículos, multiplicando las vías rápidas, los enlaces a distinto nivel y los
aparcamientos” (Monclús et al). Esta inercia ha dado a las vías públicas un carácter
más privado, representado en mayores áreas dedicadas al aparcamiento y
circulación de coches, que deterioran silenciosamente la calidad del paisaje urbano
y los espacios sociales en el aprovechamiento del tiempo libre, que son también
funciones de las vías de movilidad.
La urgencia del planeamiento integral que incluya a todas las formas de
funcionamiento de ciudad, fue uno de los estandartes del 55 Congreso Mundial de
la Unión Internacional del Transporte Público realizado en Madrid en marzo de
2003. Demandaban poner freno a la extensión de la urbanización residencial, de tal
forma que las zonas construidas puedan albergar los lugares de trabajo de su
población residente a través de la coherencia en las políticas urbanas (Meyer,
2003). En lo anterior, se evidencia la mayor conciencia que despierta en los
principales gremios del transporte la dispersión de las dinámicas de crecimiento en
las ciudades y las dificultades de movilidad de todos sus sectores sociales. La
vinculación espacial del TP en el marco de la movilidad obligada, debe ser parte
complementaria de los objetivos estratégicos de la planificación.
La planificación integral debe ser coherente, concertada e integradora, con
resultados que concluyan con ganadores que se reparten proporcionalmente las
diferentes magnitudes de beneficios. Una negociación que termine con ganador y
perdedor crea potenciales enemigos o “votos en contra” para la búsqueda de
posteriores consensos. Políticas duras y con demasiadas restricciones pueden
frenar del todo el comienzo de las actividades en los proyectos (Simpson, 1992) y
el detenimiento por absolutismo de iniciativas de integración sectorial.
El territorio no debe seguir siendo razonado por los urbanistas al margen del
funcionamiento real (Dupuy, 1992), sus redes de comunicación y servicios forman
parte del transcurrir cotidiano de las sociedades y no pueden ser un apéndice en
las políticas de desarrollo urbano.
El transporte debe interactuar correctamente con los espacios básicos de la vida
urbana, siendo un factor complementario de los procesos que se requieren para
relacionar los diferentes recursos del territorio (humano, capital, mercancías,
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
50
mobiliario). Esto significa que la evaluación del manejo político de estos recursos,
dada por parámetros como los rendimientos económicos, la cohesión social, la
sostenibilidad ambiental y la promoción de infraestructuras, debe tener en los
transportes urbanos una de las bases esenciales para la consecución de la calidad
en el funcionamiento de la ciudad.
Basar el ordenamiento de la movilidad en proyectos sectoriales sólo conseguirá dar
respuestas parciales a demandas crecientes e insatisfechas a través de más
infraestructura (Esteban, 2003). No racionalizar el espacio urbano a través de la
distribución funcional de la vivienda y las actividades económicas, irá en detrimento
de la calidad de vida de la sociedad que se adhiere cada vez a formas
heterogéneas de movimiento. Esto supondrá población con una tendencia
creciente al alejamiento de las áreas de actividad económica y lugares de trabajo,
con menos posibilidades de comunicación en transporte público32. La baja
densidad espacial que genera la creciente periferización de las zonas
residenciales, de ocio, servicios sociales y oportunidades de empleo, incentiva la
toma del vehículo privado para los desplazamientos a las zonas no cubiertas por
los ejes de transporte público y excluye del libre acceso a quienes no poseen estos
medios particulares de movilidad.
Ante este panorama cabe preguntarse, ¿cuáles son las posibilidades que existen
ante la compleja situación y a tan exigentes requerimientos para la optimización del
territorio?. Es una verdad de perogrullo afirmar que no existen métodos definidos o
teorías infranqueables en la planificación urbana, por ende, es más evolucionado
afianzar la convivencia con modelos de ordenación coherentes que deban ser
redireccionados según nuestro escenario futuro de ciudad. La geomorfología, la
priorización de objetivos, las formas de dimensionar el territorio (km², densidad de
habitantes…) y el desarrollo económico, son algunos de los diferentes matices que
deben incluirse en la planificación de espacios urbanos.
2.3.1 Administraciones, escalas de análisis e infraestructuras como
discordias de la planificación integral
Planificación integral es aquella que contiene o intenta contener el mayor número
de parámetros sobre los que fundamenta sus estrategias de desarrollo. La
tradicional zonificación de las funciones urbanas ha excluido elementos
constitutivos del territorio, motivando opciones alternativas para el cumplimiento del
mismo fin de poner en orden los espacios sociales.
Integrar en la planificación de manera real todos los modos de transporte, requiere
una amplia visión conciliadora de los gestores para razonar de manera equiparada
la forma de incluir el mayor número de parámetros en esta toma de decisiones.
Cierto es que la integridad abarca otros parámetros además del transporte urbano,
pero es en este en el que reincidimos como propósito de nuestra investigación,
para que junto a las políticas de empleo y vivienda den la coherencia espacial al
funcionamiento del territorio.
32 J. Esteban, op.cit., p. 50
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
51
¿Qué pasos ha dado Barcelona y su Región Metropolitana para solventar los
inconvenientes a los problemas de movilidad en los últimos veinte años?. ¿Cómo
se perfila para afrontar la movilidad de sus ciudadanos con los procesos dinámicos
de la dispersión urbana?.
Dos fenómenos marcan la evolución de la movilidad de los municipios
metropolitanos durante las últimas dos décadas: el incremento de la cantidad y
lejanía de los desplazamientos cotidianos y la tendencia creciente a realizarlos en
modos de transporte individual (López, 2003). El Barcelonés Norte33 no es ajeno a
las dinámicas de dispersión que ha hecho de los viajes por motivo laboral o
asistencia básica un colmado de obstáculos de muy difícil resolución por el
transporte público.
Los primeros pasos en la búsqueda de la integralidad se encuentran en 1975 con
la creación de la Corporación Metropolitana de Barcelona (CMB). En 1979 emergió
Transporte Metropolitanos de Barcelona (TMB), posteriormente la Ley de Política
Territorial de Cataluña en 1983 y la Ley 7/87 que disolvió la CMB y estableció la
obligatoriedad de un plan territorial de la región junto con el plan intermodal de
transporte (su avance se presento y fue denegado en 1993), que generó
trascendentes retos para los responsables de esta ordenación, representados
actualmente en la Autoridad del Transporte Metropolitano creada en 1997, el
primer Plan Estratégico de la Región Metropolitana (2002), Plan Director de
Infraestructuras (PDI) 2001-2010, Plan de Servicios 2003-2005 del Transporte
Público Colectivo, Plan Territorial Metropolitano de Barcelona (1999) y la reciente
Ley 9 de 2003 de movilidad promulgada por la Generalitat de Catalunya.
CUADRO 3. Región Metropolitana de Barcelona
Ámbito Número de
Municipios
Número de
habitantes
Superficie
(km2)
Densidad
(hab./km2)
Barcelona
Ciudad
1 1.503.451 97.6 15.405
Continuo Urbano
(Excepto Barcelona ciudad)
10 869.353 126.1 6.894
Primera Corona
(Aglomeración central)
35 2.945.935 526.2 5.599
Segunda Corona
(Resto RMB)
129 1.355.786 2.711 500
Total Región
Metropolitana
164 4.301.721 3.237 1.329
Fuente: Transportes Metropolitanos de Barcelona TMB (2002)
El Plan Estratégico Metropolitano (Pla Estratègic Metropolità de Barcelona)34
en su vector territorial y de movilidad plantea objetivos claros que pretenden
regular la coherencia territorial en el planeamiento urbanístico de los municipios,
con el objeto de satisfacer de forma eficiente las necesidades sociales y las
33 Cataluña es una de las 17 comunidades autónomas de España. Se conforma por cuatro provincias: Girona,
Lérida, Tarragona y Barcelona. A la vez éstas se subdividen en comarcas. El Barcelonés es una de las
comarcas de la provincia de Barcelona donde se sitúa la aglomeración metropolitana central. En su costado
norte se encuentran conurbados a la ciudad de Barcelona los municipios de Badalona, Santa Coloma de
Gramenet y Sant Adrià del Besòs.
34 Constituido en 2002 por la ampliación al ámbito metropolitano del Plan Estratégico de Barcelona. Incluye
36 municipios, formaciones sindicales, asociaciones de derechos, etc. http://www.bcn2000.es
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
52
condiciones para una disminución de la movilidad obligada especialmente en
vehículo privado:
• Mantenimiento de tejidos densos y mixtos.
• Dotación general de transporte público de alta capacidad.
• Procesos de mejora urbana equilibrados entre actividad económica y
vivienda.
• Potenciación de nuevos espacios de centralidad.
• Mantenimiento de una oferta adecuada de suelo industrial y de otras
actividades económicas.
Del TP resaltan la falta de dotación en áreas de baja densidad, así como
debilidades sobre el territorio compacto. De hecho entre los grandes proyectos de
infraestructura y comunicación se encuentran como prioritarios la Línea 9 y 12 del
Metro como herramientas integradoras de la ciudad periférica.
Desde un punto de vista más actuacional esta el PDI (Pla Director
d’Infraestructures) 2001-2010 (ATM, 2002), como instrumento básico de
planificación de la red de transporte ferroviario de la Región Metropolitana de
Barcelona en un periodo de 10 años. Entre sus principales objetivos esta aumentar
la cuota de mercado del TP frente al vehículo privado, lograr que la infraestructura
fija no sea un factor limitativo para la implantación de actividades y garantizar la
eficacia económica y social de las inversiones públicas.
En la diagnosis de la movilidad y el transporte público, el plan presenta elementos
que no lo hacen lo suficientemente optimo para cumplir el objetivo de no ser un
factor limitativo al desarrollo, es decir, visionar en las fases previas de
implantación, las funciones socioeconómicas ofertadas en la ciudad y las
verdaderas necesidades de la demanda.
Como ejemplo, en las previsiones demográficas analizan la evolución de la
población anterior y proyectada, y la previsión futura de construcción de vivienda.
Luego calculan los habitantes potenciales que generará cada actuación urbanística
sin discernir las diferentes condiciones socioeconómicas de sus futuros ocupantes.
Esto crea puntos de referencia únicamente cuantitativos para la proyección de las
infraestructuras. Mayor aglomeración de habitantes más necesidad de servicios es
la relación directa que establecen, olvidando si la medida favorecerá los
desplazamientos casa-trabajo.
Donde menos aportan es en el análisis de localización de lugares de trabajo en el
horizonte de aplicación (2010), cuestión preocupante por el panorama de cambio
en que se encuentra el mercado de trabajo (ver 1.4.1 y 2.2.2.1), además del
altísimo costo financiero de las inversiones y la rigidez de las infraestructuras
proyectadas.
El “avance” del plan radica en la estimación de incrementos de lugares de trabajo
sobre los ocho ejes corredores radiales, definidos básicamente por las
infraestructuras viárias y ferroviarias que a la vez se proclaman como los ejes de
mayor atracción de movilidad, sin prever que puedan existir localizaciones que
sigan otra lógica espacial. Fortalecer la oferta de servicio por estos criterios
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
53
significa incidir aún más en el centralismo de los desplazamientos, marchando en
detrimento de las comunicaciones periféricas que se generan por nuevos puestos
de trabajo y nuevas localizaciones residenciales. Es un alto riesgo apostar de
forma tan decidida por modos ferroviarios de desplazamiento, sin realizar análisis
apropiados del funcionamiento conjunto del territorio que se va a servir,
reincidiéndose en el continuismo de las infraestructuras existentes.
Las proyecciones de movilidad obligada para el año 2010 las hacen según la
distribución radial, perimetral e interna. Siguiendo la tónica de los ejes radiales
ponen en evidencia los resultados que sustentarán más soterramientos pero no
más conexiones perimetrales. Según la hipótesis alta, en la región metropolitana
del 2010, el 52.3% de los flujos de movilidad serán radiales, el 45% internos y el
2.8% perimetrales.
En el PDI las desigualdades territoriales de la oferta de TP se miden por el grado
de facilidad de acceso de la población municipal al eje corredor de su dependencia.
Es decir, el objetivo es mejorar el ingreso a la estructura radial histórica de la región
metropolitana.
CUADRO 4. Municipios de la segunda corona no conectados al centro del eje corredor
Municipio Centro del eje corredor
Olivella Vilanova i la Geltrú
Sant Llorenç d’Hortons Vilafranca del Penedès
Rellinars Terrassa
Gallifa Sabadell
Montseny
Vallgorguina
Fogars de Montclús Granollers
Fuente: PDI 2001-2010
Ante el silencio social en las cifras del PDI, una inversión tan millonaria para ayudar
a resolver las interacciones tan complejas entre TP35, usos del suelo y población,
crea dudas de su satisfactoria viabilidad. Por supuesto que varias de las
actuaciones son necesarias y ayudarán tal como están planteadas a resolver
objetivos propuestos. La cuestión es ver si los indicadores que cuantifican estos
objetivos analizan más allá del desarrollo de las medidas (longitud de carriles-bus
puestos en servicio, número de usuarios, etc.) y evalúan su efectividad en el
contexto más integral: Equidad social, contribución al desarrollo económico,
protección del medio ambiente, seguridad (May, 2003).
El Plan de Servicios de Transporte Público (Pla de Serveis de Transport
Públic) 2003-2005 (ATM, 2003), pretende una visión integradora del transporte de
viajeros por autobuses con otros planes como el PDI, el sistema tarifario integrado
y el fomento de la intermodalidad. Su ámbito propositivo es la Región Metropolitana
de Barcelona que abarca una superficie de 3.236 km2 que corresponde al 10% de
Cataluña, con una población de 4.390.390 habitantes (año 2001) que representa el
69% del mismo territorio (Equip Redactor PTMB, 2003).
35 La inversión requerida para las acciones propuestas en el PDI 2001-2010 asciende aproximadamente a 7.295
millones de euros según lo presupuestado por la Autoritat del Transport Metropolità ATM.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
54
Los parámetros para valorar la calidad del servicio de autobuses continúa la senda
cuantitativa: Longitud de líneas, intervalos de paso, cobertura horaria y porcentaje
de trayectos adaptados a personas con movilidad reducida (PMR).
Consecuentemente la “reorganización” del servicio aplica como medidas
correctoras dos puntos esenciales: el aumento de la frecuencia o la prolongación
del trayecto. En el ámbito EMT Norte36 de 18 actuaciones dispuestas, sólo dos se
dirigen a la creación de nuevos recorridos.
Se han realizado también avances importantes como la anexión de empresas
privadas al sistema tarifario integrado, la progresiva adaptación de trayectos para
PMR, la utilización de microbuses para compensar las dificultades de morfología
urbana (Buses de Barrio) y las prolongaciones y mejoras de frecuencias antes
mencionadas. Los criterios bajo los cuales se han elaborado las propuestas no
difieren demasiado del PDI: clasificación de los recorridos existentes según
radialidad, transversalidad…
Otro punto que recomienda el Plan de Servicios es la resolución de
encabalgamientos con recorridos de otros operadores. A falta de zonas bien
servidas es lógico este interés, pero generalmente las propuestas planteadas son
de acortamiento o supresión de líneas y no de nuevos recorridos perimetrales
internos o intermunicipales.
Más recientemente la circunscripción de la Ley de la Movilidad promulgada el 13
de junio de 2003 por la Generalitat de Catalunya, boga por establecer los principios
y objetivos para la gestión de la movilidad de personas y transporte de mercancías
a través de una cuidadosa planificación que tenga en cuenta todas las variables
que afecten los desplazamientos por transporte terrestre.
A fin de rescatar los propósitos gubernamentales que se direccionan en las mismas
inquietudes de nuestro proyecto, ilustramos dos objetivos que propone la ley. El
primero opta por la integración de políticas de desarrollo urbano y económico con
las políticas de movilidad de modo que minimicen los desplazamientos y se
garantice la accesibilidad a los centros de trabajo, residencia y puntos de interés
social. El segundo propone favorecer los sistemas de transporte a la demanda en
los polígonos industriales.
Otro apartado que tiene amplio despliegue es el de la estipulación de los
instrumentos de planificación, programación y evaluación. Todos los anteriores se
presentan en una etapa bastante primaria en cuanto a la regulación detallada para
el desarrollo de lo propuesto. Desde nuestro punto de vista lo más importante de la
Ley, pasa por el reconocimiento de importantes cuestionamientos y problemáticas
de la movilidad urbana y no tanto las propuestas, que pecan de ser un tradicional
esquema de Planificación enmarcado bajo el epíteto de la movilidad. Para legitimar
esto, los conceptos que se encuentran desde hace varios años en el ruedo político
y académico como la sostenibilidad, la intermodalidad, el transporte integrado, los
costes sociales y la accesibilidad, se han adherido a esta reciente propuesta
legislativa.
36 La EMT (Entitat Metropolitana del Transport) norte es una de las subdivisiones organizativas del servicio.
Se constituye por 6 municipios del norte de Barcelona donde están incluidos Badalona, Santa Coloma de
Gramenet y Sant Adrià del Besòs.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
55
Los instrumentos de planificación que plantea la Ley de Movilidad de Cataluña son:
1. Directrices Nacionales de Movilidad (DNM): Constituye el marco orientador
de los objetivos de movilidad.
2. Planes Directores de Movilidad (PDM): Plasman en el territorio las
directrices nacionales.
3. Planes Específicos: Son planes de desarrollo de las directrices a nivel
sectorializado (Ej. Transporte de personas, de mercancías, etc.).
4. Planes de Movilidad Urbana (PMU): Son el documento básico para
estructurar las propuestas de movilidad sostenible en los municipios de
Cataluña.
Los instrumentos de programación se plantean en dos apartados:
1. Programa de Inversiones: Organiza las actuaciones en los medios de
transporte y los recursos para financiarlas en un periodo mínimo de cuatro
años.
2. Planes de Servicios: Su propuesta es bastante sectorializada pues plantea
programar la participación de los operadores en la gestión de cada modo de
transporte.
Instrumentos de evaluación:
1. Observatorio Catalán de la Movilidad: Instrumento de recogida y difusión de
la información en materia de movilidad sostenible.
2. Indicadores de Movilidad: Únicamente plantean categorías que son una
enumeración de temáticas que desde tiempo atrás se manejan y requieren
en todo proyecto infraestructural. La accesibilidad, el impacto ambiental, la
seguridad, los costos sociales y la intermodalidad son algunas de ellas.
Diferentes asociaciones y gobiernos han notado en los últimos años la
importancia de estos parámetros, pero la forma de cuantificar y cualificar
estos indicadores para que sean instrumento de evaluación de los planes,
sigue siendo el talón de Aquiles en los intentos de regular la movilidad.
3. Estudio de Viabilidad: Su fin es evaluar el impacto de los servicios y
infraestructuras de transporte desde el punto de vista de la oferta como de
la demanda.
4. Estudio de Evaluación de la Movilidad Generada: Aquí se debe evaluar el
incremento potencial de desplazamientos por la localización de actividades
económicas, residenciales
La Ley inicia ahora su fase de aplicación territorial. El desarrollo estará enmarcado
por una gran cantidad de funciones delegadas en forma de nuevas corporaciones
administrativas y planes de movilidad. En principio delega la coordinación de las
tareas a la Autoridad del Transporte Metropolitano. Cómo articular el entramado de
“herramientas” para que tenga eficacia en el territorio es un reto que esta por
resolverse y la forma en que puede articularse la movilidad con el urbanismo y la
planificación territorial tampoco encuentra vías para su resolución. Una vez más el
objetivo de gobernar el espacio ciudadano a través de una planificación integrada
queda en entredicho, reafirmándose las criticas que a inicios de 2002 hacía
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
56
Carmen Miralles al anteproyecto de ley37: “El flanco más flojo de esta ley está en la
dimensión territorial, ya que ni queda claro cuáles son los ámbitos territoriales que
tendrán competencia en los planes directores que propone, ni relaciona la
movilidad con la ordenación del territorio”.
A escala nacional un antecedente significativo es el Libro Verde del Transporte
en España (CTCICCP, 2001). Abarca en su análisis referentes como los
cambios de renta y estilos de vida que afectan de forma constante la movilidad de
personas. Otras características referentes a la “nueva” movilidad son:
• Mayor participación de la mujer en el mundo laboral.
• Disminución de los viajes a comer a casa.
• Traslado a la periferia.
• Mejora de las telecomunicaciones.
• Aumento de los estándares de vida.
El modelo territorial actual no es atendido de forma optima por el transporte
público. “Antes” el ferrocarril y el tranvía se correspondían con la configuración
urbana creando relaciones metropolitanas basadas en la radialidad. “Ahora” la
ocupación excesiva de territorio en las periferias urbanas ha figurado en un
empeoramiento del TP, debido a las bajas densidades y a las indefinidas
ampliaciones funcionales de su espacio.
Bajo las anteriores iniciativas de planificación, que de forma específica o través de
directrices generales intervienen en la Región Metropolitana de Barcelona38, cabe
preguntarse los aciertos y fallos, o mejor, la discordia de procedimientos al
momento de hacer una ordenación efectiva, coherente e integral.
Los principales déficit de las iniciativas, son la disposición de su zonificación interna
y el grado de relación con los usos del suelo. Planificar el servicio de TP a una
escala no inferior que la municipal, oculta demasiadas realidades sociales que
sobresaldrían si entrásemos a escalas más grandes (distritos municipales o zonas
estadísticas en Barcelona y su conurbación por ejemplo). Cuantificar la movilidad
obligada, los índices de construcción inmobiliaria o la tipología de los empleos
sobre ejes de la RMB como el de Terrassa, Mataró o Martorell, es poco indicativo
al momento de querer encontrar los intersticios socioeconómicos de la ciudad de
más deficiente oferta de transporte.
CUADRO 4. Ajuste al Territorio de las Iniciativas de Planificación39
Iniciativa Escala de
Ordenación
Zonificación
interna
Objetivo Integración con
Usos del Suelo
Libro Verde del
Transporte en
España Ninguna Directrices
generales para la
Insuficiente
37 Artículo publicado en El País el 25/01/2002. http://www.laptp.org/documents/carmemirallles25-01-02.htm
38 Considérese siempre implícito cuando trabajamos con información de la RMB, nuestro territorio de análisis
(ver algunos avances en el Cap. 3) compuesto por la ya mencionada Barcelona y tres municipios conurbados
de su norte (Badalona, Santa Coloma de Gramenet y Sant Adrià del Besòs).
39 Para esta síntesis nos centramos en las iniciativas de las últimas dos décadas, aunque sea justo recordar el
antecedente de 1957 con la Ley de Ordenación del Transporte Urbano de Barcelona, que dio vía libre a la
municipalización del metro y los transportes de superficie.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
57
España
Editado 2001
organización
económica y
administrativa de
los diferentes modos
de transporte.
Plan Estratégico
(PE) Metropolitano
de Barcelona
Editado 2002
Metropolitana
(36 municipios)
Municipal
Estrategias de
lanzamiento y
adaptación a la
realidad
metropolitana.
Notable. (Los PE son
iniciativas indicativas
y no de actuación
directa sobre el
territorio).
Plan de
Infraestructuras
del Transporte
Público – PDI
2001-2010
Región
Metropolitana de
Barcelona RMB.
3.237 km2 y
4.301.721
habitantes.
Barcelona y luego dos
zonas concéntricas a la
aglomeración central
(A1: 10 municipios
más inmediatos y A2:
24 municipios
restantes). El resto de
la RMB se abarca en
ocho ejes corredores
radiales definidos por
las infraestructuras de
transporte
vertebradoras.
Planificación y
programación de
las
infraestructuras
ferroviarias.
Insuficiente
Plan de
Servicios de
Transporte
Público
2003-2005
Región
Metropolitana de
Barcelona.
Barcelona.
Enseguida dos
zonas contiguas: 6
municipios al norte
de Barcelona
(EMT-Nord) y 11
municipios al sur
(EMT-Sud). El
resto de la RMB se
define por los ocho
ejes del PDI.
Planificación y
programación
del servicio de
transporte de
viajeros por
autobuses.
Insuficiente
Fuente: Elaboración propia.
Querer realizar evaluaciones integrales de los objetivos propuestos en los planes
de transporte y no de forma específica según cada modo, revierte inconvenientes
para el análisis de los municipios contiguos y de más estrecha relación con la
aglomeración central de Barcelona. La información para cada plan contiene
muestras de información agrupadas sobre espacios diferentes: zonas concéntricas,
cardinales (norte-sur) y comarcales. No se encuentra estandarizada la zonificación
sobre la que se planifican los modos de transporte, lo que conlleva a una
agrupación de usos del suelo de manera diferenciada. Organizar servicios según la
Zona A1 del PDI genera percepciones del territorio diferentes, que realizar la
misma organización según la agrupación del Plan de Servicios por municipios de la
zona norte y sur. Estas desigualdades actúan en la ordenación de los modos de
transporte (que irónicamente plantean ser complementarios) como discordancias,
al momento de evaluar la funcionalidad del servicio en las dinámicas laborales y
residenciales inter e intramunicipales.
Previsiones de transporte para áreas de crecimiento urbano no incluidas en los
usos del suelo, planificación de obras teniendo en cuenta las funciones
paisajísticas y de racionalidad territorial de los espacios abiertos (parámetro básico
propuesto en el Plan General Metropolitano de Barcelona PGMB 1976), son
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
58
relaciones de utilización del suelo que no se evidencian en los planes revisados. A
escala más local las actuaciones tendientes a regular el uso del suelo ya
urbanizado (diferentes del fomento de más obras físicas), como las medidas de
reducción de tráfico, pago por el uso de infraestructuras, restricciones horarias o la
educación cívica orientada a conseguir cambios de actitud, tampoco se encuentran
como alternativas.
Las propuestas de los anteriores planes son importantes y en ocasiones pueden
ser la única alternativa para el mejoramiento de situaciones críticas, pero
quedamos expectantes a la evaluación de resultados a través de indicadores que
también están por definir.
2.3.2 Conjugar la Trilogía en la Ordenación de la Ciudad
El reto es dilucidar cómo conjugar las metodologías y estrategias de planificación
urbana, a la organización del transporte de forma interrelacionada con el mercado
de vivienda y trabajo. Para ello existe una amplia bibliografía que demuestra la
desconexión entre las destinaciones del suelo (vivienda, comercio, etc.) y los
planes de transporte. [Ver CUADRO 4 con los desajustes en la planificación de los
transportes de la RMB].
¿Qué Conjugar?. Usos del suelo, medidas para la movilidad sostenible (de
mayor trascendencia que la creación exclusiva de infraestructuras) y TP. La trilogía
–Vivienda, Trabajo, Transporte Público- es el entorno útil que debe servir como
base de operaciones de esta lógica.
En el transcurso de estas páginas hemos conocido los justificantes para integrar
los parámetros de la trilogía en la planificación. Cómo se distribuyen sus factores,
qué tendencia tendrán las actividades según los planes territoriales, las iniciativas
privadas y los factores externos, son algunas de las tareas necesarias para la
optimización de las infraestructuras y los servicios de transporte.
Un elemento que preocupa a quienes dirigen e investigan el campo de la movilidad
y el transporte, es la carencia de instrumentos operativos que permita ordenar de
forma global la movilidad (Martínez, 2002). La ATM y la EMT en la Región
Metropolitana de Barcelona, actúan de forma exclusiva en el sector del transporte
público sin que sus disposiciones interfieran en la ordenación del vehículo privado.
Sobre estas inquietudes y necesidades de integración destacamos la reflexión del
gerente de la Entidad Metropolitana del Transporte:
Hemos llegado a un punto en el que disponemos de unos instrumentos y una metodología insuficientes
y anticuados para ordenar la eclosión de la movilidad. Ya no basta con el discurso a favor
del transporte público, hay que intervenir de manera decidida en el binomio urbanismo-movilidad y
a la vez destinarle muchos más recursos que en la actualidad (Martínez, 2002)40.
40 Para este binomio Verroen et al. (1998) proponía: “ La urbanización con una buena mezcla de funciones y
agrupamientos en unidades espaciales más grandes tan cerca como sea posible a los distritos metropolitanos y
con buenas conexiones a TP de alta calidad tiene el efecto más favorable en la movilidad”.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
59
Ante el reconocimiento tibio de algunos sectores gubernamentales de la urgencia
por la planificación integrada del transporte (realidad subjetiva externa) y del interés
científico para incidir en esta temática (realidad objetiva), se requiere analizar cómo
percibe la ciudadanía que el TP interviene en sus objetivos de vida (realidad
subjetiva interna)41. Sus actitudes son el reflejo del juicio de gravedad o indiferencia
que le otorgan a la situación. De esta forma, sus respuestas colectivas influirán de
acuerdo a la afectación directa o indirecta que contengan las medidas y al nivel de
participación o capacidad de intervención que posean en las disposiciones
adoptadas para la ordenación territorial del transporte42.
¿Qué avances existen?. En general en los planes sectoriales del transporte no
existe una ausencia total de la concepción del uso del suelo. Lo deficiente esta en
cómo y cuánto se avanza para su inclusión (ver caso de 2.3.1). Existen
inconvenientes que hacen de esta tarea un difícil ejercicio con resultados no
siempre conclusos. La recolección de información para diagnosis y estudios de
viabilidad de propuestas en territorios metropolitanos, presenta municipios con
publicaciones a destiempo de la explotación de datos (movilidad, trabajo, vivienda,
demografía,…), planes demasiado locales que minimizan su interacción con
factores externos, criterios de zonificación de usos del suelo no concordantes,
escalas espaciales de recolección de datos diferentes y ausencia de información
de servicios que están bajo la administración de entes supramunicipales. Es la
paradoja de un mismo territorio con diferentes planes de trabajo, fuentes de
información y rutas de desarrollo.
Hasta este nivel de la investigación, no se han encontrado planes de ordenamiento
del territorio que incluyan además del formato básico, la organización conjunta de
los transportes urbanos. El Plan Territorial Metropolitano de Barcelona (1999)
respecto al transporte de personas por superficie ofrece algunas observaciones a
tener en cuenta.
Diagnostican la fuerte dificultad para la movilidad urbana interna en un panorama
con realidades opuestas. En el ensanche de la ciudad el espacio de vías esta
sobre el 34%, mientras que en el resto del tejido urbano no supera el 18%. Añaden
además que estas dificultades son intervenidas a través de planes sectoriales de
corto término en lugar de asumir una condición integral y finalista. En su
diagnostico del servicio de ferrocarril el énfasis es bastante cuantitativo y con cifras
“socialmente mudas”: Recorridos, longitud, amplios de vía, capacidad de carga y
algunas referencias generales respecto a los viajes internos y externos de la
conurbación barcelonesa.
La medida de accesibilidad al servicio de TP, la cuantifican considerando cada una
de las distancias de las zonas respecto a las estaciones de metro (600 m),
ferrocarril (1.200 m) y las paradas de autobús interurbano (600 m). Según estos
41 Ver figura 1 y sección 1.2.
42 De la capacidad de intervención o fuerza colectiva ciudadana para cambiar dictámenes que percibieron
injustos, cabe recordar la huelga de usuarios del tranvía en 1951 que hizo cancelar los aumentos de tarifas y
cesar al alcalde de Barcelona; en 1957 se realizó otra huelga por motivaciones tarifarias aunque con alcances
menos drásticos (Huertas et al, 1997). En 1956 Martin Luther King Jr fue acusado por los juzgados en
Montgomery (EU) de boicotear autobuses durante una campaña contra la segregación racial en los TP.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
60
criterios, concluyen que el 30.2% de la superficie urbana que concentra el 12.9 %
de la población total (572.000 hab.) no dispone de ningún tipo de transporte
público.
Este método de valorar la accesibilidad según el alcance espacial de cada parada
discrimina importantes variables en su cuantificación. Capacidad de la oferta,
demanda potencial comprendida dentro del ámbito circundante y coherencia
espacial del servicio de acuerdo a la distribución de las actividades
socioeconómicas, son aspectos claves que no se asumieron43. Por ello llama la
atención como habiéndose incluido referencias a las expectativas de demanda de
suelo urbano y de ocupación de superficie total urbanizada en la metrópoli, el
Equipo de Trabajo del Plan no interrelacionará dichos análisis con las medidas de
accesibilidad adoptadas. Lo que advierten en conveniencia con lo expuesto en
1.4.2 y 2.2.2, es que el principal consumo de suelo urbano será debido no tanto al
aumento de población sino a la disminución de los niveles de ocupación de la
vivienda y del número de trabajadores por superficie industrial.
¿Cómo lograrlo?. Bajo estos precedentes poco halagadores no queda más
camino que asumir en la pronto Europa de los 25, la responsabilidad académica y
política de llevar adelante estrategias de desarrollo para territorios donde la
amalgama de administraciones, poblaciones y morfologías urbanas es evidente en
el presente e inevitable en el futuro.
No se pretende dar soluciones cuando todavía la comprobación pragmática de
nuestra hipótesis esta por resolverse, pero sí aproximarnos después de un
recorrido teórico de diagnosis a las etapas de prospección en la planificación.
La propuesta de hace dos décadas de Daniels et al (1980) es un excelente marco
de referencia para redirigirnos a un proceso coherente e integral de la planificación
del transporte. Deberá crecer y complementarse con los avances que durante
veinte años han realizado áreas relacionadas con este tipo de conocimiento
(Geografía, economía, arquitectura, sociología). A pesar de aportaciones como
estas, los actuales planes de ordenación del transporte siguen predominando en
los clásicos esquemas sectoriales y excluyentes. Es cierto que de la aplicabilidad
de un modelo a su práctica hay grandes barreras a resolver, las cuales muchas
veces se renuncia a solventarlas porque limitan la forma en que se deben
implementar las medidas.
Lo más destacable del modelo de Daniels se divide en dos apartados
fundamentales (ver Figura 2):
• La propuesta de integrar usos del suelo, demografía, aspectos económicos y
sociales del territorio y la población, a los omnipresentes datos de tráfico y
redes de transporte de los estudios y propuestas de movilidad urbana.
43 El PTMB ha tenido después de 1999 nuevas versiones que el autor no ha revisado y que han podido incluir
algunas de las falencias anteriores. La metodología que utilizaron es semejante a la de Moreno Jiménez A. y
Prieto Flores M.E (2002), que estimaron por medio de SIG áreas de servicio y demanda potencial, según los
contornos alrededor de los puntos a los que se desea llegar (establecieron paradas de autobús) dentro del
municipio de San Sebastián de los Reyes (Madrid).
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
61
• El puesto neurálgico que ocupan otras herramientas cómo la previsión de
sucesos futuros, los modelos de simulación y la estimación de las futuras
necesidades del transporte.
Como ausencia importante esta la no colocación de mecanismos de participación
en el desarrollo del plan. “Una amplia participación puede asegurar la totalidad de
los objetivos y la coordinación de estrategias con otros sectores como la salud y el
trabajo (May, 2003)”. En esta faceta algunas ciudades españolas (San Sebastián,
Barcelona) han convenido necesario la inclusión de heterogéneos sectores a través
de planes de la movilidad, para optimizar el funcionamiento de los diferentes
intereses de desplazamiento sobre la estructura urbana. El modelo de Daniels
podría equiparse con la descripción que hacía Dupuy (1992) de las operacionescoartada
en las experiencias de participación, donde escasas personas implicadas,
el lenguaje técnico, el aprovechamiento político y la falta de tiempo para un estudio
conjunto de los expedientes, se presentaban como algunos de los obstáculos para
los encargados de la planificación que querían promover la participación.
En esta búsqueda de alternativas, casi diez años más tarde en 1989 se implanto en
Holanda la Política de Localización ABC. Su objetivo es reducir el incremento
excesivo del tráfico de automóviles, motivando el uso del transporte público por
medio de la coordinación entre la planificación de modos de transporte y usos del
suelo, de forma específica para las actividades económicas generadoras de
empleo (Verroen et al, 1998; Martens et al, 2001).
El instrumento de planificación esta basado en el análisis de dos categorías: El
perfil de accesibilidad y el perfil de movilidad.
Los tipos de localización para estipular los perfiles de accesibilidad se dividen en:
• A: Lugares muy accesibles en transporte público.
• AL: Localizaciones razonablemente accesibles en TP y con mal acceso en
coche.
• B: Localizaciones razonablemente accesibles en TP y coche.
• C: Localizaciones orientadas al uso del coche.
• R: Mala accesibilidad en TP y en coche.
El perfil de movilidad más que depender de la localización de las empresas toma
en cuenta las características de los desplazamientos diarios al trabajo, la
necesidad de visitantes para su atención y el volumen de transporte de
mercancías.
FIGURA 2. Etapas Básicas en el Planeamiento del Transporte
PLANES DE
ORDENACION
Identificar fines y objetivos
Del plan general
Delimitar el área de estudio
Y subdividirla en zonas
Establecer el método
de análisis de los datos
Información
Datos
demográficos y
Datos
económicos
Usos del
suelo
Datos de tráfico
existentes
Redes y medios
De transporte
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
62
Dados los perfiles de accesibilidad y movilidad se afronta la pregunta, ¿Qué
empresa estaría ubicada idealmente y en que tipo de localización?. En esto se
debe tener en cuenta dos situaciones: 1) Empresas de futura creación donde se
debiera tener preparado a través de la planificación del uso del suelo, el perfil ideal
de localización de acuerdo a los perfiles de movilidad. 2) Empresas ya instaladas:
se mejoran las infraestructuras de acceso en sus ubicaciones actuales, o se
motivan cambios de sede con el prerrequisito de regular los usos del suelo44.
44 Verroen et al, op.cit., p.61
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
63
La Política ABC de forma más pragmática que la de Daniels, plantea una
interesante fusión del transporte público con los usos del suelo. Además es de
aplicación real en las zonas urbanas más grandes del oeste de Holanda
(Randstad).
Un punto gris de la herramienta es la desatención por los indicadores de
accesibilidad de los diferentes grupos sociales. Cada indicador posee un enfoque
con una primacía por caracterizar los accesos a los diferentes modos de transporte
desde la sede empresarial. Evalúan que vías de acceso y líneas de TP llegan a los
puntos de gravitación del movimiento empresarial, pero no si las frecuencias de
paso y los recorridos están lo más cercano posible a sus empleados y al perfil de
los potenciales clientes. Ubicar una gran embotelladora de refrescos a las afueras
de una ciudad sobre un corredor vial de alta densidad, puede suponer fácil acceso
para sus empleados cualificados y visitantes ejecutivos que generalmente poseen
coche, pero no para la clase obrera (trabajadora o visitante) que tiene menos
capacidad de ingreso para la tenencia de coche y más necesidad de acceso al TP.
Los resultados tangibles del instrumento de planificación en Holanda, han sido
política y socialmente bien avalados por su función en la regulación de la movilidad
en los entramados urbanos. Aplican estrategias con sentido de subsidiariedad
(Planes Locales de Uso de la Tierra) integradas a los organismos de planificación
existentes, en lugar de optar por la creación de pequeñas instituciones que
dificulten cumplir el objetivo de conjugación. La metodología como sus mismos
autores lo reconocen, debe irse refinando para continuar con los avances en la
disminución de los desequilibrios territoriales, la descongestión del tráfico y
emisiones contaminantes.
El reto que debe asumir Europa para que sus metrópolis y ciudades con
crecimiento acelerado no se dirijan a una movilidad más confusa, ha ilustrado su
interés para aportar a esta dialéctica en el documento de las Estrategias de
Desarrollo Sostenible de Usos del Suelo y Transporte (May, 2003)45. En él se
señalan los desafíos de las urbes para la toma de decisiones sobre estrategias de
usos del suelo y transporte, destacando la importancia de la sociedad pública para
que intervenga en los diferentes niveles de participación. Los objetivos, indicadores
y metas que deben alcanzarse en el nuevo marco de la planificación integral y las
barreras políticas, financieras, culturales o tecnológicas que se pueden interponer
en las medidas correctoras que nuestros planes de movilidad diagnostiquen.
Para todos estos retos han propuesto la reutilización de tradicionales instrumentos
de planificación como los ya mencionados usos del suelo, la nueva lógica de las
infraestructuras, la gestión de empresa, la información (propagandística,
motivadora, concienciadora) y la educación para el cambio de actitudes.
El documento es un enfoque teórico que reafirma y reúne ideas que se han
implementado de forma independiente en la planificación con fines Ad hoc. Se
presentan cuatro estudios (Edimburgo, Madrid, Oslo, Viena) de caso como
ejemplos de buenas prácticas en la formulación e implementación de políticas,
aunque no ceñidas al modelo presentado en la guía.
45 La Comisión Europea designo para la coordinación del Informe al Instituto de Estudios del Transporte de la
Universidad de Leeds (UK) que lidera Anthony May.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
64
Es importante esta aportación europea por la compatibilidad que tiene con
propuestas de planificación de décadas anteriores. Lo fundamental es la
continuidad de estas iniciativas que representan el “reciente” auge por las prácticas
de movilidad sostenible. Aprehender de sus experiencias exitosas, intentar
novedosas prácticas y tener la capacidad administrativa para dosificar a la
dimensión del territorio que gobernemos las adquisiciones teóricas y pragmáticas
que decidamos implementar, es el camino a seguir para alcanzar la simpatía mutua
de la movilidad y el territorio.
Numerosos caminos se han trazado pero pocas son las experiencias exitosas de
las ciudades que han emprendido la difícil tarea de su construcción. Las dudas que
generan las nuevas propuestas o el miedo a servirse de técnicas “mito” de la
planificación (participación, integración de directrices, replanteamiento de los derechos
históricos del coche), siguen estimulando el continuismo por los tradicionales planes
urbanos y sectoriales, que para la clase regidora y las elites potestativas tiene
efectos mediáticos y tangibles, más valiosos al momento de dar legitimidad popular
a la administración realizada de los recursos.
2.4 Aportaciones Prácticas a la Dialéctica
Diversas trabajos corroboran el “reciente” interés científico por incurrir en el análisis
dialéctico entre la movilidad (por diversos modos) y la accesibilidad social.
REINO UNIDO
Una reciente investigación ilustra cómo en las principales urbes del Reino Unido,
existe una pobreza de conexión por encima de una pobreza material limitada a
ciertos sectores sociales (Graham et al, 2001), motivando para la conectividad
espacial las soluciones individuales a través del coche por encima de las
soluciones colectivas. Muchas ciudades están aletargadas en la cultura de la
velocidad dirigiendo a medias el sobrante de la cultura de la abundancia46, a través
del paradigma de lo cuantitativo que pone en entredicho la funcionalidad de los
servicios de transporte democráticos.
Las Universidades de Manchester47 y Napier48 han avanzado de forma importante
en el análisis social de los medios mecánicos de movilidad diagnosticando las
principales ciudades inglesas. Recopilación bibliográfica, interrogantes del por qué
de esta “nueva” forma de exclusión social en áreas urbanas, relaciones entre
accesibilidad-movilidad-empleo, son los contenidos básicos de sus aportaciones. A
nivel metodológico reconocen que no hay consolidadas herramientas científicas
para las anteriores hipótesis, advirtiendo que en la agenda de gobierno laborista no
46 Graham, op.cit., p.64
47 http://www.art.man.ac.uk/transres/socexclu0.htm
48 M. Grieco de la Universidad de Napier a través de geocities ha construido un portal de transporte y sociedad,
http://www.geocities.com/transport_and_society/newvision.html La Universidad de Nottingham tiene online la
sección de transporte junto con bibliografía relacionada a la exclusión social,
http://www.nottingham.ac.uk/sbe/planbiblios/bibs/sustrav/refs/10a.html
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
65
se han invertido recursos sustanciales para investigar la relación exacta entre
transporte y exclusión social. Los pocos estudios gubernamentales realizados por
el DETR49 (Departamento Británico de Transporte y Medio Ambiente), han
generando una literatura débil que poco aporta a la discusión (Grieco et al, 2000).
El Ejecutivo Escocés con su Departamento de Desarrollo de Programas de
Investigación en su Reporte50 No 89, presento un análisis teórico de la
accesibilidad a las oportunidades de trabajo, ocio, relaciones sociales y familia.
Variables genéricas y acentuación en la importancia de la relación del TP con los
usos del suelo son los aportes más destacables. Sus resultados hacen parte del
grupo de investigaciones gubernamentales donde la aportación teórica y los
resultados todavía se encuentran poco consolidados.
La University of North London por encargo del Departamento de Transporte
estableció la relación de la provisión de TP y exclusión social en 15 ciudades51.
Interesante la correspondencia de las áreas rurales con las opciones de
desplazamiento desde los centros urbanos. Analizaron los efectos del transporte en
diferentes grupos sociales (niños, familias monoparentales, personas mayores,
diferencias de genero) y la adecuación del tráfico al funcionamiento de autobuses.
La principal herramienta metodológica son las entrevistas personales a diversos
sectores sociales. Con ellas elaboraron análisis comparativos de las jornadas
laborales según el tamaño de las ciudades, disponibilidad de coche y distancias
promedio recorridas de viajes al trabajo, con las cuales caracterizan las dinámicas
laborales urbanas proporcionando un acercamiento a los desequilibrios en la
distribución del TP.
Kenyon et al (2002) con un aporte más conceptual interrelaciona tres marcos de
trabajo para el análisis priorizando el enfoque urbano e interurbano: Transporte,
Exclusión Social, y Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). Se
fundamenta en la movilidad física que en todo medio urbano se desarrolla. Su base
democrática esta en el transporte público el cual no debe preservarse únicamente
para los no inhábiles. Una herramienta complementaria a los anteriores
inconvenientes es la movilidad virtual. Sus barreras de acuerdo a los niveles de
ingreso y cualificación, genera serias dificultades de acceso a internet a los más
desfavorecidos pudiendo resultar como un nuevo factor de marginalidad52
(Castells, 1997-I). También, la aparición de objetos “nómadas” (móvil, sistemas de
posicionamiento, PC de bolsillo), presenta nuevas opciones de uso del tiempo libre,
no estando de igual forma compartido por todos (Godard F, 2001).
Al parecer las TICs son un gran reto como alternativa a la inclusión social. Primero
por las menciones de Castells y Godard. Segundo por las pocas y difíciles
49 http://www.mobility-unit.detr.gov.uk/socialex/
50 Realizado en el año 2000 por D. Halden, D. McGuigan, A. Nisbet y A. McKinnon.
http://www.scotland.gov.uk/cru/resfinds/drf89-00.asp
51 http://www.mobility-unit.dft.gov.uk/socialex2/index.htm
52 Promotores inmobiliarios de pisos en Nueva York y San Francisco, incluyen en su oferta más caras
conexiones de internet con velocidades entre 100 y 150 veces más rápidas que las de usuarios del sistema
público de telefonía (Graham, 2000). Por otro lado el 44.5% de los hogares del municipio de Barcelona tienen
conexión a Internet a diciembre de 2002 (http://www.bcn.es/castella/omnibus/conclusions.htm ); de 1997 a
2002 han aumentado un 38% los hogares conectados, pero aún así, más de la mitad continúan en complicadas
condiciones de acceso.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
66
posibilidades de perversión en que pueden sucumbir estos servicios53, alternativa
que para muchos países en vías de desarrollo se comporta como el brazo social de
las clases menos pudientes.
Las aportaciones del Reino Unido presentan importantes avances teóricos más que
pragmáticos. A escala estatal es donde más intensamente a intervenido la clase
política. Los centros universitarios han conformado departamentos de investigación
en transporte y sociedad, con publicaciones y reportes que dinamizan el
rendimiento de la producción científica. Los planteamientos revisados priman en la
caracterización laboral y temáticas como la dispersión urbana de las actividades
económicas y residenciales no se encuentran fundamentadas.
BRASIL
Silva et al (1998) planteó una breve metodología que le permitía comparar la
inequitativa accesibilidad de sectores poblacionales de una ciudad mediana
(Araraquara) con las categorías sociales según su nivel de ingreso. Aquí una vez
más se reafirmo la diferencia de resultados que pueden generar las condiciones
particulares del espacio y las herramientas metodológicas de análisis. La
conclusión fue una débil comprobación de la hipótesis, que pudo haberse
presentado por déficit en las variables analizadas o el enfoque demasiado
cuantitativo de la metodología.
Se representaron en mapas temáticos las distancias al centro urbano por zonas de
ingreso, longitud de rutas de autobús, accesibilidad según modelos de gravedad y
resultados con los niveles de aislamiento.
En Sao Paulo, Vasconcellos (1998) se propuso analizar la organización de la
circulación en la metrópoli y su relación con los impactos sociales. ¿Cómo se
distribuye la accesibilidad en el espacio? y ¿Quiénes producen y sufren las
externalidades del transporte?, son los cuestionamientos por los que circundo la
propuesta. Los resultados se presentaron sobre tablas que siempre contenían
como columna de referencia el nivel de ingresos, relacionando variables de
movilidad, diversidad de destinaciones, productividad de los movimientos en el
tiempo, costos, seguridad y calidad ambiental.
ESTADOS UNIDOS
David Levinson (1998) en un importante estudio analiza la accesibilidad del coche
en Washington según el balance trabajo – casa y casa-trabajo, relaciona la
ubicación y estratificación de los hogares, el crecimiento espacial extensivo de las
ofertas de empleo y el feedback existente con las redes de tiempos de viaje. El
aporte es cercano a los objetivos planteados en nuestro proyecto, pero no se
estima el transporte público en las posibilidades de accesibilidad urbana. Propone
53 En grandes ciudades latinoamericanas como Lima, Bogotá o Caracas, el acceso a las redes urbanas básicas
de los sectores sociales más pobres (agua, electricidad, gas, transporte colectivo, etc.), en no pocas ocasiones
es a través de la autodeterminación para acceder a conexiones ilegales (piratas), instalaciones “oficiales”
fraudulentas y “arreglos” entre el demandante y el operador intermediario del servicio.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
67
equiparar funcionalmente Washington a las dinámicas de suburbanización del
empleo y la vivienda, pero siempre para que los beneficios en los desplazamientos
puedan usufructuarse a través del coche.
Desde la Universidad de Illinois en Chicago, Thakuriah y Metaxatos (2000)
exponen los efectos de la localización residencial y el acceso al transporte (público
y privado) sobre las oportunidades y capacidad de retención del empleo. El abanico
de variables es más amplio, incorporan el transporte público, población con carné
de conducir, familias con hijos menores y nivel educativo. Existe una
compaginación entre modelos cuantitativos y variables cualitativas en el
procesamiento de los resultados. Es un estudio que merece consultarse y seguir el
desenlace de sus resultados.
CATALUÑA
La tesis doctoral de Ángel Cebollada (2003) representa las dificultades de
movilidad sobre la estructura urbana del municipio de Sabadell54. La ciudad ha
creado un modelo urbano excluyente a favor del automóvil en detrimento de una
planificación funcional del TP. El acceso al trabajo para colectivos como el de
mujeres, inmigrantes, personas mayores y jóvenes, se agrava por las dificultades
físicas, sociales, o culturales con que cuentan, siendo antidemocrático el
fortalecimiento del andamiaje urbano a favor del automóvil sin que paralelamente
exista una congruencia y planificación conjunta de los usos del suelo y los
diferentes modos de transporte.
El Observatorio del Mercado de Trabajo de Osona requirió un estudio que analizara
la Movilidad Laboral en los Polígonos Industriales de la Comarca. Bajo la dirección
de López y Piqué (2003), se elaboró esta primera diagnosis que refleja propuestas
para optimizar la relación entre la oferta de TP y la demanda potencial de sus
polígonos industriales, a partir de la implementación de nuevos servicios o de la
modificación de existentes. Concluían que los desplazamientos intermunicipales
eran el resultado de la falta de correspondencia entre el municipio de residencia de
la población y el municipio donde realizan sus actividades.
Una de las actuaciones inmediatas del Plan de Servicios de Transporte Público en
la RMB 2003-2005, es la realización del inventario y mapificación de los polígonos
de actividad con el volumen de trabajos localizados, titularidad, gestión pública del
polígono, cubrimiento de TP, etc. La comisión de Movilidad del Pacte Industrial de
la RMB publicó esta importante herramienta de trabajo y primera encauzada sobre
este territorio, la cual puede ajustarse con la anexión de criterios de análisis más
estrictos.
AFRICA
54 Área de cohesión de la segunda corona de la RMB generadora de importantes relaciones de movilidad.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
68
Lourdes Díaz et al. (1999) analizó la movilidad urbana de los pobres en Bamako
(Mali) y Uagadugu (Burkina Faso). Ciudades con demasiadas carencias materiales,
ofertas de TP inadaptadas a la demanda y acceso reducido al vehículo privado.
Un factor notable que influye en la inadaptación de los servicios de transporte es la
estructuración de las jornadas laborales. Las clases más pobres padecen bajos
niveles educativos y altos índices de desempleo. Sus fuentes salariales se
localizan en el sector informal que genera diferencias notables en la movilidad,
resueltas mayoritariamente en caminatas, ciclomotores, bicicletas y coches.
La metodología constaba de una selección de factores (género, edad, nivel de
estudios, ocupación, reparto modal) que se interrelacionaban para obtener modelos
sociales “homogéneos” de movilidad.
Otra plausible aportación institucional se realizo en Sudáfrica. A pesar de las
ideologías encontradas referentes al Apartheid, oficializaron en 1996 el Libro
Blanco de la Política Nacional de Transporte (White Paper on National Transport
Policy), que planteaba los objetivos de reducir las desigualdades de movimiento
entre los pobres urbanos que estaban representados principalmente en el 43,2 %
de los commuters “negros”, con distancias de viaje de 40 km y tiempos de 1 hora
en cada dirección (Behrens, 1998).
Este recorrido por las aportaciones a la dialéctica del TP, la configuración
socioeconómica y la marginalidad, se propuso rastrear los avances más
representativos en países que están interesados en mitigar los desequilibrios
territoriales que se interponen al desarrollo. Estudios de movilidad y transporte
público abundan en ciudades de Europa con diversos enfoques, pero el
abordamiento asumido en esta investigación hasta el momento no ha tenido
aportaciones conceptuales tan copiosas.
3. PARÁMETROS DE ANÁLISIS
Millones de ciudadanos siguen atrapados en los
atascos. Los más pudientes se han lanzado a volar:
Sao Paulo alberga la segunda flota de helicópteros
privados mayor del mundo. En la actualidad hay menos
de 25 puestos laborales por hectárea en el extrarradio,
mientras que en el centro de la ciudad hay 200 sobre la
misma área.
ZwingleE. Megalopolis. National Geographic (Dic 2002) España
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
69
Los síntomas de marginalidad que puede presentar la población urbana por la
configuración socioeconómica y la organización de su transporte público requiere
de información básica para verificar su cumplimiento en el territorio de análisis.
Barcelona y tres municipios de su conurbación norte (Sant Adrià del Besòs,
Santa Coloma de Gramenet, Badalona) es el territorio que se parametriza, con
información referente a los ejes temáticos en que han girado los dos anteriores
capítulos: mercado de trabajo, mercado de vivienda y transporte público.
Diversos son los pormenores al momento de analizar un conjunto con diversas
administraciones municipales:
• Discriminación de entidades supramunicipales de gestión (Diputación de
Barcelona, Generalitat de Catalunya,…) y centros de investigación en la
selección de escalas de trabajo y explotación de datos del entorno
metropolitano55.
• Diferencias sustanciales en la capacidad de trabajo de los ayuntamientos,
que se reflejada en la magnitud y diversidad de información, en las formas
de análisis de las dinámicas territoriales y en las escalas espaciales de
recolección de datos. Esto genera dificultades al momento de estandarizar
los datos para la interpretación del fenómeno en la posterior continuación de
esta investigación.
• Desconexión de organismos que interfieren en la ordenación del territorio
conurbado. Operadores de transporte público y seccionales municipales de
movilidad urbana, desconocen recíprocamente sus objetivos específicos
sobre el territorio (caso de los tres municipios conurbados y su principal
operador de autobuses TUSGSAL). La complementariedad eficiente de
funciones para estrategias de trabajo comunes (transporte y movilidad) no
está resuelta. Por ello, información interrelacionada del TP con el mercado
de trabajo y vivienda se encuentra también ausente.
Fuentes de información para la conurbación de Barcelona:
• Ajuntament de Badalona http://www.aj-badalona.es
* Datos estadísticos http://www.aj-badalona.es/cat/ciutat/estadistica/index.html
• Ajuntament de Barcelona http://www.bcn.es
* Transporte y Movilidad http://www.bcn.es/mobilitat
• Anuari Estadístic de Barcelona e información general
http://www.bcn.es/estadistica/
• Ajuntament de Sant Adrià del Besòs http://sant-adria.net
• Ajuntament de Santa Coloma de Gramenet http://www.grame.net
55 La Autoridad de Transporte Metropolitano en una publicación de 1997 dirigida al análisis de la movilidad de
las principales poblaciones incluidas en la Encuesta de Movilidad de 1996, escoge las capitales comarcales y a
los centros urbanos superiores a 50.000 habitantes. Por las condiciones anteriores, uno de nuestros municipios
de trabajo, Sant Adrià del Besòs, no se encuentra como foco de estudio.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
70
* Anuari Estadístic 2001 http://www.grame.net/ciutat/anuaris/2001/index2.htm
• Autoritat del Transport Metropolità http://www.atm-transmet.es
• Centre de Política de Sòl i Valoracions (CPSV) http://www.upc.es/cpsv/
• Consell Comarcal del Barcelonès http://www.cbcnes.org
• Departament de Política Territorial i Obres Públiques (PTOP) de la
Generalitat de Catalunya http://www.gencat.es/ptop
• Diputació de Barcelona. Promoción económica y ocupación.
http://www.diba.es/promoeco/
• Entitat Metropolitana del Transport (EMT) http://www.emt-amb.com
• Fundación CIREM. Investigación prioritaria en Mercados de Trabajo de
Cataluña, España y Europa. http://www.cirem.org
• Institut d’Estadística de Catalunya (IDESCAT) http://www.idescat.es
• Institut d’Estudis Regionals i Metropolitans de Barcelona.
http://campus.uab.es/iermb/papers/
• Instituto Nacional de Estadística (INE) http://www.ine.es
• Grup de Mobilitat, Transport i Territori
http://geograf01.uab.es/mobilitat/catala/index_cat.htm
• Operador de autobuses del Barcelonès Nord http://www.tusgsal.es
• Pacte Industrial de la Regió Metropolitana de Barcelona. Comisió de
Mobilitat. http://www.pacteind.org
• Pacte Territorial per a la promoció econòmica i l’ocupació del Barcelonès
Nord http://www.ccbcnes.org/pacte
• Transports Metropolitans de Barcelona (operador de servicios)
http://www.tmb.net/cat/home.htm
Las anteriores referencias corresponden a las principales fuentes de información
para la realización del trabajo práctico de comprobación de la hipótesis. Son
instituciones con sede en la Comarca del Barcelonés. Sus direcciones electrónicas
contienen fuentes documentales de investigación, líneas estratégicas de trabajo,
proyectos en curso y estructuración del funcionamiento de la entidad con el
territorio.
3.1 El Malestar con el Servicio
El malestar con las estructuras de TP se puede evidenciar en tres tipos de
situación:
• Evaluación de los operadores y administradores del servicio, donde
direccionan sus pautas iniciales de organización y materialización de la red.
• Propuestas correctivas o de diagnosis producidas desde plataformas de
participación y/o centros de investigación.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
71
• Reclamación de usuarios a través de los medios de comunicación,
sindicatos y organizaciones defensoras del ciudadano.
Las anteriores opciones son los canales que transmiten la forma en que las
disfunciones del transporte público afectan a la población urbana en sus
dimensiones de desarrollo. Pero la percepción que tiene cada uno de los actores
condiciona el tipo de intervención. Todos pueden estar de acuerdo en reconocer
que el servicio tiene errores o carencias de organización pero discrepar en la
tipología y forma de abordar cada medida de atención.
La Asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP) es un canal de
comunicación para los usuarios y un generador de propuestas reorientadoras para
la Región Metropolitana de Barcelona. Defienden la importancia del transporte de
superficie y bogan porque el autobús no siga siendo el pariente pobre del
transporte público (Redacció PTP, 1999). La viabilidad de este medio radica en dar
permeabilidad a las zonas donde el metro no llega o está planificado para un
horizonte a medio plazo. Entre las propuestas para fomentar y optimizar el uso del
autobús se encuentran la ampliación de frecuencias de paso, aumento de
kilómetros de carril-bus, prioridad semafórica y más calidad y seguridad mediante
el mejoramiento de infraestructuras, paneles informativos, adaptación a Personas
con Movilidad Reducida (PMR) y remodelación de las flotas de servicio.
José L. Rodrigo (2000; 2001) presento un análisis del transporte público de
superficie en Barcelona en la Revista Mobilitat Sostenible de la PTP, fundamentado
en las frecuencias de paso y el cumplimiento de los horarios teóricos de los
autobuses. Divide la calificación del servicio por categorías de tiempo de espera y
discrepancias entre el servicio anunciado y el ofrecido. Concluye con el listado de
la calificación de líneas de servicio, con resultados que oscilan entre el deficiente y
el notable.
La prensa escrita canaliza de forma permanente cartas de sus lectores con quejas
y “posibles” alternativas de solución. También los informativos escritos y
audiovisuales presentan espacios donde la movilidad y el transporte urbano son el
eje noticioso.
En la Escuela Técnica de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Barcelona
han realizado Tesinas de Especialidad con títulos sugerentes como el Análisis de
los sistemas de regulación semafórica con el objeto de mejorar la velocidad
comercial del transporte público (Moreno, 2001) y La accesibilidad equilibrada en
las zonas urbanas. Nivel de servicio mínimo exigible en TP (Vidal, 2000). La
primera tiene un contenido más genérico e intenta optimizar a través del acceso a
las paradas, el carril-bus y las frecuencias de paso, las detenciones producidas por
la congestión de las vías y los cruces semafóricos. La segunda se refiere a un caso
específico de una zona comercial y residencial periférica en las capitales
provinciales catalanas de Reus y Tarragona respectivamente.
Otras propuestas se presentan en debates de trabajo y formas de cooperación que
buscan un modelo sostenible de ciudad. Diferentes pactos por la movilidad de
municipios metropolitanos (Barcelona, Sabadell, L’Hospitalet de Llobregat)
demuestran la importancia de mejorar las condiciones de los viajes por trabajo,
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
72
educación, salud y ocio, a través del dialogo y el conocimiento de las diferentes
funciones del andamiaje urbano. En la misma vía en mayo de 2001 el Ajuntament
de Badalona y la Plataforma pel transport públic, presentaron las conclusiones del
debate itinerante que desde mayo de 1998 se estaba realizando. En él concluían
con el análisis de la situación actual y las propuestas de solución de corto y largo
termino.
Plataformas interesadas en la defensa y la promoción de la movilidad alternativa
presentan interesantes enlaces electrónicos, canales de información y quejas, y
organización de rutas para conocer la ciudad de manera diferente. Se destacan las
agrupaciones de usuarios como Amigos de la Bici (www.amicsdelabici.org ),
Bicicleta Club de Catalunya (www.bacc.info) y Montemos en Bici
(www.moutenbici.org)56.
Para la defensa y divulgación del modo de transporte ferroviario esta la Asociación
de Amigos del Ferrocarril de Barcelona57 (www.gencat.es/entitats/ferrocat.htm),
del Vallès, de Cornellà y la Federación Española de Asociaciones de Amigos del
Ferrocarril (www.geocities.com/CapeCanaveral/Campus/4664/).
Las anteriores referencias deben ser complementadas con las instituciones
públicas y privadas que se remiten al territorio metropolitano de Barcelona y
mencionadas en diferentes etapas de este trabajo (ver también 2.4).
Son diversas las muestras y caminos que conducen a descubrir sectores sociales
inconformes. Existen evidentes malestares “ocultos” en las relaciones del territorio
con el TP en la diversidad de propuestas, asociaciones y maneras de percibir las
necesidades que no siempre emergen en el reconocimiento social y político.
Bien decía Arthur Schopenhauer, que los objetivos que a alguien nunca se le
habían pasado por la cabeza pretender no los hecha en absoluto de menos y está
plenamente contento sin ellos. Por esto quizás no son tan evidentes las
necesidades de los ciudadanos barceloneses en materia de transporte público ni
las medidas dirigidas a corregirlas.
3.2 Jurisdicciones Administrativas
Las entendemos como el territorio en que cierta autoridad ejerce su poder
administrativo. Es el transporte público al cual referenciamos las jurisdicciones
administrativas. La forma como se ha manejado éste servicio y su interrelación con
el entorno socioeconómico de la conurbación barcelonesa es el punto referente.
56 Este listado no es excluyente y solo remite a las principales plataformas de Catalunya. Para más información
ir a la Coordinadota en Defensa de la Bici (www.conbici.org) y la Federación de Ciclistas Europeos
(www.ecf.com) .
57 Para más información mirar la Revista Carril que esta bajo su edición. http://www.geocities.com/revista_carril/
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
73
La Región Metropolitana de Barcelona (RMB)58 puede ser divida en dos grupos
según el papel que se ejerza, de Administrador y de Operador.
ADMINISTRADORES
La Dirección General de Puertos y Transporte59 es la encargada de la
planificación, coordinación y el seguimiento de la política general de transportes en
el ámbito de Cataluña. Entre sus funciones esta la elaboración de propuestas
relacionadas con el TP, el seguimiento de itinerarios y tarifas, y las propuestas para
favorecer la accesibilidad entre comarcas. El territorio Catalán corresponde a
31.896 km2 de superficie y 6.343.110 habitantes.
La Autoridad del Transporte Metropolitano ATM fue conformada en 1997 con el
objetivo de coordinar las distintas administraciones del sistema de TP en la RMB,
para poder satisfacer las necesidades de movilidad de las personas con distintas
capacidades de desplazamiento (ATM, 2002). Sus funciones son la planificación de
infraestructuras, coordinación y convenios con operadores del servicio, generación
de contratos de financiamiento, establecimiento de las políticas tarifarias y creación
de una imagen única del sistema.
La ATM es un consorcio interadministrativo formado por la Generalitat de
Catalunya (51%) y la administración local (49%) que se compone por el
Ayuntamiento de Barcelona, la Entidad Metropolitana de Transporte EMT y los
ayuntamientos con servicio de transporte urbano.
La Entidad Metropolita de Transporte EMT fue creada en 1987 con el objetivo de
gestionar y planificar el servicio de TP dentro de su ámbito territorial. Integrada por
18 municipios del Área Metropolitana de Barcelona60distribuidos en una superficie
de 331.5 km2 y una población de 2.627.812 habitantes (EMT, 2003). Sus
principales competencias son la organización de los servicios regulares y
discrecionales, mediante el otorgamiento de concesiones, autorización de nuevas
líneas y estaciones de viajeros, prestación del servicio de metro en Barcelona y
seis municipios metropolitanos, intervención administrativa del servicio de taxi,
programación del tránsito en la red viaria básica y planificación en concordancia
con las directrices de la ATM.
58 Ver CUADRO 3, p. 51
59 http://www.gencat.es/ptop/
60 Conformada por 31 municipios bajo una superficie de 490 km2 y 2.828.349 habitantes para el año 2001.
http://www.amb.es
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
74
FIGURA 3. Entorno Metropolitano de Barcelona
Fuente: Generalitat de Catalunya http://www.mobilitat.net/cat/html/int_maptr.htm
OPERADORES
Transports Metropolitans de Barcelona TMB presta el servicio en la
aglomeración central a través de la red de transporte subterránea y por superficie.
CUADRO 5. Oferta de líneas de metro
Línea Longitud km Núm. Estaciones
L1. Feixa Llarga – Fondo 20.7 30
L2. Paral·lel – Pep Ventura 12.4 17
L3. Z. Universitária – Canyelles 18.3 27
L4. Trinitat Nova – La Pau 17.3 21
L5. Cornellà – Horta 16.6 23
TOTAL 85.3 118
Fuente: ATM 2003 (ver figura 5)
CUADRO 6. Líneas regulares de autobuses
Tipo Número Municipios Servidos
Internas a Barcelona 73 1
Interurbanas 16 Donde 1 para Santa Coloma, 1 Sant Adrià y 1 Badalona
Urbanas 3 3
Fuente: ATM 2003
TUSGSAL opera con 17 líneas diurnas cuya oferta se focaliza en el Barcelonès
Norte con servicios urbanos e interurbanos. La empresa hace parte del conjunto de
29 operadores de autobuses que están bajo la coordinación de la Entidad
Metropolitana de Transporte.
Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya FGC está constituido por dos líneas
de ancho diferente y desconectadas entre sí. Su red para transporte de pasajeros
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
75
FIGURA 4. RENFE CERCANIAS BARCELONA
Fuente: http://www.renfe.es/empresa/cercanias/gif_barcelona.html
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
76
FIGURA 5. PLANO RED METRO BARCELONA
Fuente: http://www.tmb.net/cat/metro/metro_planol.jsp
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
77
es de 143 km y 69 estaciones repartidas entre el Metro del Vallès y la línea
Llobregat-Anoia. Los FGC no tienen cobertura hacía nuestra zona de estudio en el
Barcelonès Norte, por ello no avanzamos más en la descripción. Para más
información http://www.fgc.net
La red RENFE Cercanías se articula sobre 4 ejes que se extienden según las
salidas naturales del valle barcelonés. Uno de los ramales (Línea C1) que circula
por el margen derecho del río Besòs, contiene tres estaciones con correspondencia
en Barcelona (Pl. de Catalunya-Arc de Triomf-St. Andreu Arenal), una en Sant Adrià del
Besòs y otra en Badalona (ver figura 4).
En los Administradores y Operadores del servicio hemos priorizado siempre el
ámbito territorial de estudio excluyendo la descripción completa de las coberturas
de servicio de otras zonas.
3.3 Caracterización de la Zona
La ciudad de Barcelona ha sido históricamente la aglomeración central de mayor
población y atracción socioeconómica del área metropolitana. Bastante densa de
acuerdo a la superficie municipal (97.6 km2) y al millón y medio de habitantes que
la residen. A pesar de lo anterior, Barcelona es la ciudad Española que con
249.000 habitantes más se ha despoblado en los últimos 20 años.
Proporcionalmente ha sucedido lo mismo con Santa Coloma de Gramenet (-27.600
hab) y Badalona (-24.000 hab) (ver Web IDESCAT p.69).
CUADRO 7. Información General Zona de Estudio (1996)
BARCELONA BADALONA SANTA COLOMA
DE GRAMENET
SANT ADRIÀ
DEL BESÒS
TOTAL
Población (hab.) 1.505.581
(80,8 %)***
208.944
(11,2 %)
117.127
(6,3 %)
32.452
(1,7 %)
1.864.104
(100 %)
Superficie (km2) 100,4 (75,8%) 21,2 (16 %) 7,1 (5,4 %) 3,8 (2.8 %) 132.5
Densidad (hab./km2) 14.980,4 9.723 16.164,6 8.449,2 12.329**
Población Activa 667.332
(80,1 %)
95.034
(11,4 %)
55.644
(6,7 % )
15.052
(1,8 %)
833.062
Población Ocupada
Residente
529.751 70.045 40.456 10.278 650.530
Puestos de trabajo en
el municipio
659.949
(89,7 %)
47.645
(6,5 %)
16.543
(2,2 %)
11.159
(1,6 %)
735.296
Parados (Año 2002) 45.634
(76,5 %)
8.567
(14,4 %)
4.076
(6,8 %)
1.413 (2,3 %) 59.690
Índice de
Motorización (2001)*
611 535 479 535 540**
No.
Desplazamientos****
22.791.000 2.084.000 1.325.000 ND
*Incluye los turismos, motocicletas y furgonetas. Total por 1000 habitantes.
** Media
*** En todos los valores donde se referencia el porcentaje, corresponde a la representatividad del valor absoluto de la
variable por municipio respecto a la columna de TOTAL que es el 100% de la Zona de Estudio.
**** Realizados por los habitantes mayores de 12 años de la RMB que tienen como origen i/o destino la ciudad en referencia.
Fuente: Elaboración propia a partir de la Web del Institut d’Estadística de Catalunya y la ATM
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
78
CUADRO 8. Índices de Autosuficiencia y Autocontención
Índice de Autosuficiencia (%) Índice de Autocontención (%)
1991 1996 1991 1996
Barcelona 68 68 84 79
Badalona 65 65 44 39
Santa Coloma de
Gramenet
63 63 25 23
Sant Adrià del
Besòs
68 68 24 24
Fuente: Elaboración propia a partir de Indicadores del Pacte Industrial de la Regió Metropolitana de Barcelona(2000)
CUADRO 9. Movilidad por Desplazamientos Residencia –Trabajo (1996) desde Barcelona
Principales Destilaciones Modo de Transporte
Colectivo Individual Otros
Total
L’Hospitalet de Llobregat 6.545 (39,6 %) 9.135 (55,2 %) 863 (5,2 %) 16.543
Badalona 2.111 (29,5 %) 4.818 (67,4 %) 215 (3,1 %) 7.144
El Prat d Llobregat 1.686 (30,7 %) 3.807 (69,3 %) 1 (0.01 %) 5.494
Martorell 2.324 (68,2 %) 1.081 (31,7 %) 2 (0,06 %) 3.407
Cerdanyola del Vallès 1.108 (34,3 %) 2.126 (65,7 %) 1 (0,01 %) 3.235
Santa Coloma de Gramenet 1.308 (42,8 %) 1.709 (55,9) 42 (1,7 %) 3.059
Sant Adrià del Besòs 869 (28,6 %) 1993 (65,5 %) 181 (5,9 %) 3.043
Fuente: Elaboración propia a partir de la Web del Institut d’Estadística de Catalunya
CUADRO 10. Movilidad por Desplazamientos Residencia –Trabajo (1996) hacia Barcelona
Principales Orígenes Modo de Transporte
Colectivo Individual Otros
Total
L’Hospitalet de Llobregat 23.315 15.299 1514 40.128
Badalona 11.316 13.391 400 25.107
Santa Coloma de Gramenet 10.306 7.375 472 18.153
Cornellà de Llobregat 5.357 3.771 95 9.223
Sant Cugat del Vallès 2.985 3.837 1 6.851
Esplugues de Llobregat 2.897 3.701 57 6.655
Sant Adrià del Besòs 2.564 2.240 214 5018
Fuente: Elaboración propia a partir de la Web del Institut d’Estadística de Catalunya
CUADRO 11. Movilidad por Desplazamientos Residencia –Trabajo (1996) desde Badalona
Principales Destinos Modo de Transporte
Colectivo Individual Otros
Total
Barcelona 11.316 13.391 400 25.107
Sant Adrià del Besòs 473 1.724 620 2.817
Santa Coloma de Gramenet 381 1.078 551 2.010
L’Hospitalet de Llobregat 343 677 0 1.020
Montcada i Reixac 103 590 6 699
Montgat 153 436 11 600
Sabadell 57 370 0 427
Fuente: Elaboración propia a partir de la Web del Institut d’Estadística de Catalunya
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
79
CUADRO 12. Movilidad por Desplazamientos Residencia –Trabajo (1996) hacia Badalona
Principales Orígenes Modo de Transporte
Colectivo Individual Otros
Total
Barcelona 2.111 4.818 215 7.144
Santa Coloma de Gramenet 960 1.751 430 3.141
Sant Adrià del Besòs 218 521 167 906
L’Hospitalet de Llobregat 351 447 0 798
Montgat 141 506 13 660
El Masnou 89 467 2 558
Tiana 47 442 4 493
Fuente: Elaboración propia a partir de la Web del Institut d’Estadística de Catalunya
CUADRO 13. Movilidad por Desplazamientos Residencia –Trabajo (1996) desde Sant Adrià
Principales Destinos Modo de Transporte
Colectivo Individual Otros
Total
Barcelona 2.564 2.240 214 5.018
Badalona 218 521 167 906
Santa Coloma de Gramenet 50 104 18 172
L’Hospitalet de Llobregat 84 92 0 176
Montcada i Reixac 22 56 0 78
El Prat de Llobregat 26 47 0 73
Terrassa 16 27 0 43
Fuente: Elaboración propia a partir de la Web del Institut d’Estadística de Catalunya
CUADRO 14. Movilidad por Desplazamientos Residencia –Trabajo (1996) hacia Sant Adrià
Principales Destinos Modo de Transporte
Colectivo Individual Otros
Total
Barcelona 869 1.993 181 3.043
Badalona 473 1.724 620 2.817
Santa Coloma de Gramenet 202 626 61 889
L’Hospitalet de Llobregat 117 134 0 251
El Masnou 8 71 0 79
Montgat 9 68 0 77
Cerdanyola del Vallès 7 66 0 73
Fuente: Elaboración propia a partir de la Web del Institut d’Estadística de Catalunya
CUADRO 15. Movilidad por Desplazamientos Residencia-Trabajo (1996) desde Santa Coloma
Principales Orígenes Modo de Transporte
Colectivo Individual Otros
Total
Barcelona 1.308 1.709 42 3.059
Badalona 381 1.078 551 2.010
Sant Adrià del Besòs 50 104 18 172
L’Hospitalet de Llobregat 76 66 0 142
Mollet del Vallès 14 93 0 107
Premià de Mar 8 77 0 85
Cerdanyola del Vallès 10 74 0 84
Fuente: Elaboración propia a partir de la Web del Institut d’Estadística de Catalunya
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
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CUADRO 16. Movilidad por Desplazamientos Residencia-Trabajo (1996) hacia Santa Coloma
Principales Destinos Modo de Transporte
Colectivo Individual Otros
Total
Barcelona 10.306 7.375 472 18.153
Badalona 960 1.751 430 3.141
Sant Adrià del Besòs 202 626 61 889
L’Hospitalet de Llobregat 370 359 0 729
Montcada i Reixac 112 532 1 645
Martorell 448 69 0 517
Santa Perpetua de Mogoda 86 317 0 403
Fuente: Elaboración propia a partir de la Web del Institut d’Estadística de Catalunya
La información de los municipios del CUADRO 7 es poco útil para comprobar los
síntomas de marginalidad en el entramado socioeconómico. Debe interrelacionarse
con las variables que sustenten nuestros ejes de trabajo (ver 3.4) y establecer los
mecanismos de interpretación que encaminen su análisis.
Según el informe del trimestre 4 del 2002 del Pacto Territorial para la promoción
económica y la ocupació del Barcelonés Norte (PTEO), el paro en los tres
municipios menores de nuestro estudio mantiene un aumento relativo desde el
tercer trimestre del 200061, siendo los sectores más afectados el género femenino
(12,78% contra un 6,50% de hombres), los mayores de 55 años (18,5% contra un
8,2% del tramo 25 a 54 años) y quienes no poseen estudios superiores62 (14,1 con
estudios secundarios contra 3,4%)63.
La baja capacidad de contener mano de obra dentro de cada municipio se ve
reflejada con índices de autocontención inferiores al 40% (excepción de
Barcelona). Esto significa que 99.500 personas activas del Barcelonès Norte deben
movilizarse a sus trabajos por fuera del ámbito administrativo a que pertenece. De
estos desplazamientos el 88,5% tienen como origen y destinación la misma
comarca de residencia, siendo a la vez el Barcelonés la primera destinación
exterior de la población del resto de las comarcas metropolitanas (ATM, 2001).
En Badalona, Sant Adrià y Santa Coloma los modos de transporte utilizados por los
trabajadores contratados fuera del municipio de origen son predominantemente
Individuales (u otros medios afines) en detrimento de las posibilidades colectivas,
con diferencias relativas más notórias cuando el destino no es la ciudad de
Barcelona (ver gráfico 1 y 2).
En los anteriores CUADROS sólo se ilustran datos básicos del territorio de análisis
que a la vez se complementan con la información del apartado 3.2. En un posterior
trabajo se presentará el conjunto de variables y análisis correspondientes para
cada municipio.
61 Es Importante comprender la movilidad motivada por el colectivo de parados. Según la Encuesta de
Movilidad Cotidiana (EMQ) 2001 de la RMB la mediana de desplazamientos por semana por movilidad
obligada según motivo, tiene primero a los trabajadores y estudiantes y después al grupo de los parados.
62 En la Encuesta de Movilidad Cotidiana EMQ 2001 de la RMB concluyen que la variable situación
profesional es el factor que presenta una mayor asociación con los hábitos de desplazamiento.
63 Las anteriores cifras comparativas son consolidadas para el Barcelonés Norte que contiene nuestros tres
municipios menores según clasificación del PTEO. Más información http://www.ccbcnes.org/pacte
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
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GRÁFICO 1. Distribución modal de los desplazamientos a Barcelona
No 1
Fuente: Pacto por la Movilidad. Ayuntamiento de Barcelona. 2000
GRÁFICO 2. Distribución modal de los desplazamientos a Barcelona
No 2
El uso de transporte público disminuye con el alejamiento de la ciudad central.
Fuente: Autoritat del Transport Metropolità (2002)
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
82
3.4 Esquema Inicial de Variables
Demostrar la relación dialéctica de las redes de transporte público con la
configuración socioeconómica del territorio para dilucidar los efectos marginales
que puedan existir, lleva a estipular después de la sustentación teórica y de los
datos básicos de la región, una serie de variables que buscan alimentar las bases
conceptuales y cuantitativas de los modelos de interpretación para la comprobación
de la hipótesis.
Este esquema se debe asumir como una muestra susceptible de ampliaciones,
correcciones y eliminaciones, que variará de acuerdo al grado de inmersión en la
realidad urbana y a los inconvenientes que se añadan al proceso de búsqueda de
información (Ver introducción al CAP. 3).
Aunque la propuesta es para ser aplicada en el territorio conurbado barcelonés, la
mayor parte de variables son genéricas y se pueden implementar para análisis de
otra índole. Significa que para ciudades del contexto europeo y español la
información puede encontrarse en las instituciones u organismos que acopien las
respectivas fuentes de datos.
La selección de variables se constituyó por tres diferentes entradas:
• Conceptualización y asunción de un fenómeno que se encuentra
parcialmente estudiado en diferentes ciudades de Estados Unidos, Francia,
Inglaterra y España. Las diferentes formas de marginalidad que afecta a las
grandes ciudades y metrópolis del mundo, poseen paralelamente unos
factores explicativos de su origen y/o del mantenimiento de la situación que
poco se dirigen a las redes locales de transporte urbano.
• Aporte de trabajos de los países antes mencionados que circundan el
fenómeno desde diferentes perspectivas, lo cual fue útil para sustentar
variables o sugerir nuevas entradas.
• Disparidades en las fuentes municipales de información que hace del
tratamiento de los datos un oficio que no siempre contiene la exhaustividad
requerida para la optimización de la investigación.
Las variables se referencian espacialmente a la categoría administrativa de
Distritos común a los cuatro municipios. Se subdividen en 4 grupos temáticos:
Socio-Demográficas
• Tamaño y densidad poblacional
• Personas con movilidad reducida
• Índice de crecimiento poblacional
• Parados y trabajadores según nivel de formación académica, profesión,
edad, sector económico
• Capacidad económica familiar
• Ubicación de población según nacionalidades.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
83
Económicas
• Personas económicamente activas
• Lugares de trabajo según sector económico y actividad
• Localización de nuevos puestos de trabajo según sector económico,
formación requerida
• Eliminación de puestos de trabajo según las mismas características de la
localización
• Índice de autocontención
• Índice de autosuficiencia
• Precio m2 vivienda nueva y usada
• Precio arriendo m2 vivienda nueva y usada
• Precio m2 urbanizable
Transporte y Espacialización
• Líneas de autobús: actual y proyecciones
• Líneas de metro: actual y proyecciones
• Características servicio autobús: kilómetros de servicio, carril bus,
marquesinas y andenes adaptados, duración de recorridos (horarios punta y
valle), preferencia semafórica, frecuencia de paso, capacidad de pasajeros
de los buses asignados a las líneas de servicio
• Características servicio metro: estaciones sin barreras arquitectónicas,
frecuencias de paso
• Índice de tenencia y parque de vehículos de los diferentes modos de
transporte.
• Avances de los respectivos pactos de la movilidad
• Movilidad obligada según modo de transporte, sector de actividad y situación
profesional de los viajantes
• Tiempo media a las estaciones de tren, metro o autobús.
• Distancia media a las estaciones de tren, metro o autobús
• Tiempo de espera en la parada según operador y modo de transporte.
Políticas Públicas
Están plasmadas en forma de resultados y lineamientos de ordenación según las
características socioeconómicas e infraestructurales del territorio.
Lo importante es aclarar que el análisis del crecimiento de la oferta de transporte
no corresponde únicamente a variables exógenas, siendo necesario endogenizar la
situación del TP, para comprender que desde la política también se generan actos
que acentúan situaciones marginales, estando en contravía de los principios
democráticos que proclaman perseguir.
Interpretar el fondo de los objetivos de trabajo de las instituciones administrativas
junto con la legislación referida a la movilidad y el transporte, es fundamental para
el análisis integral de las variables anteriores.
Una herramienta complementaria a la información obtenida de forma casi siempre
indirecta en las anteriores variables, son las entrevistas a los residentes de los
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
84
diferentes sectores socioeconómicos del territorio. Añadiéndole a este trabajo los
puntos de vista de grandes empleadores, asociaciones de vecinos, autoridades
locales, políticos, profesores, entre otra gran variedad de sectores decisivos.
A diferencia de los datos de la oferta que son de más fácil obtención, la información
de la demanda de tipo domiciliario está sujeta a fuertes restricciones de coste y
derechos de intimidad del ciudadano para comunicar las causas y motivos de los
desplazamientos efectuados. Pero es de vital para el inicio de ciclos de
planificación del transporte basados en las características socioeconómicas de las
zonas donde se generan o atraen los viajes (De Marcos, 1998).
Ante esta diversidad de variables representadas se encuentran los Sistemas de
Información Geográfica como herramienta que dinamiza la representación,
tratamiento y manejo de datos obtenidos por diferentes medios (encuestas
domiciliarias, calidad del transporte, otros estudios…), y contribuye según nuestras
previas definiciones al planteamiento de escenarios de actuación funcionales a la
caracterización integral del territorio.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
85
CONCLUSIONES
Son dos los temas que motivaron la realización de esta investigación: marginalidad
urbana y transporte público. Querer indagar un fenómeno extendido en
Latinoamérica sobre una metrópoli Europea como Barcelona, significaba una ardua
inmersión teórica y práctica con ánimos de encontrar el escenario donde los
desequilibrios sociales podían manifestarse.
En una sociedad de primer mundo con niveles de vida comparativamente altos en
relación a las situaciones precarias en que se encuentran gran número de los
países del sur, fue complejo hallar en la administración y planificación del
transporte público un artífice de esquemas que atentaran contra las oportunidades
de los sectores poblacionales que necesitan los modos de desplazamiento como
fundamental herramienta para la búsqueda y mantenimiento de posiciones
laborales.
En Bogotá – Colombia la misma tarea sería más evidente, las faltas del servicio
son drásticas y las deficiencias notorias. Su economía no está capacitada para
invertir de manera regular en la adaptación de las formas de movilidad y la clase
política sería popularmente penalizada por su desatención en ámbitos socialmente
más urgentes. En Barcelona el transporte y la movilidad urbana son objeto de
grandes infraestructuras, pactos entre usuarios y administradores y encuestas que
brindan las pautas sobre cómo se desplazan los habitantes del área. Es aquí
donde las actuaciones generan fuertes impactos, que buscan cumplir objetivos que
no siempre se encuentran correctamente incrustados sobre las jerarquías socioespaciales,
activando situaciones marginales o manteniendo las existentes.
Para definir los impactos era necesario un término acorde a las características de
los desequilibrios que se intuían. Desde la literatura se clasificaron 20 apelativos
que definían entornos y grupos sociales variopintos. Autores como Gino Germani,
Loïc Wacquant y Margarita Schmidt han brindado destacados aportes.
Nos decantamos por el término MARGINALIDAD al ser científicamente reconocido
y estar justamente fundamentado para nuestros fines. Pero reconocemos que
referencias como exclusión, estigmatización o segregación podían haber sido
apropiadas.
No puede hacerse uso indiscriminado de la palabra marginalidad. Abundantes
calificativos son suplantados por el término de forma indiscriminada y demagógica
cuando existen dimensiones que deben ser respetadas. En nuestro caso se
emplean los conceptos socioeconómicos para explicar la perspectiva marginal
encarnada en el mercado de trabajo y vivienda.
El mercado de trabajo cuenta con investigaciones metropolitanas que indagan su
entorno social y económico. Lo imperante de sus conclusiones es la dispersión de
las fuentes de empleo en estos territorios conurbados y conectados. La búsqueda
de referencias más convenientes para la localización empresarial crea formas de
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
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usos del suelo solamente acordes con la coyuntura de la optimización económica.
La urbanización dispersa acarrea serias dificultades para la prestación de servicios
públicos de transporte. Una buena oferta en zonas de baja densidad acarrea un
alto respaldo económico gubernamental e incrementos en los recorridos que se
transfieren a mayores jornadas laborales64.
Las características predominantes en las familias de los sectores afectados por las
disfunciones en la red de transporte, son los bajos ingresos, numerosos miembros
(o monoparentales) y baja cualificación. Deben ser los trabajadores genéricos el
objeto de análisis por su mayor susceptibilidad a cambiar de empleo. Una alta
proporción de sus flujos tienen como origen y destino el exterior del área urbana
que habitan con jornadas laborales alternas a las ocho horas estándar.
El mercado de vivienda se encuentra fuertemente inmerso en la urbanización
dispersa. Existen sectores o municipios que albergan marcadas clases sociales
(ejemplo los sectores acomodados de Sant Gervasi y Sarrià y los municipios de
Sant Just Desvern y Sant Cugat del Vallès) que están conectadas con los
mercados laborales desigualmente. El capital privado (bancario, industrial y
financiero) ha sido un factor determinante en la apropiación del suelo para la
promoción inmobiliaria en la Región Metropolitana de Barcelona, que ubica los
cambios de residencia entre municipios como la principal causa de variación
poblacional por delante del saldo natural y la inmigración. Se pone en falta la
estimación de variables demográficas y las rutas de los mercados de vivienda en la
planificación de las redes de transporte.
La interpretación de la red fuera de un marco integral dificulta vincular el espacio
conurbado y metropolitano de Barcelona. “Las políticas públicas deben mantener
un balance entre puestos de trabajo y hogares por medio de la planificación y
mecanismos como tasas, zonificación y crecimiento urbano regulado” (Levinson,
1998).
La planificación integral del transporte debe ser coherente, concertada e
integradora. Conjurar usos del suelo, demografía, economía, sociedad y movilidad
sostenible a los omnipresentes datos de tráfico y estudios sectoriales, debe ser el
reto que debe asumir Europa para que sus metrópolis y ciudades con crecimiento
acelerado no se dirijan a una movilidad más confusa. Por ello, se valora el reciente
documento de las Estrategias de Desarrollo Sostenible de Usos del Suelo y
Transporte (May, 2003), designado por la Comisión Europea al Instituto de
Estudios del Transporte de la Universidad de Leeds (RU).
La investigación social del transporte presenta importantes avances en países
como Inglaterra, Francia, Estados Unidos y en una escala menor España. En los
inicios de este trabajo no se tenía tan claro que en ciudades de tanto prestigio,
altos presupuestos, modos de transporte diversos y de grandes dimensiones,
pudiera existir tan amplia inmersión del sector científico y de los mismos
estamentos gubernamentales por incurrir en el análisis dialéctico de la movilidad y
la accesibilidad social. Estos aportes “externos” contienen un valor añadido para el
64 A. Power (2001) afirma que la dispersión propicia impactos como mayor afluencia del tráfico por los
commuting, más consumo de energía y emisiones, vaciamiento inmobiliario y oferta de servicios de alto costo
y pobre cualificación.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
87
esquema metodológico y la elección de variables de análisis presentadas de forma
introductoria en el tercer capítulo. Su base es fundamental para el abordamiento
posterior de la tesis doctoral.
Las perspectivas de esta labor que culminamos en septiembre de 2003 seguirá
teniendo como eje principal la ciudad de Barcelona. Este es un pequeño avance
que se convierte en punto y seguido de un campo al cual se le deben aportaciones.
Instituciones como el Pacte Industrial de la RMB, el Institut d’Estudis Territorials y
el Grup de Mobilitat, Transport i Territori de la Universitat Autònoma de Barcelona,
trabajan para brindar mayor solidez a estos cimientos de investigación que se
encuentran en crecimiento y que tiene como principales destinatarios a organismos
de planificación urbana, autoridades de transporte público y centros que
promuevan el conocimiento dirigido a la sociedad.
* Un agradecimiento especial a Rafael Giménez i Capdevila, que como director de la tesina asumió
con paciencia las tímidas ideas planteadas para llegar a este punto.
* A Lourdes Díaz Olvera desde el Laboratoire d’Economie du Transport (LET) en Lyon.
* A todo el equipo del Institut d’Estudis Territorials por la acogida brindada en mi estadía como
becario, que siempre contó con el mejor entorno, integración y colaboración recíproca.
SERGIO E. RODRÍGUEZ Transporte público urbano, Configuración socioeconómica y Marginalidad. 2003
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Público.
Documents de Treball publicats / Published Working Papers
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001 Locating Emergency Services With Priority
Rules: The Priority Queuing Covering Location
Problem
Francisco SILVA &
Daniel SERRA
21 01/2002
002 Supply chain management as a competitive
advantage in the spanish grocery sector
Cristina GIMÉNEZ &
Eva VENTURA
21 04/2002
003 Reverse Logistics Models and Applications:
A Recoverable Production Planning Model
Helena R. LOURENÇO
& Juan Pablo SOTO
39 07/2002
004 Location Models for Airline Hubs Behaving as
M/D/c Queues
Vladimir MARIANOV &
Daniel SERRA
28 09/2002
005 Logistics-Production, Logistics-Marketing and
External Integration: Their Impact on
Performance
Cristina GIMÉNEZ &
Eva VENTURA
21 01/2003
006 Location of Multiple Server Common Service
Centers or Public Facilities for Minimizing
General Congestion and Travel Cost Functions
Vladimir MARIANOV &
Daniel SERRA
30 01/2003
007 Supply Chain Management Implementation in
the Spanish Grocery Sector:
An Exploratory Study
Cristina GIMÉNEZ 29 09/2003
008 A New Chance – Constrained Maximum Capture
Location Problem
Rosa COLOMÉ,
Helena R. LOURENÇO
& Daniel SERRA
36 09/2003
009 Supermarket Key Attributes and Location
Decisions: A Comparative Study between British
and Spanish Consumers
Rosa COLOMÉ &
Daniel SERRA
54 10/2003
010 L’Especialització Productiva de les Comarques
Centrals
Júlia BOSCH &
Sergi SOLANAS
39 10/2003
011 Transporte Público Urbano, Configuración
Socioeconómica y Marginalidad
Análisis del Barcelonès Norte
Sergio Enrique
RODRÍGUEZ
94 12/2003
012 MUTEIS
The Barcelona ICT Cluster Study
Júlia BOSCH & Laura
CAPEL
57 01/2004
013 Un exemple d’avaluació de l’impacte econòmic
d’un projecte d’inversió:
El Laboratori de Llum de Sincrotró
Júlia BOSCH &
Ferran SANCHO
20 03/2004
014 Logistics Integration Processes in the Food
Industry
Cristina GIMÉNEZ 32 03/2004

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